Solo part.

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Abrí lentamente los ojos, parpadeando varias veces para poder acostumbrarme a la brillante luz. No sabía dónde me encontraba, ni que hacía aquí. Mi garganta estaba seca y me picaba todo el cuerpo. Me tomó varios intentos pero pude mover mi cabeza poco a poco a la derecha, viendo varias camillas y varias personas en uniforme trasladarse de un lado a otro, algunas con un bloc de notas y otras llevaban utensilios que no pude reconocer a simple vista.

Escuché una voz familiar—¡Dr. Wills!—Gritó la voz chillona, por el sonido pude identificar que era una chica. Después de varios segundos pude ver a alguien acercárseme y empezar a chequear máquinas.

—Todo parece estar en orden Srta. Deakin.— Dijo el hombre. ¿Deakin? ¿Mi madre está aquí?

Poco a poco se fue aclarando mi vista, y pude ver el rostro de una linda mujer llorando acariciando mi cara. —Mi bebé fuerte.— Dijo y me dejó un beso en la frente. Abrí la boca para hablar, pero las palabras no salían de mi boca, las podía formular en mi cabeza pero sólo se quedaban ahí revoloteando. Me sentía tan frustrado y quería respuestas que en el fondo sabía que no iba a conseguir en seguida.

Al cabo de varios minutos mi madre había salido diciendo que iba en busca de Lottie, y por algunas ropas y comida. Yo simplemente le traté de sonreír y moví la cabeza en asentimiento que a simple vista no era notorio.

Mientras tanto, me encontraba mirando las caricaturas de la pequeña televisión en una esquina de la pared. —Buenas, Sr. Tomlinson ¿Cómo se encuentra?— Moví mi cabeza hasta dónde se encontraba la voz, obviamente me sentía horrible si estaba aquí metido. Pero asentí de todos modos.

—Bien, aquí tengo unos medicamentos para poder relajar la inflamación en su garganta, una botella de agua y una sopa de pollo.— Me sonrió el Dr. Wills, dejando una bandeja en mis pies a nivel de mis muslos. El se dio cuenta que no podía levantarme, así que me ayudó y dejó una almohada en mi espalda para poder acomodarme.

Mi cuerpo aún picaba, pero no lo había podido ver hasta que ahora veo que tengo varios cables de no-sé-qué pegados a mis brazos y pecho, el Dr. Wills pareció darse cuenta. —Ya estás respondiendo cómo se debe al tratamiento, esperaremos 8 horas más para ver que tal estás y discutiremos para poder darte de alta.— Dijo y yo me alegré mentalmente, pero sólo pude asentir.

Tomé la pastilla entre mis dedos dejándola en la parte de atrás de mi lengua y destapando la botella para tomar agua, estaba realmente sediento por lo que tomé toda el agua en unos segundos y el Dr. Wills me sonrió. —Eres muy fuerte, iré a mi oficina y volveré en un rato, suerte Louis.— Dijo y salió de la habitación, yo empecé a comer la sopa mientras miraba las caricaturas, sonriendo porque eran unos tontos.

(...)

Las 8 horas se convirtieron en tres días, ya podía hablar y moverme, pero de todos modos me ofrecieron unas muletas, eran muy incómodas pero aún no podía mover bien las piernas y no quería arriesgarme a caerme cada vez que caminaba. Según el Dr. Wills, yo llevaba 5 meses en coma y en este momento mi madre se encontraba conmigo en el patio del hospital, mientras yo intentaba caminar ella me contaba historias de Lottie y los gemelos, nada de Fizzy porque vive sola y ella misma me cuenta sobre su vida cuándo viene de visita.

— Oh oh, ¡Doris quiere venir a verte! y Ernest dice que le da miedo porque piensa que te vas a morir. Yo le dije que eso no iba a pasar pero sabes que es un niño muy intenso con lo que piensa. Está muriéndose por verte pero aún tiene miedo a que te vayas de su vida.— Decía mi madre, a decir verdad hablaba mucho y no se callaba en un buen rato, pero yo estaba bien con eso, estaría igual si me pasara algo parecido.

What a heavenly way to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora