013

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—Tus labios están partidos y con heridas, JungKook. Quiero una explicación.

Su amigo era celoso y, oh, el más celoso de todos.

Bueno, seguramente ya saben la razón.

—Te lo dije, Tae. Ayer hizo frío, mis labios se secaron y cuando me di cuenta ya estaban agrietados, échale la culpa al clima y no a mí.

En cierta forma no era una completa mentira, él no pudo mojarse los labios con nada y evitar que se rajaran por el simple hecho de que sus heridas ardían cada vez que algo hacía contacto con ellas.

Hasta ese momento JungKook supo que no debería seguir a sus impulsos.

Él aún ni siquiera entendía porqué se había sentido tan bien que SeokJin le mordiera y provocara dolor en su boca mientras se besaban. Tampoco había una razón para defendar que eso pareció no haberle bastado cuando se encontró así mismo queriendo más que un rubio intentando comerle la boca.

—Esas heridas se ven raras, siento que me estás ocultando algo.

JungKook tragó saliva disimuladamente mientras volteaba para seguir caminando.

Él no podría mentirle por mucho tiempo, ¿Y qué si la situación empeoraba?, entonces no podría llegar a cubrir sus estupideces y su amigo terminaría alejándose.

—Por supuesto que no. Sólo que me mordí un poco fuerte ayer y quedó así.—balbuceó.

Él ni siquiera estaba seguro de sus palabras. Siempre era difícil mentirle a su amigo, no porque TaeHyung sepa detectar sus mentiras, si no por el mismo hecho de que él no sabía hacerlas.

—¿Cómo puedes morderte tanto y hacerte esto?...— su amigo se acercó despacio hasta quedar con la mano en su barbilla y con el dedo pulgar acariciando su labio inferior.

¿Tan terrible era?.

Demonios. Todo era culpa de SeokJin, si el rubio ese se hubiera controlado antes de comenzar a morder su boca y dejarle esas heridas nada estaría pasando.

O al menos, si es que él mismo hubiera puesto un pare a la situación y no dejarse llevar.

Ha..., seguramente SeokJin no estaba mejor que él. Aunque tampoco era como si el pelinegro hubiera sido tan brusco y salvaje igual que el rubio.

Cuando sintió un empujón en su espalda y JungKook tuvo que correr la cara a un lado para no terminar en algo incómodo con su amigo supo que las cosas habían vuelto a ser como antes.

—Joder, pero que lentos son. Si tanto quieren besarse, háganlo y ¡ya!. No es tan difícil, ¿Saben?.

El pelinegro apenas se movió para alejarse un poco del cuerpo de su amigo. Aunque no lo estuviera viendo, él sabía que Jin estaba algo cabreado.

En su voz se notó la molestia, incluso si apenas se percibía.

TaeHyung lo miró después de que su vecino dijera eso, como si esperara que contestara.

De hecho, eso mismo también deseaba hacer Jeon.

¿Que jodidas pasaba con él?.

—¿Entonces qué?, ¿No pueden hablar?.— provocó SeokJin.—¿No me vas a contestar, JungKook?.

Por alguna razón, él estaba muy seguro de que los bonitos ojos del rubio estaban en su cuerpo. Y por otra extraña razón, eso lo calentó.

Santa mierda.

La estaba jodiendo terriblemente, si no respondía Tae sospecharía, y ahora no era un buen momento para pensar en qué cosas lo calentaban y qué cosas no.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora