Lo primero que recuerdo que escuché hoy fue un gallo rockero cantar a todo volumen. Cuando recuperé la conciencia del todo, tomé mi teléfono y caí en cuenta de que hoy era sábado, pero no cualquier sábado.
Era sábado de presentación.
Al recordar eso, salí de un brinco de mis cobijas, me miré al espejo a ver qué tan desagradable amanecí el día de hoy y me fui hacia el baño.
Unos veinticinco minutos después salí, me puse una camisa sencilla, unos jeans y mis vans blancas. De todos modos, lo que yo estaba esperando no era hasta la noche.
Fue un día bastante normal, fui al centro comercial, vi algunas cosas lindas en Forever 21 y en Banana Republic, pero .en verdad no estaba por nada ese día, sólo quería que fuera la hora para bailar. Con Thiago. Frente a todos. Una mano suya en mi cintura. La otra agarrada de la mía.
No sé si el día de hoy pasó más lento de lo normal o si simplemente mis mariposas internas estaban hiperactivas o qué, pero ¡sentí este día TAN eterno!
Más o menos a las cuatro de la tarde subimos a la parte de la comida, donde al menos hay wi.-fi para calmarme un poco. Apenas lo conecté a mi iPod, vi que tenía un mensaje de Ashley.
-¿Lista para esta noche?-leí que puso.
Le sonreí de la manera más ridícula a mi pantalla, tan mal fingido que mi madre creyó que estaba quedando loca.
Cuando ella me dejó para ir a comprar algo de comer en Taco Bell le respondí y así seguimos hablando unos buenos diez minutos, hasta que ella me dejó en visto, supongo que fue porque estaba en su agencia de modelaje practicando para la Semana de la Moda ahorita en octubre...ese es otro tema.
Miré por milésima vez la hora y es como si el reloj me hubiese dado unas palabras de aliento: decía seis de la tarde, ¡al fin!
Al decirle a mi madre ella al fin terminó de medirse ropa para irnos a casa a arreglarnos e irnos al hotel donde sería la presentación.
En una hora más o menos ya me había maquillado, peinado y puesto el tocado que Franklin se antojó de ponernos ahora. ¡Duele!
Al llegar al hotel Seven Seas donde sería la presentación, estaban casi todos ahí…menos Thiago. ¿Cómo lo noté? Pues obvio fue lo primero que fui a buscar al entrar. Veinte minutos antes de empezar el tipo se digna en aparecer, ¡y sin cambiarse! Lo más divertido de todo fue que él estaba como si nada.
Luego, empezamos a bailar, y fue todo un enredo. Si el baile tenía 20 pasos, sólo hicimos unos tres en los cinco minutos que duró la canción. Y como si pudiera ser peor, estábamos bailando al revés. No sé cómo soporté la risa tanto tiempo.
Terminamos el primer baile y salimos a descansar. Lo primero que me encontré fue a mi mamá hablando con la de Thiago. Justo en ese momento me tropecé.
-¿Estás bien, cariño?-me dijo mi futura suegra-.
-Sí, muchas gracias.-
Después nos sentamos todos en una sala de espera, donde de alguna forma quedé sentada al lado de Thiago y su mamá justo en frente.
-Thiago, ¿vas a bailar ahora?-le dijo.
-Sí má-.
-¿Tu sólo?-
-No, con mi pareja-.
-Ay, ¡obvio hijo!-se rio.- ¿Si es ocurrente él, verdad?-me dijo su mamá.
Noté que hablaba conmigo porque me estaba mirando. Me reí y asentí con la cabeza.
Y se puede decir que así conocí a mi suegra. ¡Es un amor de persona! Parece de esas madres con el corazón lleno de dulzura y amor, más de lo que podía pedir.
Thiago, Isaac y Marisol se retiraron para bailar una coreografía de trío. Mientras yo me encontraba con Sara viéndolo desde una esquina, seguramente ruborizada.
Ya para el final yo estaba se segunda y el de tercero.
-¡María!-escuche que dijo-.
Me voltee a verlo en señal de que me dijera lo que iba a decir.
-Ven acá-continuó-recuerda que tu tenías que bailar conmigo-me sonrió pícara mente.
Justo después pude escuchar una risa burlona viniendo de todos los de atrás. Y yo pues…sólo me cambié porque en verdad sí quería bailar con él.
Me tomó de la cintura, no porque quisiera-o sí-, sino que el baile era así.
Mientras bailábamos el para variar estaba hablando de más y en una de esas tantas cosas que dijo me cayó un babón en mis labios ¡Qué asco!
Para hacer más interactiva la presentación Franklin nos dijo que sacáramos a alguien del público a bailar. Yo mientras sacaba a un muchacho que desde la distancia ya había visto y sabía que yo iba a ser quien lo sacaría. Estaba muy tranquila conversando con el cuándo veo que Thiago, ya sea por celos o qué se yo, lo miró con cara de muy pocos amigos. El pobre se asustó y se fue a su asiento.
Si hubiera sido Mauro seguro lo mato, pero como era Thiago…
-¡Chicos, una foto!-gritó Frank.-
Todos nos acomodamos y empezamos a sonreír, cuando siento que unos brazos me rodean los hombros…y era Thiago. Mi mamá también estaba tomando una foto desde su teléfono, así que ahora tengo un grato recuerdo de todo esto.
Ya nos íbamos a montar al carro, cuando caí en cuenta que mi madre se estacionó justo al lado del de la familia Meléndez. ¡Esto es el colmo!
Tuve que despedirme algo forzado de Thiago y su agradable mamá.
Fue una noche muy divertida la verdad.
Nota de la autora: ¡Hola! Se me vino la inspiración y escribí un poquito jajaja.
PD. Espero que les guste la portada ;)
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El Diario de Mariana
RomanceMariana, una chica como cualquiera, cuenta cómo su vida cambió de rutinaria a una total aventura, todo gracias a sus amigos que la acompañan, y por supuesto a ese chico al que conoció de casualidad, sin ella esperar que ese momento era el inicio de...