Sacrificio (SwanQueen)

Capítulo IX

-De vuelta a la realidad- Soltó Regina desde el aeropuerto.

-Storybrook aquí vamos.

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Las semanas pasaron y el humor de Regina no mejoraba, al contrario parecía estar hundiéndose en oscuro lugar.

-Señora alcaldesa debería pasar a mi consultorio- Dijo Archie sentándose en la barra del restaurante de la abuelita.

-No insistas grillo

-Hablo en serio Regina- Respondió el pelirrojo- No quiero que regreses a ser…

-La reina malvada- Gruño la morena terminando su trago- Descuida no tengo fuerzas para eso.

-¿Te veo esta semana? Apuesto que Henry odiaría verte en este estado.

El escuchar el nombre de su hijo la regreso a la realidad por un momento.

-Bien, dile a mi asistente que día me atenderás para cancelar mis citas- Soltó dejando un billete y saliendo del lugar.

La morena subió a su auto y manejó lentamente hasta su mansión donde seguro la esperaba la única alegría que tenía en esos momentos…su hermana y su sobrina.

-Mira quien llegó brujita y por lo visto no de buen humor.

-Zelena- Reprochó la menor de las Mills- No quiero discutir.

-De acuerdo, no discutiremos de nuevo hermana pero no me voy a quedar callada mientras te veo destruirte.

-Esto suena al inicio de una discusión.

-Regina eres tan patética, tan cobarde, no eres más que la sombra de quien solías ser. No mereces lo bueno que la vida te da porque tú misma lo rechazas, me sorprende que aún no me apartes a mí ni a robín.

-¡Cállate Greeny!- Gritó Regina con una bola de fuego en la mano.

En ese instante Zelena reacciono abrazando fuertemente a su hija quien se había puesto a llorar por los gritos.

-Yo no quería… tu sabes que no sería capaz… lo siento.

-Es hora que soluciones tus mierdas- Gruño la mayor desapareciendo en una nube verde.

-¡No Zel!

Regina se dejó caer en la sala, lloró y repaso cada una de las palabras de su hermana.

Al día siguiente se quedó en cama sin avisar que faltaría al trabajo.

-¿Estás bien?- Pregunto Zelena entrando a la habitación principal.

-Pensé que te habías ido para siempre.

-No exageres, sólo necesitaba tiempo, lo de ayer me afectó.

-No debí reaccionar así, lo siento Greeny.

-Yo lo siento también, dije cosas horribles.

-Pero ciertas.

Las hermanas Mills se quedaron acostadas un buen rato disfrutando solo de la compañía mutua.

-¿Robín está bien?- Preguntó la morena.

-Ella está bien, se quedó con la abuelita.

-No sabías como iba a reaccionar ¿cierto?

-No quería correr riesgos su majestad.

Las dos rieron y continuaron en la misma posición.

-Ya no soporto estar sin mi hijo y sin Emma-Confesó Regina.