Soft S&M

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Noodle sopló con suavidad mientras apretaba sus dedos sobre sus rodillas, mordiéndose el labio mientras esperaba que 2D regresara a casa, tratando de contener un gemido lastimero cuando un calambre cruzó por su pierna.

Abrió los ojos al máximo cuando la perilla de la puerta de entrada sonó, dejando entrar un largo y delgado cuerpo masculino, el hombre quitándose la chaqueta, los guantes y la bufanda que se había colocado antes de salir al frío de la calle.

- Veo que no te has movido. – Noodle no respondió, sus ojos observando al cantante acercarse a ella y colocarse a la altura de la mujer. – Puedes hablar.

- ¿Me puedo mover, amo? – 2D se golpeteó el labio con un dedo, pensando.

- Sí, ponte de pie. – Le tendió una mano para ayudarla a pararse, la japonesa parándose derecha frente al hombre. - ¿Te portaste bien mientras no estuve?

- Sí, amo. – Él sonrió, tocándole una mejilla a la mujer, antes de tirar de ella para besarla con deseo, separándose de ella cuando Noodle comenzó a corresponderle.

- Traje unos juguetes nuevos, mi amor. – Los preciosos ojos verdes de la mujer brillaron ansiosos, él apreciando la playera sin mangas y el pantalón holgado que ella llevaba, sus ojos estrechándose al mirar como ella pasaba la lengua por sus labios. – Ve al cuarto y espérame, pero no olvides ponerte cómoda.

- Sí, amo. – Musitó con placer antes de dejarlo solo.

Stuart tomó la bolsa que había traído de sus compras matutinas, sacando de dentro un bonito collar, unas cadenas y pinzas, algo parecido a un látigo y un par de cajas. Todo para divertirse.

Decidió esperar un poco, ya que pensaba que el juego era más divertido si había un poco de incertidumbre, el no saber cuando sería atacada, atada y estimulada.

Rio con sorna, era él quien más necesitaba a la mujer, así que, sin más vacilación, se fue a la habitación que compartían en la casa.

Él y Noodle habían sido bastante inteligentes al buscar un pequeño hogar en el cual ocultarse los fines de semana o cuando se cansaran de la mierda de Murdoc, acondicionando un cuarto para que pudiesen jugar a sus anchas.

- Me gusta verte así. – La piel de Noodle se enchinó cuando escuchó el tono de voz profundo del cantante, sus ojos cerrándose con deleite al sentir la pesada mirada del hombre que amaba recorrer su cuerpo desnudo y ansioso parado a dos pasos de la cama. – Eres demasiado encantadora para dejar de mirarte.

- Gracias, señor. – Un leve golpe el su muslo la hizo gemir, 2D mirándola de forma recriminadora.

- No te he dado permiso de hablar. – Ella se sonrojó, agachando la mirada. – Pero soy compasivo. – Le acaricio la espalda, agarrándola de la cintura para besarla castamente. - Tengo juguetes nuevos. – Habló en voz baja, la mujer sonriendo complacida.

Dejó las cosas que había traído con él encima de la cama, sentándose y haciendo un llamado con su dedo índice, Noodle acercándose a él.

- Arrodíllate. – Ordenó, ella haciendo lo indicado por él. – Te tengo un collar nuevo, pensando en lo que pasó con el anterior. – Agarró una tira negra de la cama, llevando sus manos al cuello femenino para colocar la tira, sonriendo al ver que Noodle contenía la respiración mientras él ponía el collar en su lugar. – Una placa con el nombre de tu señor para que jamás te pierdas, mi amor. – Ella asintió con una sonrisa, esperando la siguiente orden. – Ponte de pie y siéntate en mis rodillas con tus brazos alrededor de mi cuello.

Noodle lo hizo, sentándose en las rodillas masculinas, sintiendo como las manos del cantante acomodaban sus muslos sobre los de él. Antes de poder pensar en cualquier cosa, 2D se llevó un pezón a la boca, lamiéndolo y mordisqueando, escuchando con deleite como la respiración femenina se entrecortaba y un gemido quería huir de sus labios.

- Quiero escucharte. – Esas palabras hicieron que la boca de Noodle se abriera, sutiles quejidos saliendo de ella mientras las succiones se hacían cada vez más fuertes, el cantante prendido del pecho femenino como si fuera un niño pequeño.

- Mi señor, más, por favor. – Suplicó entre gemidos, levantándola de su lugar para colocarla sobre la cama de espaldas.

- Mira que cosas tan bonitas traje. – Dijo con un tono de voz juguetón, levantando dos pinzas unidas por una fina cadena. – Sé donde deben ir. – Con ternura, acarició un pecho, apretando un pezón ya endurecido por el trato anterior, colocando una pinza, Noodle jadeando por el repentino dolor y sensación de frialdad del metal, él repitiendo la acción con el otro pecho. – Te ves hermosa con esto, sabía que debía regalarte joyería como me dijo Murdoc.

Sin decir nada más, abrió una de las cajas, sacando unas esposas para restringir las manos de la guitarrista, ella sonriendo cuando sintió la familiar presión metálica alrededor de sus muñecas.

- No te muevas. – Susurró cuando tomó un pequeño y suave látigo, riendo al escuchar un gemido ahogado al pasear el látigo por el costado femenino.

Lo dejaría para después.

Agarró la otra caja, abriéndola para sacar un paquete más pequeño, colocándolo a la altura de la vista femenina.

- Creo que esto te va a gustar. – Sin decir nada más, abrió el paquete, sacando un objeto de color blanco, parecido a un producto de higiene femenina, pero antes de que Noodle pudiese abrir la boca, Stuart lo colocó entre las piernas de ella, posicionándolo justo sobre su clítoris con una sonrisa perversa, encendiéndolo solo para escuchar el grito agudo de ella al sentir la vibración enviar pequeñas esquirlas de placer a través de su sistema. – Recuerda, no puedes acabar hasta que yo te lo diga.

- Si señor. – Apenas susurró entre jadeos, sintiendo como él apoyaba sus labios sobre los de ella, besándola de forma superficial antes de profundizar, sumergiendo la lengua en el interior de la boca femenina, sintiendo como la piel de ella se enchinaba y él aún estaba vestido, percibiendo todo aquel banquete que significaba Noodle para él.

Sin decir una palabra, fue bajando por su cuerpo, saboreando la piel que se empezaba a empapar de sudor.

Se detuvo en el ombligo de Noodle, bajando una mano para poder dar más potencia al vibrador, gruñendo al ver como ella se tensaba por un simple aparato. Volvió a bajar, deteniéndose en la piel que circundaba el lugar donde estaba el vibrador, lamiendo con hambre antes de quitar sin cuidado el aparato u sustituirlo por su lengua. Apoyó las piernas de ella en sus hombros, separándola para poder saborearla, lamiendo como un perro hambriento la perla de placer, atrapándola entre sus labios para poder succionarla, una mano abandonando un muslo para que dos dedos curiosos entraran en la húmeda entrada de la japonesa.

Noodle corcoveó, tratando de pensar en todas las cosas feas del mundo como Murdoc en falda o en Murdoc simplemente, pero el placer era demasiado, apretaba las manos atrapadas, suplicando en voz baja, sin saber a ciencia cierta si sus ruegos eran escuchados por el hombre que le daba placer.

- Ahora. – Apenas escuchó, su mente aliviándose mientras su cuerpo explotaba en un arrollador orgasmo, los dedos masculinos empujando rítmicamente dentro de ella, un mete y saca que pronto se volvió lento al igual que el movimiento de la lengua al sentir como ella bajaba de la maravillosa nube a la que la habían mandado.

Cuando abrió los ojos, vio a 2D mirarla con una leve sonrisa en los labios.

- Señor.

- Quiero dormir un rato aquí. – Le señaló los pechos. – Pero antes. – La soltó, acariciando las muñecas para que la circulación volviese a la normalidad.

- ¿Y usted?

- Ya me complaciste, cielo, después podremos jugar más, por ahora descansemos. – Quitó las pinzas de los pezones, dejándolas al alcance de su mano para luego acurrucarse en el pecho desnudo de su amante.

Ella desnuda y él aún vestido.

Ya arreglarían ese pequeño detalle.

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Para xmadblessedx, espero sea lo que querías.

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