Capítulo 26 Egoísta

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-¿Anais dónde estás?- habló Derek del otro lado de la línea.

-¿Quién es Renata?- pregunté y hubo un silencio del otro lado- Derek, te hice una pregunta.

-No es nadie- dijo finalmente.

-Con; “No es nadie” ¿te refieres a que soy su dopelngangüer?- Se hizo otro silencio, está vez más largo no esperé que contestará, quite el celular de mí oreja y colgue, seque mis lágrimas y baje de la moto.

Después de la gran revelación que me hizo Cristofer, no quise regresar al instituto, no quería enfrentarme con personas que me seguirían mintiendo aunque ya supiera la verdad. Viaje hasta la ciudad y maneje hasta el primer bar que vi, era un bar de lujo, sólo venían personas se alta categoría, el recinto de una sola planta, pero lo suficientemente grande como para tener trescientas personas. Adentro la música a todo volumen me recibió dando una fuerte embestida a mis tímpanos, la luz cálida cambiaba constante mente azul, verde, rojo, violeta y así sucesivamente. Habían muchas personas y en el centro una tarima donde bailaban bailarinas, moviendo sus caderas provocadora mente, camine en medio de la multitud esquivando gente y ebrios, mí plan está noche era olvidarme de todo. De Evans, aunque él no tenía la culpa de todo esto, de mis hermanos, por que ellos también lo sabían, de mí tía por mentirosa y más que nadie de Derek ese bastardo vino de nuevo a poner mí mundo de cabezas.

Camine dirigiéndome a la barra y allí pedí un vodka fuerte con limón, tomé el primero y luego pedí el siguiente y así fue hasta llegar a cinco de una sola tanda. Mis problemas, todos y cada uno de ellos llevaban el nombre de “Derek Cranwel” tenía tantos sentimientos encontrados y por los tragos en mí cabeza todo empezaba a hacer “Click” muchas veces me confundieron llamándome por su nombre, incluso el prometido de Lizzeth. Él me había defendido había salvado mí vida, tal vez creyendo que había recuperado su amor perdido, ¡bastardo! Algún día me desquitaría, seque mis lágrimas no entendía porque lloraba, tal vez era la decepción o el hecho de que me hubieran mentido en algo que yo consideraba importante. Pedí otro trago más fuerte un whiskey, sentí como el líquido quemaba mí garganta, de fondo se escuchaba “Believer” un electrónica bastante fuerte.

...

Dos, tres o cuatro horas, tal vez habían pasado, me había tomado dos botellas de vodka y dos de whiskey, ahora. Me sentía lo suficientemente ebria como para haberme olvidado de todo, había perdido la noción del tiempo y para éste momento todo me daba vueltas y empezaba a sentir mi estómago revolcarse, me levante de la butaca en la que estaba sentada y tuve que sostenerme de la mesa para no caer, reí para mí misma cuando note que en serio había logrado lo que quería, todo pasaba en cámara lenta y borroso. Camine esquivando personas y teniéndome de algunas que otras para no caer de narices contra el piso, me detuve en el baño y me mire al espejo, no sabía en que momento me había quitado la chaqueta que traía y ahora mismo me sentía muy mal, ya que no estaba acostumbrada a tomar alcohol y mí organismos ya quería expulsarlo. Tome un poco de agua fría en mis manos y moje mí rostro, ya debía volver.

Tomé mi celular del bolsillo de mis jeans y de inmediato la luz de la pantalla ilumino mí rostros, 58 llamadas perdidas, sin exagerar. Tenía 15 Aaron, 16 de Elif, 9 de Tessandra, también tenía 5 de Derek, 4 de mí padre, 3 de mí tía y 6 de Evans. Ahora si, todo estaban preocupados por mí, cuando ninguno se puso a pensar el como de alguna forma me afectarían sus mentirás, salí del baño sosteniéndome de las paredes, de nuevo la música empezó a ensordecerme y la oleada de calor me inundó, todo me daba vueltas, perdí el control de mí actos y cuando creí que caería al suelo, unos brazos fuertes sostuvieron mí cuerpo. Levante mí vista y parpadee varias veces para poder creerlo, un hombre de tal vez veinte o veinticinco años me sostenía, pero eso no fue lo que llamó mí atención sino que fue su gran parentesco con Derek, ambos tenía esos ojos esmeralda que por un tiempo me tuvieron loca, la diferencia es que éste hombre los tiene más oscuros.

Sueños #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora