James estaba molesto. Él era un príncipe, y sabia que debía conseguir alguien con quien reinar cuando tomara el puesto de su padre, pero esto era el colmo. Las costumbres de su reino, cambiarían cuando él subiera al poder.
Se encontraba en un salón enorme y bien decorado. El suelo, de un mármol blanco brillante, era frío bajo sus pies descalzos. Columnas enormes, sostenían el techo, del color dorado mas puro. La belleza del cuarto, se podía notar, aun cuando estuviera atestado de personas desagradables.
Estaba agradecido de no estarse congelando, pues solo traía puestos unos pantalones ajustados. "Otra estupida costumbre", pensó enfadado.
Podía ver que la mayor parte de los invitados estaban vestidos, a excepción de algunas y algunos jóvenes. "Los invitados de honor" los había llamado su madre, pero el solo podía verlos como personas desesperadas por escalar hasta el trono.
Una música ceremonial, demasiado horrorosa a oídos del príncipe, comenzó a ser tocada por los músicos del castillo, anunciando el comienzo de esa "caza".
James caminó hasta su padre, quien acababa de decir unas palabras a los invitados, y estaba por presentarlo.
-Como ya todos saben, nos encontramos aquí para dar comienzo al camino de mi hijo James hacia ser un buen monarca. Esta es una antigua tradición que se originó en estas tierras, y hoy se celebra en muchos reinos amigos, y eso me pone profundamente feliz.- La voz grave del rey, resonaba perfectamente en todo el salón.- Aquí frente a ustedes, se encuentra el futuro rey de estas tierras, y hoy conseguirá una esposa o un esposo, que lo ayudara a manejar estas tierras, así como mi esposa me ha ayudado desde hace ya muchos años.
Aun cuando el rey estaba hablando del príncipe, todo giraba en torno a su propia persona, y eso molestaba aun más al de ojos claros.
Cuando el rey se lo ordenó, se sentó en el sillón ceremonial, con su mejor cara de monarca, y dejo que un sirviente le pusiera las zapatillas especiales para dicha celebración.
El salón entero lo aplaudió, como di acabara de ganar una guerra o curar el hambre del mundo. El de ojos color cielo, soltó un suspiro pequeño, y les enseño una sonrisa muy fingida.
La música, que de había detenido cuando el rey comenzó a hablar, retorno, pero esta vez se trataba fe una melodía tranquila, casi como un vals.
James bajo las escalinatas hacia la zona donde todos los jóvenes de poca ropa estaban esperando. La multitud se abrió, y lo dejo entrar al círculo.
Una dama comenzó a cantar, y los invitados de honor comenzaron a danzar. La danza era sincronizada, pacifica y rítmica. A medida que la música se volvía más rápida, también lo hacían los bailarines.
James estaba estático, y miraba a aquellos que lo rodeaban, iban y venían, todos con la mirada fija en él. La cantante se detuvo y la música recobró su ritmo relajado. El príncipe se paro erguido, y danzo hasta el primer cuerpo que vio, comenzando a danzar juntos.
Todo el salón estaba expectante, en silencio de no ser por la música, mirando como el joven cambiaba de pareja, una y otra vez. La emoción era grande, y embargaba a todo el reino.
James bailó y bailó, sin sentir ninguna conexión especial con ninguna de sus parejas. Se estaba dando por vencido, le parecía tan ridículo, que le molestaba esperar, muy en el fondo, que funcionara.
Tomó al próximo bailarín, y sin necesidad de verlo, supo que era diferente. Alzó su vista, y se encontró con dos ojos del color de la esmeralda. Sus ojos recorrieron todo el rostro del nuevo bailarín, sus facciones delicadas, su fiera mirada, su cabello negro y largo.
James no salía de su asombro, el joven frente a él, era hermoso. El contacto de sus manos con la cintura ajena, le daba una sensaciones que desconocía, pero eran altamente placenteras.
-Mi nombre es Loki, heredero del trono de Jotunheim.- La voz del joven era clara y fría, pero James sabia que el contrario estaba experimentando las mismas sensaciones que él tenía.
Bailaron en silencio, por lo que parecieron horas, diciéndose cosas con la mirada y con los movimientos. Solo cuando la música cesó, detuvieron sus pasos. Se miraron por unos segundos, y James miro a su padre.
-Me complace anunciar que el príncipe ya ha encontrado pareja.-Los invitados estallaron en vítores y aplausos de felicidad.-Les agradezco a todos por haber venido, y los invito a dirigirse al gran comedor.
James y Loki se miraron con leves sonrisas.
-¿Te parece correcto si nos ponemos algo de ropa?
-Me parece una muy buena idea.
Los príncipes se alejaron del gran salón, en dirección a las habitaciones de los invitados. Al llegar a la habitación de Loki, el de ojos celestes, planeaba seguir a su propio cuarto, pero fue detenido.
El de cabellos negros lo abrazó por el cuello y lo metió a su cuarto en solo un movimiento. La llama de la pasión se encendió con rapidez, cual incendio provocado por un relámpago.
James fue el que acortó la distancia de sus labios, devorando la boca contraria con desesperación. Estar cerca del otro, le provocaba en demasia, haciendo que olvidase todo lo demás.
Las manos de ambos, recorrían la piel ajena con deseo, tratando de familiarizarse con esa sensación de calor que el otro provocaba.
-Deberíamos volver a nuestra celebración de compromiso.- dijo James, apenas separándose de los labios ajenos.
-Somos los invitados de honor, van a esperarnos.
Las palabras estaban de más, puesto que la conexión que estaban experimentando, se hacia cargo de transmitir todo lo que los otros sentían.
La poca ropa que los príncipes traían, terminó en el suelo, dando paso a caricias más intimas. Pronto, la habitación se llenó de gemidos y jadeos, que no hacían mas que demostrar el buen vinculo de aquellos hombres.
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Los años habían pasado, y la vida de James Barnes no podía ser mejor. Era rey, estaba casado con el amor de su vida, y tenían una magnifica hija juntos.
-Amado mío, tu hija exige que el gran rey vaya a tomar el té con ella.-
El rey vio a su amado y le regalo una sonrisa. Tomo su rostro entre sus manos, y lo beso con ternura.
-Dile a la princesa Kobik, que el rey estará encantado de prestar su presencia para esa increíble fiesta de té.
Loki río suavemente y beso su mejilla.
-Enseguida le envío una carta a la princesa, pero antes, tengo noticias para el rey.-
-¿Que ocurre?-James se preocupo un poco por el bienestar de su amado o de su reino.
-Estoy embarazado otra vez.-
James sintió como su corazón se hinchaba de emoción, y abrazó a su esposo con fuerza.
-Me haces el hombre más feliz del mundo.- Después de besar el rostro de su amado, lo miró a los ojos.- Me alegro de haber asistido a esa ceremonia de busqueda de pareja.-
Loki volvió a besarle, y hablando sobre el nuevo bebe, se dirigieron al cuarto de su hija.
Fin.
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Danza. [Winterfrost]
FanfictionCuando las costumbres del reino, no son del agrado del príncipe, llega un joven a cambiarlo todo. One-shot Winterfrost, royal au.