🔞 La abejita de mi vida - Semi AU MLB {Nathloe}

3. Aguardando por la acción

Mientras subía las escaleras hacia el tercer piso de la preparatoria trataba de mentalizarse antes de entrar a su salón de clases, sabía de antemano lo que aguantaría todo el jornal académico, claro que había pataleado más de una vez para evitarlo, pero resultó ser en vano. Al menos lo intentó, no son antes enfrentarse a la chica gafas para salirse con la suya.

Sabrina como lo era usual iba justo detrás suyo, la pelirroja sabía muy bien por lo que la rubia estaba pasando, ella era muy consciente de hasta donde podrían llegar los celos de la Bourgeois. Más sin embargo, la sentía algo distinta, como si algo en su esencia hubiera sido alterado; daba la impresión de estar extrañamente tranquila para un lunes en la mañana.

Cuando ambas se presentaron en la clase, las respectivas conversaciones que sus compañeros sostenían fueron reemplazadas por un silencio pesado; Chloe alzó el mentón mientras colocaba su mano derecha en su cintura y caminaba a su asiento en una actitud de superioridad, Raincomprix por otro lado bajo la cabeza y rápidamente se acomodó al lado de la joven hija del alcalde. La de lentes de marco grueso no era tan indiferente como parecía al rechazo que mostraban varios chicos en el instituto, unos pensaban que era una manipulable nerd, otros que venía de una larga familia de sirvientes leales a los Bourgeois, otros que tenía complejo de Cenicienta con súper baja autoestima, otros que era una masoquista y hasta algunos que especulaban que era lesbiana.

Sus madre mil veces le había externado lo insana que creía que era su amistad con la rubia, pensaba que Chloe Bourgeois pagaba por la fidelidad de su descendiente o que la tenía bien amenazada si se alejaba de ella; en cuanto al Teniente Roger respecta, él estaba convencido que de una manera u otra Sabrina se podría beneficiar de esa mal vista camaradería. Ya sea por que se volviera más fuerte o por mero interés, defendía con firmeza que su ratoncito había hecho una elección bajo sus propios criterios y no los de otros.

La señorita Bourgeois dirigió su mirada azul intenso a su izquierda, primero se centró en los causantes de su desgracia; si a ese par de alcornoques no se les hubiera ocurrido sentarse juntos todo seguiría en su curso. ¿No podían esos tórtolos mandarse papelitos melosos desde sus lugares anteriores? No, tenían que cambiar de lugares para fastidiarle las horas de clase. Eso sí, Nino y Alya obviamente se las iban a pagar muy caro.

Luego llevó sus orbes azules a su querido Adrien, él estaba leyendo algo en su tableta y de vez en cuando miraba de reojo la puerta del recinto, esto con el propósito de saber de la llegada de su compañera de sitio, más de una vez lo atrapó viéndola medio absorto, en serio que debía estar mal de la cabeza si prefería a esa panadera pobretona que a ella, la única amiga que tuvo durante años.

Lo mejor sería calmarse, Adrien Agreste no podía tener tan pésimo gusto. Sacó su celular para revisar su Instagram, la última foto que publicó
tenía noventa y tres mil quinientos ochenta y un "me gusta" pero para ella no eran suficientes. El toque de timbre para inglés la hizo ver la hora en el dispositivo, eran la ocho en punto - Y la molestia entrará en 5...4...3...2...1... -

Estrepitosamente la puerta se abrió dando paso a Marinette y a la profesora ginoide...Hinault, agitada la azabache caminó a su asiento ante la
mala mirada de la educadora. Todos los lunes era lo mismo con esa chica.

La joven Dupain se sentó con cuidado en su nuevo lugar favorito. Al lado de su amado durante la escuela. Adrien sonrió simpáticamente - Buenos días Marinette - saludó.

- H-hola Adrien, estás bueno..¡No!...días buenos...quiero decir... buenos días - balbuceó ella

Chloe retorció los ojos - Que tonta - dijo para sus adentros, decidió hacerle un análisis a su ropa, eso sería menos exasperante.