Aviso:
Sexo explícito, si lo lees que sea bajo tu responsabilidad.
A Agoney no le digo nada porque oye, si me lee que lo dudo, que le aproveche! JajajaDisfruten señoras!
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Barcelona.
Agoney disfruta cuando sale a correr. Le gusta el paisaje, subir y bajar cuestas, respirar el aroma de los arboles mojados por el rocío y sentir el frío en su cara. Normalmente siempre es así cuando a las seis de la madrugada se enfunda en su chándal y sus zapatillas y se echa a la calle. Forma parte de su rutina, lo hace para estar en forma pero también y sobretodo para descargar energía y es que su trabajo le agota cada noche en el Petit Veler, restaurante donde trabaja como chef, y propiedad de su cuñado. Esa mañana de enero no es diferente y el chico se desprende de todo el estrés, que acumuló en el servicio de la noche anterior, corriendo por Montjuic.
Una hora y cuarto después está de regreso en su apartamento, se desnuda y se mete en la ducha dejando que el agua caliente termine de destensar sus músculos agarrotados por el frío de Barcelona. Minutos después y ya vestido, se toma el café con leche acompañado de unas tostadas de pan de centeno con aguacate, como cada mañana y se dispone a ir al restaurante.
Barcelona es una locura para ir en coche y cada mañana Agoney agradece haber encontrado ese apartamento, a escasos diez minutos de su trabajo, donde vive desde que llegase a la capital catalana desde Tenerife hace más de cinco años. Legó allí con la sola intención de convertirse en el mejor, hacer todos los cursos posibles en las mejores escuelas de cocina, trabajar con los hermanos Roca o con el mismísimo Ferrán Adrià. También había viajado muchísimo buscando nuevas aventuras en eso de la alta cocina y tras muchos años de estudio ahora era uno de los mejores en su profesión, tanto que su cuñado había viajado desde las islas para montar un restaurante completo, única y exclusivamente, para él. Eran socios y eso le permitía poder ver más a su hermana y a su sobrina que se habían mudado el último año a Barcelona para poder pasar más tiempo juntos y teniendo en cuenta que el restaurante estaba en auge en la ciudad, con colas de reserva de hasta tres meses. La cosa les iba bien y la familia estaba unida. No podían pedir más.
A su llegada al Petit Veler, comprende que su cuñado ya está allí porque las luces están dadas y se escuchan voces en la sala donde Oscar tiene su despacho. Se acerca y con unos golpecitos en la puerta, cerrada, avisa a su cuñado de su llegada y de que estará en la cocina si lo necesita. Hace lo que ha informado cuando su cuñado, desde dentro le responde y le indica que está reunido, avisándole que irá a verle en cuanto termine.
Agoney recorre la sala de su restaurante decorado en tonos morados y negros, con escasas diez mesas, admirando lo duro que ha sido llegar hasta ahí y el trabajo tan impecable que han tenido que hacer tanto él como su equipo en las cocinas y su cuñado para conseguir lo que tienen. Está feliz, pleno, contento de poder estar viviendo todo eso que ha conseguido a base de esfuerzo y lucha incansable.
Antes de ir a la cocina se detiene frente al piano del pequeño escenario que insistió en tener, un escenario de apenas pocos metros donde solo cabe el piano y la banqueta pertinente pero que él necesitaba y que le sirve de vía de escape cuando está cansado después de una larga jornada en los fogones. Lo toca a escondidas y canta para él. Es mejor cocinero que músico pero le agrada, es como su vocación frustrada y acariciando, con una sonrisa, el instrumento da por comenzado el día dirigiéndose a la cocina.
Agoney está inmerso en sus tareas en la cocina preparando la "Mis en place" para el servicio de medio día cuando las puertas abatibles de esta se abren dando paso a su cuñado hablando por teléfono o eso cree él porque cuando levanta la cabeza descubre a un chico rubio que le acompaña y que es con quien mantiene la conversación. Agoney casi se corta un dedo mientras pica el cebollino al ver al muchacho que ha entrado a la cocina junto a Oscar y es que cree no haber visto un tío tan guapo en su vida.

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Petit veler (One Shot/ragoney)
FanfictionCuando la pasión por lo que haces te lleva a encontrar lo que de verdad buscas. Agoney y Raoul lo saben bien.