-¿Qué coño...?.-Un joven de ojos azules e hipnotizantes se percató de algo con cara de desconcierto.
Era de noche y el viento hacía que los mechones de su pelo, completamente negro, se moviesen un poco hacia todas las direcciones sin llegar a despeinarlo por completo.
La luz de la luna se reflejaba en sus colmillos, puntiagudos y finos.
Parecían el arma perfecta para matar a alguien de manera discreta, rápida e inteligente.
Aunque en este caso se trataba más de necesidad que de deseo de muerte.Sus fuertes manos sujetaban el cuerpo de una persona que estaba cubierta de su propia sangre, el chico parecía estar dándose un gran festín aquella noche de luna llena.
Tuvo que dejar el cuerpo inerte en el suelo, el cual esa noche se convirtió en su cena, al notar algo extraño en el ambiente, no sabía lo que era pero todo estaba inmerso en un silencio muy extraño.
En el bosque siempre se escuchaban a aquellas horas de la madrugada a algunos animales nocturnos salir de sus escondites para comer algo, pero aquella noche no se escuchaba nada en absoluto, lo que indicaba que había alguien allí.
El chico se movió con rapidez hacia donde sus instintos vampíricos le decían que estaba lo que andaba buscando.
Aunque, solo veía árboles y más árboles, incluso pensó que se había encontrado con el mismo roble dos veces, ya que llevaba un buen tiempo dando vueltas en círculo como un imbécil.
Pensaba que podría haberse quedado disfrutando de la sangre fresca en vez de buscar algo que ni si quiera sabía qué demonios era.
Sus pensamientos desaparecieron al toparse con algo.
Miró hacia abajo y su cara parecía mostrar asombro por unos degundos pero luego ese asombro se convirtió en algo inexplicable, era un ser humano, no sabía quién era ni qué hacía allí.
Era una chica con la apariencia de una adolescente, parecía débil.
Se encontraba en el suelo, con las piernas encogidas y con los brazos, los cuales, se agarraban a sus rodillas.Su postura daba a entender que estaba cansada, desnutrida y con miedo.
Pero aquel chico no pudo resistirse y pensó que tal vez sería la presa perfecta, estaba indefensa y seguramente nadie iría a ayudarla, no le importaba en absoluto las condiciones en las que se encontrase, Por qué iba a tener compasión por ella si ni la conocía.
Aunque no sabía qué le estaba pasando, no podía hacerlo.
Era lo suficientemente inteligente como para saber que esa chica no estaría allí tirada por decisión propia.-Damon.-Un chico de pelo castaño apareció detrás suya como por arte de magia.
-¿Qué haces aquí, Klaus?.-El chico de ojos azules se dio la vuelta, confiado y con media sonrisa.
-Debería de preguntar lo mismo...-Murmuró, Damon se limpió las comisuras de los labios por si tenía sangre, que era lo más probable.
Parecía una competición de quién podía aguantar más manteniendo su ego y prepotencia por encima del otro.
-No estaba bebiendo su sangre si eso es lo que piensas. Ya he visitado a otro humano que estaba mucho mejor alimentado que este saco de huesos.
-¿Ahora lo llamamos visitar?.-Klaus observó el cuerpo de aquella chica y vio que Damon tenía razón, no la había mordido.
Pero vio algo más grave que el chico de ojos azules no había visto.
Damon le observó como si estuviese loco al ver como el castaño se agachaba e intentaba incorporar a la joven con sus dos brazos.
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Color escarlata
Teen FictionEn el pueblo de Mystic Falls, una noche de invierno, aparece una chica de la nada que cambiaría completamente todo en la historia de los vampiros. Ellos creían saberlo todo, pero, ¿Y si no era así?