Capítulo 10

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Tras pasar otra noche bajo el gran sauce, Legolas proclamó que estaba lo suficientemente bien como para volver a Ithilien. Pero Keldarion no estaba de acuerdo.

"Sigues demasiado débil" –dijo el príncipe mayor, exasperado, mientras veía cómo su hermano luchaba para subirse al caballo gris que Keldarion se las había arreglado para robar del pueblo esa noche.

Legolas arrugó el ceño.

"¡Estoy bien!" –repitió, palideciendo por el esfuerzo.

"Claro. Y yo soy Gimli el enano –respondió Keldarion con sarcasmo, con los brazos cruzados sobre el pecho-. No estás listo para montar a caballo. Te caerás sobre tu cara."

"¡Mejor que caerme sobre mi trasero! –exclamó Legolas-. ¡Y le diré a Gimli que lo insultaste!"

Tras varios gruñidos y maldiciones, Legolas se las arregló para subirse al caballo. Entonces se quedó allí sentado, jadeando y algo mareado. Cuando se aseguró de que la tierra había dejado de girar, Legolas arqueó las cejas mientras miraba a Keldarion.

"¿Y bien? ¿A qué esperas? Vámonos."

Keldarion se echó a reír y sacudió la cabeza.

"Veamos cuánto duras sobre esa bestia, hermano".

Tras atar el resto de sus pertenencias a su propio caballo, Keldarion montó y comenzaron el viaje hacia Ithilien.

"Bueno... -comenzó Legolas unos minutos después-. Todavía no me has contado cómo escapaste de los corsarios."

Keldarion desvió la mirada y se tomó su tiempo para responder.

"Será mejor que no hablemos sobre eso ahora mismo. Hablemos de ti. Y de padre. Dime, ¿cómo está?"

Legolas arrugó el ceño al notar cómo su hermano evadía el tema, pero decidió no presionarlo por el momento.

"Padre está bien. ¿Sabes que Mirkwood ahora es conocido como Eryn Lasgalen?"

"Sí, lo he oído –Keldarion asintió-. ¿Padre tiene ya el cabello gris gracias a tus salvajes aventuras?"

"La última vez que lo vi no –Legolas sonrió-. Pero todavía tiene ese temperamento que a veces me da ganas de volver a teñirle el pelo de rojo. ¿Recuerdas el incidente con el champú de henna?"

Los dos hermanos intercambiaron miradas divertidas y rugieron de la risa, recordando lo furioso que se había puesto su padre cuando Legolas le había dado accidentalmente la botella equivocada de champú, transformando a Thranduil de rubio a pelirrojo.

"¿Y qué tal el Comandante Linden? ¿Por fin se ha casado? –preguntó Keldarion cuando dejaron de reírse. La sonrisa de Legolas se desvaneció al instante y su mirada se llenó de tristeza. Keldarion se dio cuenta enseguida-. ¿Qué ocurre, Legolas? ¿Le ha ocurrido algo?"

"Linden ha muerto –contestó Legolas, todavía entristecido al pensar en el anterior comandante del ejército de Thranduil-. Murió al salvar mi vida y la de padre. Hubo un golpe de estado un año después de que te marcharas. Uno de los señores de Mirkwood pensó que se merecía más el trono que padre, así que intentó matarnos. Nos encerró en una cabaña en llamas. Padre y yo nos hubiéramos unido a madre en las Salas de Mandos si no hubiera sido por Linden. Llegó justo a tiempo para sacarnos, pero él murió en el fuego. El comandante se sacrificó por nosotros y el reino, Kel. Y no, no llegó a casarse."

Legolas miró a su hermano, que se había quedado inmóvil sobre su caballo, con los ojos acuosos.

"Por los Valar... ¿qué más me he perdido?" –escuchó cómo susurraba, entristecido.

Regreso en el TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora