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Quien diría que el ver una película me haría tan feliz.

Quien diría que regar las plantas me haría sonreír.

Quien diría que cruzar miradas un segundo haría que algo creciera en mi interior.

A veces, cosas tan pequeñas me hacen sentir tan grande.

Quien diría que ver el cielo nocturno me haría llorar.

Quien diría que unos cuantos besos me harían pensar.

Quien diría que una despedida que dejaría tan mal.

Las cosas suceden en contra de nuestra voluntad y no nos queda más que aceptar.

Cambiar cosas de lugar para romper la rutina, a pesar de que escucho la misma música de siempre.

No los quiero abandonar, ¿y si dejo de ser yo misma? No cambiaría nada de mi vida.

Me encuentro caminando en la cuerda floja, balanceando mi cuerpo hacia los lados, dejando que la suerte y el destino me guíen.

Botellas de vidrio revientan en mi cabeza constantemente haciendome despertar y que repentinamente la realidad vuelva a pesar.

Frecuentes batallas conmigo misma y con el mundo se desparraman por la mesa, preguntándome el por qué de las cosas.

Finalmente, la cara sonriente de siempre aparece y me arrastra hacia su mundo de oscuridad. Pongo una sonrisa.

little things | oneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora