24 horas

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Veinticuatro horas, pueden ser una vida cuando dos se aman, como ayer nosotros con amor intenso, sin dejarnos nada...



Podría decirse que diciembre es mi mes favorito si no fuera por la fiesta anual que se llevaba a cabo todos los años en la empresa para la cual trabajaba, no es que me molestase asistir o que me llevara mal con mis compañeros de trabajo, es que simplemente preferiría quedarme en casa y pasar tiempo junto a BaekHyun.

BaekHyun.

El sólo pensar en su nombre me hace sonreír, decir que estaba enamorado hasta los pies era tan obvio como decir que el agua es vital para sobrevivir. BaekHyun era precisamente mi vitalidad, mi razón de ser y vivir, mi debilidad y mi fortaleza, la persona que más amo y amaré, al único que quiero ver al despertar, él es mi felicidad, es mi todo. No sé si existen las almas gemelas pero para mí BaekHyun era mi otra mitad, sabía todo de mí antes de siquiera preguntar, siempre me sorprendió su capacidad para descifrarme tan sólo con una mirada, podía leerme cual libro y yo no podía ser más feliz por ello, ambos podíamos ser completamente auténticos mientras estemos juntos, ambos compartíamos una conexión única.

Cuando me detuve en un semáforo en rojo aproveché para mirar la hora, eran casi las nueve de la noche lo que significaba que llegaría un poco tarde, BaekHyun iría a la fiesta después de su trabajo por lo que nos encontraríamos directamente allá.

Media hora más tarde había llegado a mi destino, bajé del auto y entré en el edificio donde trabajaba, subí al elevador y marqué el número del piso más alto. Al abrirse las puertas una música relativamente serena invadió mis oídos, me adentré en el lugar y saludé a algunos rostros conocidos con una sonrisa y una leve inclinación de cabeza hasta que sentí como alguien tiraba suavemente de mi codo izquierdo, era JinKi.

— JongDae, hombre, ¿por qué tardaste tanto en llegar? —Inquirió mientras se pasaba una mano por el cabello, al parecer tenía una especie de tic pues lo hacía todo el tiempo—.

— Problemas con el tráfico, no sabía que tenía que darte explicaciones. —Le dije con notorio sarcasmo—.

— No, no es eso, hombre, es que KiBum se me acercó hace un momento y no supe qué decirle, necesito de tu consejo.

Suspiré, JinKi era mi amigo desde incluso antes de que fuéramos compañeros de trabajo pero a veces solía ser demasiado inseguro y eso significaba un problema constante.

—Escucha, JinKi, te gusta ese chico desde hace año y medio y apenas has cruzado palabra con él, lo evitas todo el tiempo y si quieres que te sea sincero, eso va a terminar por alejarlo completamente de ti.

—Hombre, lo sé, pero es que cuando lo tengo cerca comienzo a temblar, no me atrevo a hablarle, es tan hermoso, tan hermoso, tan, tan, tan hermo...

—Mira, ya basta, esto no puede seguir así. —Le interrumpí ya algo cansado de toda la situación mientras alzaba una de mis manos para saludar a KiBum a la distancia y con un ligero movimiento de cabeza le pedí que se acercara hasta nosotros, noté que mi amigo de sonrisa brillante se tensaba al ver cómo el chico aceptaba mi petición y comenzaba a caminar en nuestra dirección—.

— ¡¿Qué mierda haces, hombre?! Él viene hacia acá, JongDae, voy a matarte... —Se quejó entre dientes para que nadie más que yo pudiera oírle—.

— Buenas noches, JongDae.

Saludó KiBum con algo de nerviosismo por la presencia de mi amigo, ah, esos dos eran demasiado obvios.

24 horas | BaekChen/ChenBaekWhere stories live. Discover now