parte unica +18

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La habitación era apenas iluminada por la tenue luz de luna, afuera nevaba, sin embargo el calor era abrumador en aquel pequeño lugar. Tres jóvenes se hallaban casi desnudos, nerviosos y deseosos a descubrir experiencias nuevas, los besos habían comenzado, al igual que las caricias, repartidas en turnos entre el de cabello negro y el par de rubios.

Craig se hallaba hincado sobre la cama, sosteniendo a Tweek de la cintura mientras se besaban, el rubio menor se hallaba en la misma posición que el azabache, solo que mirándolo de frente, mientras el tercer miembro, Kenny, se hallaba justo detrás de Tweek, devorando el cuello del mas bajo con ardientes besos.

Pero ¿cómo es que habían llegado a esa situación? ¿A estar tan cerca de entregarse a la lujuria en una noche tan alocada como aquella? Pues, todo comenzó una semana atrás, cuando Craig y su novio habían terminado de experimentar todas las poses del tan conocido libro del kama-sutra y buscaban experiencias nuevas para mantener viva la llama de su relación. A sus cortos 18 años, la pasión estaba mas que encendida.

Primero se les había ocurrido hacer una fiesta que se llenara de alcohol y sexo, pero rechazaron la idea por lo costoso que aquello sonaba, sin mencionar que era ilegal y que el pequeño rubio se negaba rotundamente a ser prófugo de la justicia si eran descubiertos, cosa que no extrañó a Craig pues conocía a su novio y sabía que tendía a exagerar.

La segunda opción fue invitar a otra pareja y hacer un cuarteto, intercambiar parejas para pasarla bien esa noche; pero no estaban seguros si compartir su intimidad con los demás chicos fuera una buena idea, y no pudieron encontrar personas de confianza en el internet, ya que tampoco podían permitir que cualquiera entrara en su casa, por lo que la idea también fue rechazada.

Estaban frustrados y por rendirse, cuando de pronto en aquel portal de anuncios y servicios sexuales en la red, apareció una nota que llamó su atención << ofrezco mis servicios para hacer tríos con parejas, no importa si son heterosexuales, lésbicas o gays, discreción total, cobro lo mínimo y doy lo máximo, bebidas de cortesía por mi parte>> era lo que se podía leer; pero lo que mas les llamó la atención, fue que el perfil de esa persona pertenecía a un chico que ellos conocían muy bien, Kenny McCormick . Conociendo la situación económica del nombrado, no los extrañaba que se prestara para algo así por dinero, después de todo, no sería la primera vez que hiciera algo parecido.

Analizaron si sería una buena idea involucrar a Kenny en su reto de disfrutar su sexualidad al máximo, en un enfoque nuevo por día. La idea de un trío no sonaba nada mal, pero tenían vergüenza de compartir su intimidad con una persona conocida.

- no lo sé Craig ¿y si se lo cuenta a todo el mundo?- preguntó el rubio algo nervioso.

- no creo que lo haga, además el no está en una situación muy distinta a la de nosotros. Solo míralo, se está ofreciendo como una puta en la red, si llegara a decir algo seguro el más perjudicado sería él- habló por su parte el azabache, analizando la situación.

-no lo sé...- repitió, se notaba inquieto y dudoso

-cariño, tu solo confía en mi- tomó la mano de su novio y este asintió mas confiado.

Lo haría, confiaría en Craig, además, también deseaba experimentar aquella seductora experiencia. Un trío ¿cómo sería?

Estaba a punto de descubrirlo, pues ya se encontraban los tres ahí, uno lo besaba en los labios, y el otro recorría su cuello mientras intentaba despojarlo de la última prenda que le quedaba sobre la cintura, a lo que el mas bajo se rehúso.

-hace frío ¿y si pillo un resfriado?- argumentó sujetando su camisa.

-pero aquí hace calor amor- le respondió Craig, atrapando su cuello para besarlo mientras comenzaba ha desabotonar los primeros botones de la prenda.

Secreto de tres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora