Capítulo 22: Una esperanza

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Ya han pasado diez días desde el secuestro de Jimin, TaeHyung salió del hospital. Hoseok a estado visitandome todos los días pero no tiene ninguna novedad de él. Me encuentro en la celda, donde más, sentado sobre la cama dura con la mirada perdida; el sonido de las llaves en la puerta me saca de mis pensamientos.

— Min — dice el policía —tienes visita, un abogado.
— Es raro por que no pedí ninguno — digo rodando los ojos.
— Vamos — ordena — quiere verte urgente.

Bufo y me pongo de pie, camino hasta la puerta y salgo, camino lentamente hasta llegar a la sala de visitas, ahí se encuentra un hombre de unos cincuenta años o quizás un poco más sentado con un maletín a su lado.

— Min Yoongi — dice él hombre — Espero no haberte molestado, hable con tu amigo Hoseok y me pidió que te visitara para hablar de tu caso.
— No se puede hacer nada — digo sentándome frente a él — el juez la me condenó.
— ¿Sabías que puedes salir más antes por buena conducta?
— Sólo pasaron unos meses — respondo mordiendo mi labio inferior — Ni siquiera ha pasado un año, y todavía me queda mucho tiempo por estar aquí.
— Tienes que decir más — dice el hombre — Hoseok me contó que mentiste en varias cosas, varios asesinatos que no cometiste.
— Hoseok no sabe nada — contesto molesto — Estoy harto de que se meta en mi vida.
— Es un buen chico — insiste el hombre — Sólo dime y saldrás de aquí, puedo arreglar una fianza y estarás libre en una semana.
— ¿Qué tengo que hacer? — pregunto respirando hondo.
— Sólo decir la verdad — dice con una sonrisa — Di toda la verdad y podrás estar libre. — yo realmente no entiendo por que te castigas así.
— Esta bien — respondo — Voy a decir lo suficiente... todo sea por salir de aquí y buscar a Jimin.
— bien — dice él hombre sacando una grabadora de su maletín — Cuéntame todo, llevaré esto al juez.
— Bien — trago un poco de saliva y comienzo a hablar — yo no he matado a nadie, bueno sólo a una persona y eso fue hace tiempo. Su nombre no lo diré, lo único es que era la hermana de Kim Namjoon, quien secuestro a Jimin. Ese día había discutido con mi padre por algo que no recuerdo, salí de casa y fui a la de ellos, vivan solos sus padres habían muerto. Estaba molesto no dejaba de golpear todo ella intentaba calmarme pero no le hice caso por ninguna razón, sin darme cuenta tome un cuchillo y lo clave en ella. Fue sin querer no supe lo que había hecho hasta que vi la sangre en mis manos. Sólo salí de ahí y fui a un parque cercano fue ahí donde vi a Jimin, de inmediato me quedé fascinado con él. Desde ese día lo seguí constantemente hasta que logre hablar con él y termine por enamorarme. En ese tiempo sentía la necesidad de ver sangre, ese se volvió un hábito. Secuestre a muchas chicas, pero no las lastime simplemente me divertí un poco con ellas, usando juguetes sexuales entre otras cosas. Finalmente las dejaba por ahí a su suerte para que creyeran que yo las había matado.
— Esto será suficiente — dice él hombre parando de grabar — Voy a llevar esto al juez, traeré noticias pronto.
— Muchas gracias — digo poniéndome de pie — Espero pueda ayudarme, sólo quiero salir de aquí y buscar a Jimin, eso es todo lo que deseo.
— Vas a salir — dice dando golpecitos en mi hombro — Vas a encontrarlo sano y salvo ya verás.

El hombre sale de la sala de visitas y yo me quedo ahí por unos minutos, camino hasta afuera y el policía me lleva a la celda otra vez, cierra las rejas y de va.

— Ya iré Jimin — susurro — sólo aguanta un poco más. 



Cartas De Un Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora