one shots Spencer Reid

7. paleta

La paleta pasaba de sus manos, a su boca una y otra vez. Era realmente hipnótico, sus largos dedos se movían con agilidad a la vez que sus labios se abrían y cerraban una y otra vez. Seis segundos, seis segundos era exactamente lo que mantenía el dulce en su boca, para después jugar con ella entre sus dedos por diez segundos. Llevaba cerca de 5 minutos siguiendo cada movimiento que hacía, en algunas ocasiones me sorprendí aguantando la respiración involuntariamente. Pero era imposible no verle , cada uno de sus movimientos era más fascinante que el anterior.
-preciosa, si sigues viéndolo así, va a desintegrar me dijo al  oído provocándome  un susto de muerte y que me pusiera roja como un tomate.

-yo... yo no, yo solo lo vi ahí comiendo esa paleta y ....- conteste nerviosa, realmente no tenia idea de que decir

-detente, no quiero saber que imaginaste que puede hacer el niño con la boca- rio socarrón.

-MORGAN- le dije en un gritito indignada- eres un pervertido-
-solo acércate y háblale, ustedes son los únicos que nunca hablan más allá de las cuestiones del trabajo- esta vez su voz sonó seria, como un hermano mayor dando un consejo- y eso es incómodo.
Pero es Morgan y el no puede solo alejarse y dejarte en paz ¡oh, no! Ese nones su estilo.
-hey chico- grito desde mi escritorio, provocando que Spencer nos viera con el ceño fruncido totalmente ajeno a nuestra conversación anterior -la novata piensa que comes raro-

Spencer me observó totalmente sorprendido por un lar de segundos, como si esperara una explicación ante mi repentina y grosera observación. Maldito Morgan, me las va a pagar, compuse mi mejor cara de no pasa nada, soy una mujer mayor que puede hablar con un chico sin morir de vergüenza.
-¿porque seis y diez?- pregunté sin pensar mucho.
-¿seis y diez repitió la pregunta sin comprender.
-mantienes el dulce en tu boca seis segundos y después lo mantienes en tu mano diez- le expliqué, pensé que se molestaría, pero no, el solo me sonrió.
-son acciones que realizó automáticamente y sin mucho esfuerzo, me ayuda a pensar-
-¿lo haces con todos los alimentos?- pregunte en parte por curiosidad y también por seguir hablando con el.
-realmente nono se, jamás medí el tiempo durante mis comidas- contestó amable y meditándolo, como si fuera algo realmente interesante.
-bueno, podríamos ir a comer y descubrirlo ¿no crees?- quién diría que algo tan estúpidos fuera tan buena excusa para invitarlo a salir.
-si, eso estaría bien- contesto tímido apartando la vista- y consultando su reloj-falta poco para la hora de comer-
-pues andando, no creí que se den cuenta que nos fuimos antes- me levante y tome mi bolso, pero Spencer seguía en su asiento- ¿vamos?-
-¿me estás invitando a salir? ¿Como una cita?- preguntó incrédulo
-sip ahora vámonos- conteste acercándome a el para hacerlo salir de su cubículo.
De inmediato se levantó, y un poco nervioso se colgó su viejo bolso y me sonrió radiante. Parecía que aquella e improvisada cita le emocionaba y para que mentir a mi también.