Mi departamento había quedado hermoso, me encantaba lo que le hicimos, la pintura lavanda me traía paz, pusimos unos cuadros que Alex había pintado hace años, adornaban muy bien la pared, cambiamos las cortinas de la sala por unas purpuras, colocamos un mantel en la mesa y quitamos las margaritas secas para poner unos lirios blancos vivos.
El reloj que habíamos colgado en la pared me dió la hora, mientras en el sofá revisaba las notificaciones, desvíe la mirada hacia la mesa y noté que el cuaderno de mi padre estaba allí, ¿cómo llegaba a dónde yo estuviese?
Estiré la mano para tomarlo, pero una notificación me distrajo.«¿Quieres ir a la playa?»
Después de leer el mensaje, un toquido en la puerta hizo que levante la cabeza.
Revisé la ropa que llevaba a fin de ver si estaba decente para recibir a alguien. Me levanté gruñendo un poco y abri la puerta, Demián estaba allí parado con ropa playera y unos lentes de sol que le quedaban bastante bien.
Ladee la cabeza un poco mientras lo miraba bien.
—No estamos en fecha de ir a la playa, hace frío —dije acomodando mi cabello en una coleta.
Suspiró, él sabía que pondría mil peros a alguna de sus ideas.
—Lo se, pero nunca es tarde para ir a la playa, te aseguro que sera divertido, además no pensaras pasarte el día leyendo un libro aburrido ¿o si?
Giré a ver el cuaderno de mi padre, intentar descubrir que escribía el allí la verdad no me parecía aburrido, pero si que era un plan extraño para el fin de semana.
Sopese mis opciones de respuestas, si decía lo que estaba por hacer, era seguro que recibiría una burla de su parte, si digo que sí, tendría que ir a la playa.—Pues...
Me interrumpió antes de que terminara de decir algo más.
—Ve a cambiarte que iremos a la playa y no aceptaré un no como respuesta —dijo muy serio.
Levanté una ceja, pero hice lo que dijo no sin antes hacer un gesto militar como si el fuera el capitán. Nos estábamos empezando a llevar mejor.
Me dirigí a mi habitación donde el gato seguía durmiendo en mi cama, me vestí rápidamente colocándome el traje de baño ¿para qué? Pues no sabía, el clima no estaba para ese plan.Salí de la habitación con un short que me llegaba a la cintura, una camiseta amplia y un sombrero de paja, como si hubiera mucho sol, el pronostico decía que seria un día nublado, vaya clima para ir a la playa.
Con mi pequeño bolso en el hombro ya preparada para salir lo encontré acostado leyendo uno de mis libros, el que estaba junto al cuaderno de mi padre. Por mis mejillas se extendió un calor que me advirtió que estaba sonrojada.
Era una de esas historias cursis y eróticas que me gustaba leer de vez en cuando.
Le arrebaté el libro de las manos y lo abracé como si fuera mi gato.—No toques mis libros —Lo volví a poner en la mesita donde estaba.
Le dió una mirada de lejos.
—Se ve bastante cursi —Arrugó la nariz—. Como sea, ¿Estas lista?
Asentí con la cabeza, abrió la puerta caballerosamente, casi me reí de la acción, pero la verdad es que era agradable que me tratara así.
—Gracias —Pasé por la puerta mientras él iba tras de mí.
Bajamos las escaleras de dos en dos.
Abajo nos esperaba un auto deportivo rojo cereza.Era espectacular. Todo parecía una cita.
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Inframundo
Teen Fiction"Bajo tierra nada es lo que parece" Victoria es arrastrada de una fiesta de disfraces, a una aventura fantástica, caerá por un agujero y se vera tentada a pensar que nada es lo que parece y que los cuentos de hadas quizás sean realidad.