Capitulo 1

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- Amelia, este fin de semana.... este fin de semana tiene que ser nuestro fin de semana.
Me ha dicho mi hermana que Pedraza es un sitio precioso.
- Pues si, a lo mejor tenemos suerte y hasta nieva.
Los ojos de Luisita se agrandaron, dejando ver la ilusion que se despertaba en ella al recrear esa escena ideal.

- Imaginate que nieva Amelia, podemos dar un paseo por la nieve. O no, mejor, podemos sentarnos frente a la chimenea y ver como cae la nieve por la ventana.
- Con una botellita de champagne.
- Y unas fresas.... Que me encantan las fresas.
- A mi tambien... Lo que pasa que esta epoca del año para las fresas....
- Ya, tambien es verdad...
- Bueno tu no te preocupes Luisita, que si quieres fresas yo me recorro todos los mercados de Madrid hasta conseguirlas... Hago lo que sea por hacerte feliz.
Luisi volvio a sentir ese cosquilleo en su estomago al escuchar esas palabras de la vedette. Entrelazo su mano con la de Amelia, y la acerco a su boca para dejar un suave beso.
- Amelia, que yo ya soy feliz estando contigo.

Luisita se acomodo en aquel sillon, para poder ver a los ojos de aquella mujer que le habia robado el corazon. Tenia un poco de miedo de decir las proximas palabras, pero a su mente vino la promesa que le habia hecho a la morocha dias atras, sin notas, sin miedos, sin pausas, decirle lo que le pasaba por su mente y su corazón.

- Tengo muchas ganas de este fin de semana... Muchas..... Porque te voy a poder besar cuando me de la gana.

Por un momento el aire dejo de llegar a los pulmones de la vedette, queria tirarse a aquellos labios de la mujer que la habia enamorado contra su propia voluntad. Pero a la vez, sentia miedo, miedo de no poder parar, de desatar en ese beso toda la pasion que venia acumulando dia a dia.
Por unos segundo que parecieron eternos, recorrio el rostro de su novia buscando alguna señal.

Como leyendo su mente, sus ojos se encontraron, Luisita le dedico una sonrisa, y lentamente fue bajando su mirada hacia los labios de la morocha, como invitandola a dar el siguiente paso.

No hicieron falta las palabras, Amelia corto el poco espacio que las separaba, para fundir sus labios en un beso, lento, suave, tan solo moviendo sus labios lentamente, dejando que fuera la rubia la que marcara el ritmo.

Dejaron de besarse por un instante, sin que sus labios perdieran el contacto, como intentando armarse de valor para dar el siguiente paso.

Amelia acarició el pelo de la rubia, y fue entonces que la ultima se animo a un poco mas, pasando sus manos por la nuca de la vedette, juntando sus labios en un beso cargado de pasion, dejando a un lado sus miedos por un momento, y permitiendose sentir esa explosion que le provocaba internamente la morocha con cada beso.

"Solo tienes que dejarte llevar y sentir" se repitio en su mente las palabras de la vedette.

Sin soltar el agarre de su nuca, paso su otra mano por la cintura de Amelia, y lentamente fue dejandose caer hacia atras, atrayendo con ella el cuerpo de la morocha, quien quedo encima de ella en aquel sillon que aun olia a amoniaco.

Al quedar sobre ella, Amelia dejo que una de sus manos vagara por el contorno del cuerpo de su novia, hasta llegar a su cintura y acercar mas sus cuerpos, como si eso fuera posible.

Luisita sin quitar una de sus manos de la nuca de la morocha, paso su otra mano por su espalda, dejando suaves caricias a traves de la ropa, la cual estaba empezando a molestar.

Un momento de lucidez paso por la mente de Amelia, quien apoyo una de sus manos en el sillón, incorporandose un poco, tratando de recuperar el aire y la compostura para hablarle a su novia. Dejando la pasión a un lado, y dedicandole a su novia una sonrisa cargada de ternura, le dijo.

- Estas segura Luisita? Mira cariño que no tengo ningun apuro, podemos.... Podemos esperar ir a Pedraza.

Luisita la miro a los ojos, y si alguna duda habia aun en su cuerpo, con esas palabras se habian desvanecido, sabia, sentía que nada podia salir mal, porque pasara lo que pasara, Amelia la iba a cuidar.

Dancing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora