1. El pasado siempre nos alcanza

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Sasuke

Atado. Si, a una cama. Suspiro ruidosamente.

Tengo las muñecas bien atadas a la cabecera de la cama y sus ojos verdes me miran fijamente. Tenso la mandíbula tan duramente que me duele.

Luego de lo que pasó la noche de la redada tenía que regresar a la capital lo más pronto posible para encargarme yo mismo de hacer que Itachi fuera un verdadero fantasma. A los dos días ya estaba lejos de El País del Viento y allí la dejé. Sakura quería estar con su amiga y Temari estaba atada a Nara hasta que se recuperara. El único que viajó conmigo fue un silencioso Naruto que luego de llegar pidió permiso por unos días y desapareció.

Casi un mes después, esta mañana, recibí su sorpresiva llamada.

Sakura: Sasuke –Su voz casi un susurro hizo que me dolieran partes que no se habían despertado en un largo tiempo– Necesito verte, ven a mi apartamento hoy

Saboree en esa intensidad que demuestra el último beso que nos dimos. Sabía que Shikamaru ya había regresado a la ciudad hacía un par de días y supuse que con toda su comitiva. Habría sido más sencillo también hacerlo parecer muerto, pero dado que es una figura tan pública eso no resultó factible.

Sasuke: Nena, puedo ir a eso de las tres... si te sirve

Sakura: Está muy bien, gracias, te espero

La autosuficiencia con la que sonreí ahora me abofetea.

Sigo atado en posición horizontal, sus verdes ojos me miran con impotencia mientras un arma apunta directamente a su cabeza. También tiene las manos atadas, cerradas en puño y su rostro refleja frustración, miedo y furia.

Sasuke: Nena, yo sé que cada vez que intentamos una cita suceden cosas raras pero esto es absurdo

Ella valientemente intenta un amago de sonrisa.

Mis oscuros ojos echan chispas al tipo enmascarado que está a su lado.

Sasuke: Si te atreves a tocarla...

Dejo la frase a medias porque el hombre voltea su arma con silenciador hacia mí y dispara tres veces dando blanco en el cojín que está junto a mi cabeza. Luego pone el cañón caliente en el brazo de Sakura que gime del dolor.

Sasuke: Maldito, déjala –Gruño–

XXX: Detective Uchiha, le voy a hacer solamente una pregunta, según la respuesta que me dé podrán quedarse de visita o podría prolongar esto por horas

Me impresionó, esa voz no sólo es educada sino que es carente de toda emoción, estamos en serios problemas. Y también, para mi sorpresa, no me es desconocida.

Sasuke: Déjela ir y contestaré lo que me pida

XXX: Me temo que dada su terquedad necesito persuadirlo con algo tangible, por eso la señorita Haruno está acompañándonos

La agarra del cabello rosa haciéndolo un puño y obligándola a arrodillarse frente a la cama. Ella contiene las lágrimas y yo retuerzo mis muñecas, pero estas no se desatan.

XXX: ¿En qué instalación tienen a Orochimaru?

Mis labios se transforman en una línea apretada al darme cuenta quien está detrás de esto.

Como no digo nada zarandea fuertemente a Sakura hasta que se escucha un ruido en la puerta.

XXX: ¿A quién está esperando?

La Voluntad de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora