Día 37

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Era el día de la obra y como casi todos los alumnos del Instituto estaba nerviosa, ya que además de tener un vestuario totalmente ridículo tenía que entregarle los regalos a Santa que era Hayes y hablar con Barbara que era la señora de Hayes, digo, de Santa.

- ¿Te aprendiste las canciones?- me pregunta Claudia mirando los papeles de la obra.

- Si, anoche estuve hasta tarde tratando de aprendermelas.

- Mi familia dice que canto mal- suelta de repente- Pero no me importaria romperle los tímpanos a los profesores- sonríe.

- Creo que voy a vomitar- informa Katty llegando a nuestro lado.

- ¿Qué te pasa?- le pregunta Joanna sentandola en una banca.

- Hoy en la mañana me comí un sándwich que me preparó mi hermana mayor y desde ese momento me siento del asco.

- Le avisaré  a la maestra que no participaré en la obra- dice levantadose.

- Espera, tengo una pastilla para eso...- dice Clau- Mi hermano a veces sufre de asco y vómitos, toma una de estas pastillas y está como nuevo- dice y sigue buscando en su mochila.

- ¿Connor?- pregunta Katty y Clau asiente.

-Lo único malo es que después de unos minutos te hace vomitar.

- ¿Te saca todo lo malo?

- No lo se.

- Dame- dice Katty y Caludia le entrega una pastilla.

[☁]

- Santa por favor- le dice la maestra de teatro a Hayes- ¿Puedes poner un poco de tu parte?

- Está bien- dice y se acomoda el cabello- Ho Ho Ho ¿dónde están los regalos?

- Santa, santa- dije como buena actriz- Los regalos- dije fingiendo una voz entre cortada- Se los llevaron.

- ¿Quien se los llevo?- pregunta Barbara en su papel.

- No lo sabemos, cuando llegamos ya no estaban- dije sin ánimo mirandola.

- Dile a los demás que comiencen a hacer más juguetes, los niños no se pueden quedar sin Navidad- dice Barbara "preocupada"

- Bien, todos vayan a terminar de arreglarse, la obra comienza en una hora- dice saliendo del foro.

- Stassie- dice Hayes acercándose a mi- ¿Puedes... pudes ayudarme con el traje?- pregunta tocando su espalda.

- Claro, ¿Qué tienes?

- Algo en la espalda me está molestando pero no alcanzo- dice y se deja de mover.

- Está bien, Avísame cuando te deje de molestar.

Comencé a buscar y arreglar su traje y encontré una pequeña bolsa de plástico con un trébol de cuatro hojas.

- Creo... creo que era esto- informo y el se da la vuelta.

- Si- sonríe- Es un regalo.

- ¿Qué?- pregunté sonriendo y admirando la pequeña bolsa de plástico.

- Se lo quite a Nash, por años lo tuvo escondido, cuando éramos pequeños yo lo tomé y lo escondí y le hice creer que lo habíamos perdido- reímos- Me ha dado suerte muchas veces... es un regalo de reconciliación.

- Te dije que no estaba enojada- dije riendo.

- Si como no- dijo quitándose la barba de la cara- Esta cosa me hacer sudar.

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora