Capítulo 1.

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El día esta transcurriendo bastante lento, el viaje se me está haciendo eterno, contemplo como las gotas de agua caen sobre el cristal. Mamá y papá van conversando, David va dormido, debería seguir su ejemplo, tomo sus audífonos sigilosamente, y me los coloco, subo el volumen a tope y la música comienza a inundar mi mente <<hay algo más, inexplicable como su mirada, inigualable como la manera en que me cela y trata de disimular que no esta mal>> los párpados comienzan a pesarme, y poco a poco veo como se desvanece el hermoso paisaje frente a mi...

-Evelyn, ya llegamos -dice papá cuando abro los ojos.
-¿Ya? -pregunto aún medio dormida. -¿Es aquí?
-Si, ayudame a sacar las cosas.

Salgo del coche, me acerco a la cajuela y tomo mi maleta azul rey. Comienzo a caminar hacía nuestra nueva casa, es aún más grande que la otra, esta es de dos pisos, y la otra era de uno solo, eramos la casa sardina, por dios santo; es linda la casa, es un color crema con palo de rosa, hacen buen contraste, es algo sencillo pero bonito, el jardín es hermoso, hay claveles, girasoles y rosas. Comienzo a subir los escalones y entro en ella. Dentro ya se encuentra mamá en la cocina sacando todo lo que pertenece a esa habitación, mamá es tan bella, me parezco a ella en el físico y a papá en el carácter, adoro a mi mamá, y agradezco a ver salido tan hermosa como ella, le queda perfecta su cabellera negra con rizos al final, sus hermosos ojos café oscuro, sus finos rasgos. La veo fruncir el ceño cuando no decide en donde poner la alacena, miro a la sala y ahí se encuentra mi "lindo" hermano, el es sin duda alguna toda la cara de papá, las mismas cejas pobladas, piel morena clara, ojos rasgados, nariz fina, aunque los ojos también los heredo de mamá, David es más grande que yo, solo por un año, el ahora se encuentra ya en la universidad estudiando la carrera de derecho, si, quieres ser abogado, esa carrera se me hace muy buena, te deja dinero, pero yo tan solo no lo veo por el dinero, no soy una interesada, si no también porque en algunos casos los abogados defienden a sus clientes con uñas y dientes, con tanto sentimiento, se toman su trabajo muy enserio, sinceramente a mi también me llama bastante la atención esa carrera, pero también estoy pensando en estudiar para psicóloga, me gusta escuchar los problemas de los demás y ayudarlos si es que puedo.

-Ya escogí mi cuarto, el otro es tuyo. -dice David.
-¿Pero qué te pasa? -respondo furiosa -¿Quién dijo que serías el primero en escoger cuarto? Mamá no es justo, estaba ayudando a papá.
-Por favor, acabamos de llegar, no comiencen con sus peleas -dice mamá frustrada, ¿Qué es lo que le pasa? ¿Por qué esta así?
-Ya Evelyn, no aguantas nada, era broma -dice David para mis adentros -Escoge tu cuarto, no he escogido ninguno.

Pongo los ojos en blanco, tomo mi maleta y comienzo a subir las escaleras, la casa es aún más linda de lo que pensé, jamás me imagine en una casa como esta, me da gusto que a papá le este yendo perfecto en su trabajo; como puedo llego a arriba, la maleta es bastante pesada, y eso que no vienen todas mis cosas aquí. Recorro el pasillo, veo la primera recamara, es bastante grande, he de suponer que esta será la de mis papás, cierro la puerta, y sigo caminando en busca de mi habitación, junto de las escaleras esta el baño, y abajo hay otro, gran ventaja, al final del pasillo del lado derecho encuentro ya mi habitación, doy gracias porque esta será la mía y no la de David, es algo más chica que la de mis papás, pero lo suficientemente grande para mí, entro en ella curioseando, las paredes están pintadas del mismo color de la casa color crema con palo de rosa, perfecto, dejo mi maleta sobre la cama y camino hasta el ventanal, esto esta súper, la ventana tiene su propio asiento, o no se como se diga, quito los cojines y me siento, desde aquí se ve toda la calle, es perfecto, se ve la hilera de casas igual que la de nosotros, unas más grandes que otras, pero se ve bastante lindo, frente a mi cuarto veo que se encuentra una casa que da un cuarto justo frente al mío, vaya, vecinos. Doy media vuelta y comienzo a sacar toda mi ropa, me hacen falta aún bastantes cosas, pero poco a poco me sentiré en casa. Eso espero.
Salgo de mi cuarto y bajo rápidamente las escaleras. Veo a mamá aún con el ceño fruncido pero ahora por saber donde colocara la estufa, y a David como de costumbre viendo que cómodos están los sillones. Salgo a la entrada y veo a papá terminando de bajar algunas cosas, camino hacía el y me recibe con una gran sonrisa.

-¿Faltan aún muchas cosas? -pregunto observando al interior de la cajuela.
-En realidad no Evelyn, no tantas, pero a ver si me ayudas a terminar de bajar las pocas que faltan.
-Claro -comienzo a caminar en el asfalto pero papá me detiene tomandome del brazo.
-Pero antes Evelyn, ¿Qué tal? ¿Qué te parece?
-Pues... No me quejo -me mira papá con cara de ofendido -Era broma -comienzo a reír -me parece un lugar bastante lindo, pacífico, tranquilo...
-Que bueno Evel...

Papá no termina la oración, comienzan a surgir gritos por la calle, salen chicos de diferentes edades corriendo, un pequeño patea un balón hacia nuestra dirección. El balón aterriza unos cuantos centímetros después de la banqueta, me dirijo hacía el para devolvérselo al pequeño.

-¡Evelyn! - grita papá tras de mi después de levantar el balón, giro en su dirección y al instante caigo al suelo con un chico sobre mi.
-Lo siento, de verdad lo siento, disculpame, no te vi -dice el chico levantándose, y tratando de ayudarme, pero lo ignoro y me levanto sola de mala manera.
-¿Qué te pasa? -digo furiosa, sacudiéndome -Fijate por donde vaaaaas... -levanto la vista y me topo con unos hermosos ojos color avellana.

Ojos color avellana ♡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora