XIV - Broken Soul

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Imaginaos como de agitada era la respiración de Miguel que aún teniendo a Natalia entre nosotros podía notar cada bocanada de aire que expulsaba por su boca despeinar mi flequillo. Sus ojos se habían convertido en prácticamente negros y seguían fijos en mi como los de un lobo hambriento que acecha a su presa.

Ante tanta intensidad noté como mis rodillas empezaban a flaquear, por que sí, aunque no lo mostrase tenía miedo y mucho. Hacía ya rato que la saliva había abandonado mi boca al igual que mi pulso que brillaba por su ausencia haciendo temblar mis manos descontroladamente. Pero eso sí, mi barbilla no se movió ni un milímetro de su alta posición, ni siquiera cuando se revolvió entre los brazos de Natalia que le impedían acercarse más hacia mí "Vas listo si crees que las Reche nos achantamos fácilmente" pensé y casi involuntariamente las comisuras de mis labios se curvaron creando una sonrisa que pareció enfurecer más aún (si era posible) a Miguel.

- ¿Te estás riendo en mi puta cara? Madre mía como te pille... - Fue ahí cuando el colérico chico fue interrumpido por segunda vez. Al igual que la mía lo hizo antes, una mano se precipitó contra su mejilla haciendo que algo aturdido mirase a la autora del golpe. - ¿Qué coño haces Natalia? ¡Esto no estaba en el puto contrato!

- ¡Miguel cállate de una jodida vez! - Habló rápidamente la morena, cualquiera diría que tenía miedo de lo que su novio pudiera decir. Giró rápidamente la cabeza para mirarme de arriba a bajo con preocupación, supongo que para asegurarse de que no me había hecho nada y volvió a mirar a Miguel que no se había quitado la mano de la mejilla abofeteada. - Llegas a tocarla Miguel y no me hago responsable de lo que te haría.

- ¿Ah, sí? ¿Qué me harías? Sorprendeme. - La actitud del chico había cambiado rápidamente, ahora estaba vacilante ante la amenaza de Natalia, que no tardó en levantar la cabeza y encararse de nuevo a su novio que sonreía.

- Alto, alto, alto - Dijo la Mari, intentando calmar un poco el ambiente. - ¿de qué va contrato ha hablado el animal que tienes por pareja, Natalia?

Miguel sorprendentemente en lugar de ofenderse ante la forma con la que Maria se había referido a él, miró a Natalia que tenía los ojos muy abierto y se empezó a reír. Pero no una risita no, sus carcajadas retumbaban en todo el piso.

- Tío ¿de que vas? No necesitamos un villano de película, queremos que te expliques. - Aclaró África que le miraba sin una pizca de humor.

Él muy cuidadosamente se secó las lágrimas que le rodaban por las mejillas provocadas por las anteriores risas, se incorporó y puso uno de sus brazos por encima de los hombros de Natalia que estaba completamente estática mirándome sin decir nada.

- ¿Cariño, se lo cuentas tu o yo? - Decía Miguel sin perder la sonrisa, al ver que la chica no contestaba se aclaró la garganta y me dedicó una mirada que hizo que un escalofrío me recorriera la espalda entera. Instintivamente agarré la mano de la Mari, sabía perfectamente que fuera lo que fuese que iba a contar no iba a ser nada bueno. - Aquí la amiga Lacunza y yo tuvimos unas reuniones con Universal nada más terminase el programa. Allí nos explicaron que no podía dejarme, que eran sus intenciones, por que dañaría la imagen de ganadora que nuestra querida Natalia había conseguido.

- ¿Qué está diciendo Nat? - Conseguí decir con el único hilo de voz que me permitió el nudo que tenía en la garganta. Natalia quiso acercarse a mí pero Miguel la seguía sugetando contra su cuerpo impidiéndola separarse.

- Alba, pensé que eras más lista ¿de verdad no sabes por donde van los tiros? - La mano que me unía con Maria fue estrujada por mi amiga que apretaba los dientes a mi lado sin apartar la mirada de la pareja. - Después de mucho discutir con los abogados, Natalia cedió ante el contrato que nos ofrecieron. Por que ¿Quién no lo hubiera hecho? He de decir que la amiga fue un hueso duro de roer, le comiste bien la cabeza en la academia ¿eh, Alba? Menos mal que el dinero mueve el mundo y la cobardía a tu querida amiga, que firmó encantada sabiendo que se iba a llenar los bolsillos...

- ¡CALLATE! ¡Sabes de sobra que no fue así! - Interrumpió Natalia que por fin parecía haber salido del trance. Pero ya era tarde, o por lo menos ya sabía demasiado pues la rabia había invadido todo mi cuerpo que ahora temblaba pero de una forma mucho más distinta a la de hacia unos minutos, ahora era de ira.

- No, cállate tú y déjale terminar. - Sentencié con voz firme sorprendiendola. Al mirarme pude ver como unas gotas resbalaban por su cara corriendole el perfecto eyeliner que tanto la caracterizaba. Al ver o mejor dicho no ver ninguna piedad en mi mirada agachó la cabeza rendida y volvió al lado de su triunfante novio que parecía disfrutar de la escena. - ¿Qué más decía el contrato?

- Pfff... Por donde empezar. Nada de veros en público, ni en privado claro, ni mucho menos hablaros, básicamente era un "Albalia who?". El contrato decía estrictamente que si queríamos recibir el dinerito no sólo teníamos que parecer una pareja feliz, teníamos que serlo y aunque a Nati le costó un poco al principio se acabó olvidandose de ti y de no ser por que apareciste el otro día todo hubiera ido sobre ruedas ¿a que sí nena?

Natalia murmuró algo que nadie pudo entender debido a los incesantes sollozos que emitía, era vulnerable, débil. Me equivoqué al pensar en que yo era la presa de Miguel, claramente era Natalia y ahora estaba abatida.

En todo ese rato que había durado la declaración del hombre que se encontraba enfrente de mí aparentemente orgulloso, mi expresión no había cambiado o eso pensaba yo hasta que noté los cálidos dedos de Afri que cuidadosamente secaban unas tímidas lágrimas que habían empezado a brotar de mis ojos.

- En esta casa seremos unas perras pero no aceptamos sabandijas así que os quiero fuera ¡Ya! - Escupió con odio la Mari que seguía con la mandíbula tan tensa que parecía que si se comprimiese un poco más se convertiría en diamante. - ¿No me habéis oído? ¡FUERA!

Miguel levantó las manos en son de paz ante la agresividad de Maria, sería creído, era totalmente consciente de lo que había desencadenado y no podía estar más contento por ello. Echó un vistazo rápido a Natalia que me miraba con el flequillo tapandole prácticamente los ojos de los cuales no paraban de emanar ríos y ríos de lágrimas. Dio unos pasos torpes hacia mí y me cogió la mano que tenía libre ante la atenta mirada de todas.

- Albi no es lo que parece, por favor déjame explicarme... - Su voz era un susurro pero me atronaba en los oídos. Nunca había sentido tal dolor en mi pecho y juraría que todas las presentes en la sala escucharon mi corazón romperse en mil pedazos.

- Vete Natalia. - Dije soltando mi agarre con Maria para secar las lágrimas de mis ojos pero antes de que lo pudiera hacer la mano de Natalia estaba acariciando mi mejilla empapada. Y ahí estaba otra vez la jodida corriente eléctrica, pero esta vez no me retuve y aparte la cara. - No me vuelvas a tocar en tu vida. Sal de mi casa, por favor.

Las últimas dos palabras salieron de mi boca no como una orden ni una petición, si no como un ruego. A la alta no le dio tiempo a reaccionar por que cuando me quise dar cuenta África la había cogido del brazo y se dirigía a la puerta básicamente arrastrandola. Y no fue hasta que oí la puerta de la entrada cerrarse que sentencié en mi mente.

"Albalia pudimos ser.
Pero no, no seremos."

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Por fin puedo actualizar mi gente jajajjja

Entre los exámenes y que llevo unas semanas con ansiedad no he podido darle vidilla al fic.

Pero bueno, mis disculpas y espero que disfrutéis del peak del drama al que ha llegado la historia jajajajajajaj

Sus quiero y prometo actualizar en nada (ya tengo el siguiente cap casi finikitau) 💜

¿Y si es ahora? || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora