Destiny

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Desde lejos se observaba una silueta masculina, muy elegante y refinada, sin embargo también transmitía un toque de frescura y libertad. Era la figura de un joven conocido como Im Jaebum, se dedicaba a la música. En ese momento algún pintor podría crear una gran obra de arte de aquella escena de las seis de la tarde, en un jardín lleno de árboles y margaritas, con un cielo rosa mientras el sol se ocultaba. En medio de él estaba este joven sentado en un columpio que existía desde que era un niño y se iba ahí para pasar el tiempo libre, encontrar inspiración, tomar fotografías y recordar su infancia.

Esa tarde él veía como volaban las aves y la forma en que desplazaban todas juntas hacia el mismo camino, bajaba la mirada para ver los árboles y las margaritas que se movían a un ritmo agradable por el viento, veía sus zapatos arrastrarse en la tierra, porque ahora ya no era como hace años atrás que sus pies colgaban y necesitaba que alguien lo meciera y le diera pequeños empujones para que el columpio se moviera. Todo parecía estar muy tranquilo para él hasta que vio una sombra entre los árboles. Él estaba seguro que se trataba de alguna persona, así que siguió la sombra. Quizá hubiera podido alcanzarla pero la persona perdió en el camino una cadena. Era una cadena muy delicada con el dije de una estrella, tenía un aroma de lavanda muy suave y agradable. Se detuvo a observarla profundamente que ya no pudo alcanzar a esa persona y decidió conservarla y guardarla en su bolsillo.

Ya se hacía de noche y el cielo se oscurecía, ese tono rosa del cielo ahora era un azul muy oscuro, casi negro. Decidió volver a su hogar a continuar su trabajo. Estaba componiendo nuevas canciones pero en lugar de eso, comenzó a dibujar la estrella del dije de la cadena que había conservado, aún quería saber de quién se trataba. Así pasó toda la noche hasta que sintió que sus ojos se cerraban y necesitaba irse a descansar, además recordó que al día siguiente le esperaba un largo día. Cerró la libreta donde dejó aquel dibujo que aún deseaba terminar y agregarle algunos detalles, la hizo a un lado junto a otros papeles, soltó el lápiz, apagó la luz de su estudio y se fue a dormir.

Esa noche cayó profundamente dormido que llegó a soñar que alguien lo observaba por la ventana y le sonreía, despertó con una sonrisa y se preparó para ir a un ensayo que estaba programado junto a sus seis compañeros. Fue un día largo y agotador pero a él no le importó y decidió quedarse un rato más en el salón, estaba creando una coreografía inspirada en eso que sucedió. El menor de sus compañeros se acercó a mostrarle su admiración:

—Es impresionante lo que estás haciendo, parece como si estuvieras contando una hermosa historia.

—Gracias, es solo algo que surgió de la nada pero me ha tenido la mente muy ocupada.—respondió.

Ellos dos fueron los últimos en salir, cada quien tomó su camino y Jaebum iba pensando en su dibujo y quería llegar a terminarlo. Su camino iba bien, con mucho estilo y toda esa elegancia que transmite sin importar lo que haga cuando su expresión y sus pasos cambiaron totalmente. Sus pasos eran lentos y sin ritmo y su expresión era una mezcla de alegría, misterio y sorpresa. Él creía haber visto la misma sombra que el día anterior, se quedó analizando si era su imaginación o en verdad eso estaba pasando y así fue, si era real lo que sus ojos veían. Esta vez pudo estar más cerca y alcanzó a ver que era una silueta femenina. Sin embargo, perdió el rastro en el camino y no pudo acercarse. Siguió de nuevo su camino, esta vez con más ansias de terminar los trazos de ese dibujo. Ahora que sabía que probablemente era de una chica, le causaba más misterio saber quién era y por qué se le aparecía.

Esa tarde él salió a dar una vuelta por el jardín, sus pasos en la tierra se escuchaban secos y cansados, pero cualquiera que lo viera dar esos pasos quedaría admirado de ver ese estilo tan elegante de caminar. La tarde era igual de tranquila que la anterior, el cielo muy bello, un poco de viento, per algo interrumpió eso. De repente escuchó un llanto, algo que lo hizo correr y saber si alguien sufría o algo malo ocurría. Escuchaba que provenía de un árbol y se dirigió con prisa hacia este. En ese momento, él se quedó sin palabras. Era la sombra que él creía que lo estuvo persiguiendo últimamente. Se detuvo a ver esa imagen de una chica sentada, recostada en un árbol. Su paso era muy lento, llegó al árbol, se sentó junto a la chica, le colocó una mano en el hombro y le preguntó:

—¿Ocurre algo? ¿Por qué lloras?

—No pasa nada.—respondió para ocultar lo que en verdad pasaba-.

Ella rápidamente cubrió una herida que tenía en su pie derecho pero Jaebum lo notó le pidió que lo acompañara porque eso necesitaba atención y cuidado. Ella no podía pararse, entonces él la llevó en su espalda hasta su hogar. La sentó en su sala y corrió a buscar algo para curar la herida. Ella se quedó observando toda esa sala que desde hace mucho tiempo había estado observando por las ventanas mientras él no estaba.

Cuando él volvió, comenzó a limpiar la herida con gasas mientras hablaban.

—¿Qué hacías ahí? ¿Y cómo fue que llegaste a lastimarte así?

—Intentaba escapar porque sabía que ya vendrías pero tropecé y ya no pude levantarme. Me puse muy triste porque sabía que lo más probable es que me hallarías y sabrías quién soy.

—¿Y por qué intentas esconderte de mí si vienes a observarme seguido?

—Me gusta mantenerlo en secreto. Probablemente el destino no disponga que nosotros estemos juntos pero en el fondo algo en ti llama mi atención.

—El destino a veces juega a nuestro favor. ¿No lo ves? Estamos juntos y a pesar de no saber quiénes somos, ya nos estamos llevando bien.

Jaebum estaba lleno de felicidad por dentro porque por fin resolvió el misterio de esa persona que le llamaba la atención. Ahora que sabía que era una chica muy dulce, le parecía que todo iba en buen camino. Lo que más le sorprendió fue que ella le hablara del destino.

Terminó de curar la herida y de envolverla en una pequeña venda. No pudo evitar sentir esa suavidad de su piel que hizo que sus manos acariciaran sutilmente sus piernas hasta llegar a rodear su cintura, acercarla a su cuerpo y besar sus labios. Los labios de ella estaban fríos, los de él estaban cálidos. Quería transmitirle ese calor y llenarla de vida y calmar esa tristeza.

—Ahora que ya estás mejor, cuéntame ¿quién eres?—preguntó Jaebum con calma.

—¡Es que no lo recuerdas! Soy Destiny, la chica de al lado. La que no tiene nombre ni hogar y por eso decidí llamarme así.

Jaebum no lo recordaba pero en ese momento su mente volvió a sus años de infancia, donde él veía a una niña sola y nunca se atrevió a hablarle y ella tampoco lo hizo nunca. Él conocía su historia y su pasado y recordaba en una ocasión le fue a dar los buenos días y le obsequió esa cadena que él estaba conservando. Todo cambió en ese momento para él y desde ahí supo que el destino era impresionante y que todo lo que sucede tiene una razón. Muchos recuerdos llegaron a su mente y únicamente le dijo.

—Sí, sé quién eres y me siento muy feliz de saberlo y que el destino me haya puesto en manos... del destino, de ti, de Destiny. Yo soy Jaebum.

—Lo sé. He venido por aquí muy seguido y he visto que muchas de tus composiciones tienen ese nombre.

—¿Entonces no fue un sueño lo de esa noche?

—No, esa noche no pude evitar quedarme para apreciar la sonrisa que se dibujaba en tu rostro mientras dormías y parecías un ángel.

—Sabes, eres como las estrellas. A veces están presentes e iluminan el cielo totalmente. Otras veces no aparecen. Algunas veces solo se ven pocas estrellas. Pero después de todo sabes que existen y que estarán siempre para iluminar el camino.

Esa tarde salieron a sentarse a ver el cielo. Él se sentó en el columpio y ayudó a Destiny a levantarse, ella se sentó en su regazo y estaba a punto de recostarse suavemente en su pecho pero las manos de Jaebum la detuvieron, sentía algo extraño alrededor de su cuello, cuando se dio cuenta que le estaba colocando la cadena. Después de esto dejó descansar su cabeza en su pecho y ambos se quedaron a contemplar el cielo.

Desde esa tarde el destino significa algo muy especial para ambos. Su amistad es un secreto y su destino dirá el momento en que deje de serlo, ellos solo lo esperan con paciencia, mientras se siguen conociendo, se ven seguido, se apoyan en sus sueños y viven como dos estrellas inseparables que el destino unió. 

To: My Destiny

De verdad muchísimas gracias por tanto. Me alegra mucho que seas parte de mi destino. Espero que te haya gustado, lo hice con mucho cariño para ti.

Felicidades
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