En una bodega de gran expansión, repleta de mercancía comercial para mercados negros y para la venta de droga, se hallaban varias personas discutiendo.
Había una gran iluminación debido a las horas nocturnas, varias camionetas se adentraba al establecimiento, aparcandose luego de ser transportadoras de los productos que yacían colocados por secciones en la bodega; anaqueles altos, y empaques clasificados en cajas por todo el suelo producto de ser la descarga de un camión que traficaba todas esas drogas todavía no estaban organizadas en sus áreas, los empleados se destinaban a hacer esas labores, mientras que todo el perímetro era resguardado celosamente por guardias de seguridad capacitados para matar a todos los que no tengan el acceso permitido.
Muy cerca de este lugar, existía una hacienda donde vivía el comandante de todo, quienes muy poco conocían de su nombre; en ese momento en el despacho de él, todo se volvía un verdadero dilema.—¡Yo me encargue de eliminar a ese miserable de Manolo, y tú no eres capaz de hacer que tus hombres busquen a mi mujer! .—Broly exclamó con furia, mirando con resentimiento al sujeto que tenía justo en frente.
—Ten en cuenta que de esta forma estoy saldando cuentas contigo—dijo sin acelerarse, manteniendo vanidoso al momento que soltaba con humo del cigarro.—Hare que se apresuren en llevártela, es lo único que puedo hacer.
—¡La quiero lo más pronto posible! —grito con súbita rabia, desesperado y reprochando la respuesta que le había dado.
—No hay más de que hablar— su característica seriedad fue desapareciendo para muestras una sonrisa de sorna ante la crisis que comenzaba a darle al gran sujeto.
Bien sabía que en cuestión de fuerza, Broly era capaz de masacrarlo con puño limpio hasta una dolorosa muerte donde cada puñetazo le robaría un suspiro de vida; pero él era más estratégico y un maniático aficionado a torturar personas, casi igualados en locura, solo que uno más cuerdo que el otro y con fines distintos.
Broly vio innecesario seguir más en ese despacho sin obtener la respuesta que él deseaba oír, salió de aquel lugar casi atravesando la puerta con una patada y queriendo desquitarse con el primero que se topara, Hit solo asumió la parte de su trato, después de todo él tenía cosas más importantes que hacer para detenerse en ver quien cumplía con su deber y quien no, a las segundas personas les iba mal puesto que una vez fallando, solo tenias una oportunidad antes de ser degollado por otro compañero de ese nefasto narcotrafico.
°°°
El galan gafoso volvía a ser el punto de atención entre las señoritas populares de los institutos; luego de un tiempo en la ignorancia y de no aparecerse en las calles para ser apreciado por sus admiradoras desconocidas, él se volvía a lanzar a vagar por las calles con el estilo característico.
Como siempre, sus audífonos eran lo principal para salir, y también para ir hablando por la calle con su preciada Bulma.
—¿Has estado comiendo a tus horas? —preguntó con las manos metidas en los bolsillos.
Desde el otro lado del teléfono, Bulma se paseaba con su celular sobre la oreja y con el otro sosteniendo algunos libros y un café hasta su escritorio.
—Si Vegeta, si.—respondía mientras seguía trayendo más libros como documentos de un estante hasta su escritorio, donde comenzaría a trabajar. —¿Y tú cómo estás? Casi no me platicas de ti.
—Las cosas por aquí se han puesto muy diferentes luego de todo lo que te conté.
—Entiendo, eso te ha hecho sentir mal supongo...
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El galán [AU-DB] #PacmanAwards2019
Hayran KurguLas muchachas solamente palidecian al verle caminar por las calles, unas cubiertas de sonrojo por todo el rostro, otras gritando su nombre, y el sujeto caminaba con estilo y gracia, con unos audífonos puestos sobre aquella tarde de cielo despejado...