El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•

¿Esto Es Normal?

Narrador
 
 

Las cosas cambiaron, de cierto modo, ahora que Michael y (Tn) vivían con la señora Mead parecían una familia cualquiera y ella se había convertido en la figura materna que tanto necesitaban. Se sentían felices y protegidos.

Y durante los últimos 9 meses finalmente conocieron los placeres de llevar una vida tranquila.

 
 

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Miriam pasa los platos con rebanadas de pan de calabaza con nueces, (Tn) y Michael se acomodaron en sus asientos. Desde temprano el delicioso aroma del pan había inundado la casa y los chicos estaban ansiosos por probar lo que Mead había cocinado para darle la bienvenida al mes de Octubre.

Cuando Mead se sentó finalmente frente a ellos, Michael comenzó a cortar un trozo del pan, pero al sentir un leve golpe en su pierna por parte de (Tn) el rubio alzó la mirada de su desayuno.
 
 
- ¿No olvidas algo?- Pregunta Mead indicándole lo que debe hacer.
 
 
Es día le tocaba a él dar gracias, así que deja los cubiertos en el palito y junta sus manos.
 
 
- Bendícenos, Señor Oscuro, por los regalos que recibiremos de tu abundancia infernal. Por el poder de Lucifer Eterno. Nema.- Terminó su oración.
 
 
De este modo Mead dio permiso de que comieran.
 
 
- Está delicioso.- Dice (Tn) después de pasarse un gran bocado y Michael asiente con la boca llena.

- Al único otro que le gustaba esto tanto como a ustedes era mi primer esposo.- Comenta la mujer. - Por eso fue tan fácil envenenarlo.-

- No nos envenenarás a nosotros, ¿Cierto?- Pregunta el ojiazul.

- A (Tn) no, pero si tú no limpias tu parte del cuarto tendré que hacerlo.-

- Realmente mataste a tu primer esposo, ¿No?- Dice curioso.

- No, maté a mis tres primeros esposos.-

- ¿Por qué?- Pregunta la peligris dándole un sorbo a su café.

- Aprendan esto ahora. Si algo no funciona, es mejor cortar el cordón y verificar que el seguro de vida éste al día.-

- Eso es malvado.- (Tn) ríe por el comentario del rubio.

- ¡Diablos, si! Soy una mamá diabólica.- Los tres rieron y siguieron comiendo.

 
 
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Michael perseguía a (Tn) por los pasillos de la tienda mientras Mead realizaba las compras. Como había muy poca gente en el lugar, (Tn) salía con libertad de la sombra de Michael y ayudaba con las compras.
 
 

- ¿Qué tal me quedan?- Pregunta el rubio con unas gafas de sol puestas.

- Muy bien, pareces una estrella de cine.- La peligris soltó una corta risa por las poses que hacía el chico.

- Sería un excelente actor.- Dejó las gafas en su lugar.

- Uno muy lindo.- Michael sonrió por el comentario. - ¡Mira!-

 

(Tn) señaló unas pulseras con cuentas, una de las pulseras es de color negro con detalles en dorado y el dije de una corona dorada, la otra pulsera también es negra pero los detalles son en plateado al igual que la corona.
 
 

- Me gustan.- Dijo el ojiazul.

- Son hermosas.- Comentó la chica.