Dejé a Dean solo en el parque, aunque sólo porque el me pidió que lo hiciera. Tom estaba a punto de llegar y el sabía lo mal que me caía, así que en el fondo le agradecía que no me hiciera pasar por eso. Si no fuera porque iba a llegar Tom no habría dejado a Dean solo, no tenía pinta de estar en su mejor momento y si algo había aprendido en los últimos dos años es que un Dean triste o preocupado puede perder el control demasiado. Eso era lo que iba pensando mientras caminaba hasta la biblioteca. Abrí la gigantesca puerta principal, que se cerró silenciosamente tras de mi. Subí las escaleras, concentrada en el sonido de mis zapatos al tocar la piedra.
-Buenos días, Elizabeth. Este si que no te ha llevado nada, ¿tan bien ha estado?
-Sí, la verdad es que me ha gustado mucho.- Dije sonriendo a Greta, la bibliotecaria de siempre.
Miré a mi alrededor, buscando a Jack, pero no había ni rastro de el.
-Eh.. Greta, ¿Sabes donde está Jack, por casualidad?
-Su turno acabó hace una media hora, puede que siga cambiándose, o puede que se haya ido. Nunca se sabe con este chico.-Respondió ella sonriendo.
Le devolví la sonrisa e intenté no parecer demasiado interesada. Había esperado casi una hora para ir a verle para que no pensara que lo deseaba demasiado, pero al parecer me había pasado. Fui hacia la sección de religión de nuevo, considerando si mandarle un mensaje o no. Volví a coger el libro de budismo del día anterior. Había algo en el que era atrayente, nunca podía evitar mirarlo al menos. Antes de devolverlo a la estantería lo abrí y pasé las páginas rápidamente, disfrutando del viejo olor que desprendían, cuando de repente un papel cayó al suelo. Me quedé mirándolo, y miré a mi alrededor antes de agacharme a cogerlo. Solía hacer esto con este mismo libro muy a menudo, si hubiera un papel dentro me habría dado cuenta. Lo abrí con cuidado, y vi que dentro había una dirección, pero estaba escrita casi como para llegar a un tesoro pirata: "Derecha, izquierda, derecha, derecha, 120 pasos recto". Sonreí entusiasmada, parecía un verdadero misterio. Por primera vez en mucho tiempo, me fui sin libro de la biblioteca y casi corriendo. Seguí todas las direcciones, y no me hizo falta contar los 120 pasos para verle en el suelo, sobre un mantel lleno de comida y un par de libros, en un parque a las afueras de la ciudad. Aún estaba lejos cuando casi me dio la risa, era totalmente irreal, era perfecto.
-Menos mal, ya pensé que iba a tener que mandarte un mensaje. Comer todo esto yo solo no era una opción.- Dijo riéndose. Me gustó que no se levantara, porque no habría sabido que hacer.
-Todo tiene tan buena pinta, no hacía falta que hicieras todo esto. Esperaba que me invitaras al McDonalds o algo.-Respondí yo riendo.
-Pero quise hacerlo, llevo tiempo pensando en esto, ¿sabes? Y, bueno, podemos empezar a comer cuando quieras.
-Por favor, estoy muerta de hambre.
-Menos mal.-Dijo sonriendo mientras me servía ensaladilla en un plato.-Si no siempre podemos quedarnos a cenar aquí también.
Le miré sorprendida por la propuesta, y sonreí.
-Claro, podemos.-Dije mirándole a los ojos, pero aparté la mirada rápidamente, centrándome en la comida.
No podía parar de pensar en cuanto tiempo llevaba soñando con algo como esto con el, y tenía la sensación de que estaba arruinandolo todo. Tenía que hablar más, o recuperar viejas costumbres y lanzarme directamente sobre el. Opté por lo primero.
-¿Que libros has traído?-Pregunté, cogiéndolos en mis brazos cuando había acabado de comer.
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Sólo tenía ganas de hacer un pequeño update, pero mañana subiré otro capítulo. Muchas gracias por los votos y comentarios, me alegráis el día :-) <3
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Torn
Roman pour AdolescentsEl sol entraba por los enormes ventanales de la biblioteca, iluminando los lomos de los libros de la sección de religión. A pesar de ser completamente atea, me había dado la curiosidad últimamente el tema de las religiones, por lo que iba mucho a la...