Junmyeon moría de la vergüenza, además de que tendría una cita con Zhang, había hecho algo tan...prohibido, no sabía que hacer o qué pensar, acababa de enviarle una foto suya un tanto provocativa a su profesor; el hombre mayor no solo se quedó viendo la foto de su bebe, su traviesa diestra ya estaba masajeando su extensión sobre la tela de su pantalón de vestir negro, echando uno que otro suspiro. Pero no era suficiente, quería más.
Zhang le mandó otro mensaje, en el que escuetamente preguntó "¿Te puedo ver ahora?".
El pequeño se puso muy nervioso, no sabía si aceptar o no... quería verlo, besarlo, aparentar ser alguien más, escapar de la realidad envuelto en sus brazos, demostrarle su amor usando su máscara y su mentira, entregarse a él una vez más, pero había un serio problema, una mujer renegada y fanática, su madre.
No le siguió dando más vueltas, quería ir, quería verlo, le respondió al mayor preguntando dónde se verían, no pasaron ni 2 minutos y Zhang respondió. "Veámonos en el mismo parque de esta tarde"
Junmyeon quería aceptar, pero analizó un poco más la situación, habían más cosas en su contra, podía ser descubierto, así que con todo el pesar del mundo rechazó a Zhang. El mayor se sintió triste, pero entendió al menor. Al día siguiente se desquitaría con sus alumnos.
***
Los meses pasaron, su cita había sido un éxito, hermosa, con mucho dulce y diversión, acabando en el inicio de su historia de amor.
Jun se encontraba tirado en su cama, soñando despierto como de costumbre, quería ver a Yixing, y como ya eran novios, tomó la iniciativa por primera vez.
Se sonrojó, tomó su teléfono y le preguntó a Zhang si podían verse, no era demasiado tarde, pero tampoco eran las 18 horas, así que probablemente habría un pequeño problema que empieza con m de mamá loca; al cabo de unos minutos el profesor aceptó emocionado, quedaron de verse en diez minutos, así que bajó a la planta baja de la casa para irse a ver a su profesor.
-Junmyeon, mi amor, ¿A donde vas?- preguntó la madre detrás suyo, traía una expresión preocupada aunque había algo de enojo en su mirada, el aludido suspiró, volteó con una sonrisa falsa a verla -veré a JongDae, madre- mintió, su madre lo miró escéptica, pero sonrió -está bien mi amor, ve con Dios, te estaré llamando- Junmyeon asintió, volteó, rodó los ojos y tomó sus cosas, entre ellas su rosario, una vez más, lo metió en su bolsillo, volvió a su madre, le sonrió -me voy madre~ te quiero- dijo con pesar, la mujer le dio un beso en la mejilla y acarició su cabello -ten cuidado, mi amor- Junmyeon se alejó, abrió la puerta de la casa y volteó a verla, con su mano hizo el ademán de despedida, su madre hizo lo mismo, salió, cerró la puerta detrás suyo.
Caminó despacio, el parque no quedaba lejos de su casa, llegó bastante rápido; en su cabeza cantaba una canción suave, aquella le recordaba a Yixing, a sus besos, sus caricias, imaginaba una relación tan melosa y tierna junto a él, pero sabía que no era posible, menos con lo que estaba por venir.
Se sentó en la misma banca de la tarde, estaba mucho más oscuro, las farolas iluminaban de manera tenue la inmensa oscuridad de la noche. Junmyeon, estaba tan distraído pensando en Zhang que olvidó mandarle un mensaje a su mejor amigo, así que no había nadie cubriéndolo; a los pocos minutos recibió una llamada, era el apuesto hombre, le preguntaba si ya había llegado al punto de encuentro acordado, el pequeño respondió de manera afirmativa, le dijo donde estaba esperándolo, el mayor no respondió, hubo silencio, Junmyeon se tensó, repitió el nombre del mayor, no hubo respuesta, y de pronto unos fuertes brazos lo abrazaron desde atrás, se sobresaltó, volteó con el corazón acelerado, era Yixing sonriendo -¿te asusté pequeño?- dijo el chino con un leve sonrojo.
El pequeño hizo un puchero asintiendo, se levantó de la banca, el mayor se acercó a él y tomó su cintura y lo envolvió en un tierno abrazo, Junmyeon se escondió en su pecho, el corazón de Yixing también estaba acelerado, sonrió -si viniste...- dijo el hombre mientras tomaba el rostro de Jun con delicadeza -Suho- susurró sobre sus labios, las mejillas del menor se colorearon instantáneamente al escuchar su "nombre" cerró los ojos, respiraban el mismo aire, sus labios se juntaron suavemente en un beso casto y tierno.
Poco a poco se hacía más apasionado, necesitado, pero seguía ausente de lujuria, las manitos de Junmyeon estaban posadas en el cuello del mayor, y el contrario tomaba suavemente su cintura; no pasó mucho para que se separaran por la imprudente falta de aire, se miraron, sonrieron y juntaron sus frentes tiernamente.
Se sentían los únicos en el mundo, estaban inmersos en el momento, en sus sentimientos, en la mirada del otro, en tanto y a la vez tan poco, que no se percataron que alguien los observaba.
-JUNMYEON-
El menor palideció al solo escuchar la voz de sus pesadillas gritando su nombre, no sabía que hacer, lentamente giró su cabeza, y la vio ahí, parada, con furia en sus ojos, horrorizada; Junmyeon empezó a negar con la cabeza despacio, no podía creer que fue descubierto, no sabía que decir, tenía miedo de que todo acabe ahí, con su madre y Zhang en el mismo escenario, el profesor también escuchó a la mujer gritar, se acercó un poco a su oreja y susurró lento -Suho, ¿qué sucede? ¿Por qué tu madre te llama por el nombre de tu hermano?- trató de ver el rostro del menor, pero este volteó la mirada hacia otro lado -perdóname Yixing- dijo mirando a su madre, el pequeño volvió a él, sus ojos estaban llorosos, con una expresión de dolor inmensa.
Yixing tenía los ojos muy abiertos, no sabía que decir o que pensar, retrocedió un paso, Junmyeon sonrió de impotencia, mientras sus lágrimas corrían por su rostro.
Su madre rompió el silencio una vez más.
-ANDA, DILE QUE SIEMPRE FUE UNA MENTIRA, QUE NUNCA EXISTIÓ SUHO, QUE SIEMPRE HABÍAS SIDO TÚ-
Yixing lo volvió a mirar, estaba con una mirada asustada, por su mente pasaron miles de cosas, entre ellas la noche de la fiesta, los mensajes, los besos, las conversaciones, cuantas cosas se dijeron, luego vino a él lo que podría pasar a partir de ahora si esto se llegaba a saber, la pérdida de su empleo, el rechazo del pueblo entero, hasta la cárcel; ya que sabía que Junmyeon era un alumno prodigio, pero no pasaba los 18 años, y en este pueblo para ser considerado "mayor de edad" el rango mínimo eran los 21 años, algo un tanto anticuado, pero así eran las leyes.
El mayor retrocedió un paso más, Junmyeon puso una mano en su pecho y con la otra caminó un paso hacia él, hasta que -no te me acerques- el pequeño abrió los ojos al escuchar el grito de Yixing, frío, furioso -Yixing yo...- el mayor lo cortó -cállate, no digas mi nombre- el pequeño volvió a llorar -así que todo este tiempo estuviste jugando conmigo, ¿qué conseguiste con todo esto? te lo diré, ARRUINAR MI VIDA- el pequeño cayó al suelo de rodillas llorando -perdóname, no pensé que todo llegaría así de lejos, pero yo no mentí, mis sentimientos son verdaderos, créeme por favor- Yixing lo miró con enojo, se alejó de él, no quería seguir escuchando sus palabras.
-NO VUELVAS A ACERCARTE A MI, NO QUIERO VERTE NUNCA MÁS-
Junmyeon siguió en el piso llorando, sintió a Yixing alejarse, levantó la mirada, ya no estaba, frente a él solo estaba una persona, la que menos quería ver, su madre.
-Es hora de irnos Junmyeon-
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Just One Night Mr. Zhang《SuLay/LayHo》 (Mpreg)
Подростковая литература"Junmyeonnie, tu sabes bien que cuando pecamos, Dios castiga, si sigues con eso...ya verás como te irá" esa frase, cada día, de cada mes, de cada año de su vida estaba condenado a escuchar, la voz de su madre diciéndole aquellas horribles palabras...