윤민; [Run! Run and Kill!]→ y.m【#1 | Saga Apocalíptica】

12: Por favor... Suelta el arma.

Jugar, cosa del pasado.

Intimidad, algo difícil de lograr.

Muerte acechadora.

Intimidar para derrotar.

No te asustes, esto es el comienzo.

•••

—Yoonie... Juguemos —propuso tímidamente el niño mirando a su hermano, así jugando con sus dedos a la vez que abultaba su labio inferior.

—No, Jimin. —El mayor no lo miró. El mencionado se sintió mal al no recibir ni siquiera una mirada por parte de Yoongi. Quería jugar, su hermano ya no juega con él, pero él sí quería hacerlo. La única persona con la que realmente quiere jugar es con Yoongi. ¿Por qué no quería jugar? ¿Hizo algo malo? ¿Ya no lo quería? ¿Es...?

¿Es porque está sucio?

—Pero... Yoonie, Jimin quiere jugar.

—Te dije que no, ¿qué parte de ‘no’ no entiendes? —trató de sonar frío pero al ver las lágrimas recorrer las mejillas de aquel niño de 7 años... se sintió la peor basura del mundo a sus 9 años.

No dijo nada y sólo vio como Jimin se iba de su habitación. Aquel hombre pasó por la puerta mirándolo con aprobación para luego ir hacia donde se había ido su pequeño hermano.

Tembló aterrado, su pulso se aceleró de sobremanera al pensar lo que va suceder, imaginándose los miles de escenarios que pasarían. Cerró sus ojos ahora escuchando los gritos desgarradores y una lágrima se deslizó por su mejilla sintiendo impotencia. Abrazó sus cortas piernas y enterró su rostro entre sus brazos, su corazón llenándose de rabia.

Quería que se detuviera.

Él era el único que podía escuchar la voz de su hermanito...

Abrió los ojos con una gran bocanada de aire y miró con miedo la oscuridad a su alrededor. Se permitió relajarse al ver a Jimin a su lado, se volteó para ver también a Jungkook que estaba del lado contrario a él.

Cubrió con la manta los cuerpos de ambos jóvenes resguardándolos de la frescura de la noche.

Se volvió acostar, ahora tomando a Jimin entre sus brazos y la última imagen que se llevó antes de dormir fueron a sus compañeros haciendo guardia.

Enterró su nariz entre los mechones dulces: olía a shampoo y su piel estaba suave luego del baño. Era tan cómodo y pequeño, quería abrazarlo todo el tiempo para reparar todos esos años de distancia entre ellos. Ni siquiera recuerda en qué punto se encontraban tan lejos el uno del otro. Su pecho se estrechó, su corazón lloraba y quería preguntarle a Jimin si él sentía lo mismo. Quería saber si el pequeño Min estaba rompiéndose... O ya lo estaba y llegó tarde a intentar repararlo.