Explotar

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Le gustaba sentirla más arriba de la rodilla. Su piel se volvía terciopelo en esa área donde podía pasar horas trazando figuras con sus dedos, con su lengua, sólo queriendo disfrutar el calor y la cercanía, las risas suaves de Rebecca. Sus labios iban de su rodilla hacia arriba por sus muslos hasta su cintura, besos lánguidos y efímeros. A veces Kyle necesitaba algo más sutil, incluso romántico si se atrevía a decirlo, algo más que los embriagadores derroches de pasión que acababan en mesas, camas o sillas rotas. No sabía cuántos vestidos le había hecho perder ya. Pero a veces no quería ni siquiera culminar el acto o empezar, sólo necesitaba pasar sus labios por su piel, escucharla reírse o hablarle de alguna cosa que probablemente no entendería, pero le daría el tiempo de mirar sus bonitos rizos castaños enredarse con los rojos suyos mientras besaba sus hombros. Pero ella no era la clase de persona que va lento y lo sabía. Lo apartó de ella para buscar en su bolso la caja con condones y simplemente comenzó a quitarse la camisa. Escuchó algo romperse en la planta baja y resopló, pero la sangre se le congeló al escuchar el llanto de su hermano. No sé preocupó en la camisa ni en los zapatos, bajó corriendo las escaleras.

Su madre se tambaleaba tratando de recoger los fragmentos del plato que había roto sin notar que en el proceso había tirado la sillita de Ike y el bebé seguro se había golpeado al caer. La empujó al apurarse a levantar al niño, viendo que una de sus manitas se había lastimado con el vidrio y sangraba. Lo soltó de la mesita y corrió al baño, buscando agua mientras lo mecía tratando de calmarlo. Ike No solía llorar mucho.

-Ya, ángel, por favor- el bebé sollozaba dificultosamente, con la cara completamente roja- no es nada, es un rasguño- pero al sujetarlo de las costillas, sintió cómo se hundían y el bebé comenzó a llorar más fuerte. Alarmado, comenzó a quitarle el mameluco, notando una mancha verde morada en todo su costado- Qué mierda- lo sujetó con cuidado para no lastimarlo más, volviendo a su habitación donde Rebecca lo recibió con una ceja levantada al ver al niño y más incrédula cuando se lo extendió para que lo cargara- sujétalo de aquí, no muy fuerte que está lastimado-

-¿Acaso me viste cara de niñera?- la chica se cruzó de brazos, mirando con sincero desagrado al niño, su cara roja llena de lágrimas y de mocos le daba ganas de sacarse los ovarios a mordiscos-

-No te estoy pidiendo que lo cuides, sólo que lo sostengan dos minutos en lo que encuentro las llaves del auto para llevarlo al hospital-

-¿Me vas a dejar a medias?-

-Rebecca, mi hermanito está lastimado-

-Pues déjalo con tu mamá, para eso está ella ¿No?-

-¡La perra está tan borracha que ni se fijó que lo tiró de la silla! ¡No lo voy a dejar a su cuidado!-

-¡Es tu puto hermano, no tu maldito hijo! Deja que ella lo atienda- lo jaló del cinturón- estamos teniendo algo más interesante aquí que un estúpido mocoso que ni siquiera lleva tu sangre- Kyle apretó los dientes, empujando con su cadera a la chica , caminando hacia la puerta- si te vas ahora, ni creas que me voy a quedar con las ganas-

-Vaya, al menos esta vez tienes la delicadeza de avisarme que te vas a largar con otro- volteó a mirarla- hazlo de una vez, entonces- la chica se acomodó la falda y tomó su bolso, empujándolo con el hombro al pasar a su lado.

-Buena suerte consiguiéndote otra con tu teatrito de papá soltero, imbécil-

Tenía dos opciones. Dejar al niño en la cama mientras buscaba las llaves o salir con él y tomar un taxi. Pero su economía todavía no daba para eso. Mecía con suavidad al niño, preocupado por sus violentos sollozos. Debía dolerle mucho. Tragó saliva, angustiado, bajando las escaleras. Vio a su madre sentada en la sala, tranquila y relajada como si nada estuviera pasando y la sangre le golpeó hasta la coronilla, pero decidió que no podía perder tiempo con ella y comenzó a buscar en su abrigo en el perchero las llaves del automóvil.

-¡Me estás robando!- exclamó y la vio levantarse con el rabillo del ojo pero no le hizo caso, sintiendo su brazo entumecerse por el peso de Ike que comenzaba a cabecear. El llanto debía estarlo agotando- Kyle ¿Por qué tienes a tu hermano desnudo y tú estás sin camisa? ¿Qué estaban haciendo?- el pelirrojo entonces sí volteó, viendo los ojos exageradamente abiertos de la mujer y  sus mejillas grotescamente enrojecidas por el alcohol.

-No te atrevas a seguir por esa línea, Sheila, te juro que me estoy conteniendo- volvió a buscar en el siguiente bolso sin toparse más que condones, mentas y monedas.

-Dame a Ike ahora mismo-

-Vete al carajo- siguió buscando hasta encontrar las llaves, soltando un suspiro de alivio. Hasta que sintió unas manos jalando al bebé y por instinto lo sujetó más fuerte, haciéndole llorar de nuevo- ¡Suéltalo, está lastimado!-

-¡Dame al bebé, Kyle! ¿Qué le hiciste?-

-¿¡Qué mierda está mal contigo!? ¡Fuiste tú la que lo lastimó! Cuando lo arropé ayer estaba perfectamente y ahora... Incluso lo tiraste de la silla y ni cuenta te diste, puta alcoholica de mierda- no quería hacer presión para no lastimarlo pero simplemente no podía soltarlo, comenzó a bajar la voz al ver los ojos celestes tan asustados- suéltalo, tengo qué llevarlo al hospital-

-Yo soy su madre, no vas a decirme cómo criarlo, yo fui la que lo salvó de la indigencia y he visto por él desde entonces-

-No me hagas reír ¿ Fuiste tú la que le cambió el pañal por primera vez? Estabas tan ebria cuando lo dejaste que ni te diste cuenta que llevaba dos putos días con el mismo pañal y fui yo el que lo hizo y también lo alimentó porque tú lo dejaste olvidado encima de la mesa junto a un frasco de pepinillos como una maldita broma ¿ Fuiste tú la que le curó la fiebre cuando se enfermó? Adivina una cosa, los bebés necesitan vacunas y tú ni siquiera hiciste el intento de ponerle aunque fuera una. Te lo he dicho mil veces, Sheila. Ike es mío si se trata de quién ha cuidado más de él y ni decir de quién lo ama más. Cuando tenga la edad para hacerlo-

-Pero no la tienes y todavía vives en mi casa así que debes obedecerme y te estoy ordenando que lo sueltes y dejes de tratarme como si no supiera criar a un niño ¿ Acaso no lo hice contigo?-

-Ni siquiera voy a responderte eso- el bebé estiró sus manos en dirección al muchacho, buscando liberarse y Kyle aprovechó para  jalarlo  por fin contra su pecho hasta liberarlo de la mujer y comenzó a  correr hacia la puerta. La sintió abalnzarse sobre su espalda y tuve qué usar toda su fuerza para no  irse de bruces. La empujó con el brazo pero ella comenzó a golpearlo y se le hizo casi imposible mantener el equilibrio y cubrir al niño para que ningún golpe le tocara. Finalmente trastabilló al pisar una botella en el piso y el golpe fue directo en su espalda, se mordió los labios para no gritar, empezando a patear a su madre para alejarla. Ella encontró la botella y la rompió contra el piso, amenazándolo con el filo del cristal. Puso su brazo para protegerse, recibiendo un corte que le hizo sangrar y volver a patearla. Esta vez ella clavó la botella en su pierna. Dolió hasta el último de sus nervios y casi suelta al niño, pero respiró pesadamente para calmarse aunque fuera un segundo y patearla con su otra pierna. La alejó lo suficiente para levantarse y echarse a correr a la puerta. Necesitaba pensar, tenía dos segundos para evaluar mientras sus pies encontraban el frío de la calle y cerraba la puerta, arrancando la botella de su pierna sintiendo la sangre gotearle y la herida como si estuviera en todo su cuerpo. No podía manejar en ese estado, decidió, y no tenía tiempo de marcar en su celular. Siguió corriendo, dejando que sus pies decidieran pararse frente a la puerta de Eric. Le abrió, pasando de una sonrisa a una palidez total al ver su pierna sangrante y al niño mediodesnudo en sus brazos. Se hizo a un lado para que pasaran.

- ¿ Puedes ayudarme a llevar a Ike al hospital?- levantó su brazo para que viera la mancha morada y el castaño ahogó un gritito al ver que su brazo también estaba sangrando- mierda, lo siento, Ike- intentó limpiar la sangre, ensuciando más al niño.

-Kyle, tú también pareces muy lastimado ¿ Qué pasó? - negó con la cabeza, tomando su abrigo y poniéndolo sobre el pelirrojo- me lo puedes contar en el camino, por favor, acompáñame a la sala mientras llega el auto, ya lo estoy pidiendo-

-Te juro que si esa perra se nos vuelve a a acercar la voy a matar- apretó los labios, acercando más a Ike contra su pecho- por Dios que la voy a matar-



Soda atómicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora