Capítulo 4.

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-G-G-Gael... -susurro.
-¿Quién? -responde él ante el susurro y abriendo sus ojos aún más de lo normal.
-N-No, no, perdón, nada... -digo nerviosa y comienzo a caminar. -Me equivoque de habitación, disculpa.

Maldición, la cosa no podría estar peor, sigo caminando y piso la botella que no recogí al principio ¿por qué eres tan tonta Evelyn? ¿Cómo no recogiste la botella desde un principio? Maldita sea.
Caigo sobre Gael aplastándolo, quedando el como una tortilla.
Nunca vuelvo a decir que la cosa no puede estar peor porque siempre termina empeorando, maldición, trato de levantarme al mismo tiempo que me disculpo, el se levanta al instante y trato de incorporarme también yo pero al momento de hacerlo tiro de la toalla del chico y esta cae al suelo. Mierda.
Observo al chico completamente desnudo, miro a su pequeño amigo, que digo pequeño ¡dios mío! Es del tamaño de una anaconda alguien puede morir con eso, Evelyn por dios quita la mirada de ahí, por más que intento no puedo, oigo como él suelta una carcajada y vuelvo a la realidad lo miro y sus ojos topan con los míos nuevamente, su radiante sonrisa es tan hermosa, y vuelve a soltar una carcajada que inunda toda la habitación. Recojo la toalla reaccionando y se la lanzo, este tapa a su gran amigo con ella. Si Samantha se llega a enterar de lo sucedido no me vuelve a dirigir la palabra la única chica que me ha hablado. Le pido una disculpa nuevamente y el suelta otra carcajada más ¿Le resulta chistoso el momento? Porque si es así que me diga por qué, me gustaría también reírme.
Paso por su lado sin que él diga una sola palabra y salgo de la habitación cerrando la puerta detrás de mi. Comienzo a caminar con largos y apresurados pasos, al llegar al borde de las escaleras choco con un chico, el me mira y se disculpa conmigo, esta completamente ebrio; una chica llega y lo toma de la mano al verme, me hace mala cara y lo jala hacia una habitación. Mi mirada se desvía hacia el final del pasillo y observo como la puerta del cuarto se abre, sigo mi camino y bajo las escaleras rápidamente e intento buscar por última vez a David, no logro verlo, me abro paso entre toda la gente y al fin logro mi objetivo, llego a la puerta principal y salgo del lugar; cruzo el jardín nuevamente y llego a mi casa, busco las llaves y no están, mierda, lo más es seguro es que se cayeron cuando venía para acá. Me planteo regresar a la casa en busca de mis llaves pero al instante observo como Gael sale de la casa y llega al jardín, me escondo tras los arbustos y lo miro, este saca una cajetilla de cigarros, saca uno y lo enciende.

-Evelyn -grita David dándome un buen susto.
-Demonios David, callate, me asustaste.
-¿A quién espías? -dice David tomando mi misma posición y observando. -Oye, es el chico que te tiro ¿cierto? -suelta una carcajada.
-Vamos adentro, demonios. -Respondo jalando a David hacía la casa.

David abre la puerta de la casa y entramos, mis papás se encuentran despiertos con la pijama puesta en la sala de estar. Me miran ¿confundidos?

-Evelyn, ¿te sucede algo? -pregunta mamá con cara preocupada.
-No mamá, tranquila -digo subiendo las escaleras rápidamente.
-Dejala mamá, esta en sus días -oigo decir a David y antes de cerrar la puerta de mi cuarto le grito "Imbécil".

Maldición, el día de hoy no pudo estar peor, rayos, deja de decir eso, si no aún empeorara, pensé que todo saldría perfecto, soy buena socializando y solo hice una amiga en toda la maldita escuela y aún mucho peor es novia del chico de ojos avellana, fui a esa maldita fiesta que en realidad no tuve porque a ver ido, vi al novio de Samantha desnudo.
No pudo salir peor este día, de verdad.
Ahora me encuentro en mi cuarto, sola, me dirijo hacía la ventana y abro la cortina lo suficiente para ver si Gael sigue afuera, no esta. La luz frente a mi cuarto se enciende y aparece el cabello castaño de Samantha junto con un chico con el cabello revuelto y negro intenso.
Este la carga tomándola de los muslos y ella tiene sus delgados y largos brazos por detrás de su nuca mientras sus piernas rodean su cintura; la recuesta sobre la cama y Samantha se quita la blusa.
Con eso tengo suficiente y cierro la cortina, mis mejillas poco a poco comienzan a sentirse húmedas y pequeñas lágrimas ruedan por mis mejillas llegando a mis delgados labios. Si aún me quedaba la mínima duda de que Samantha no fuera novia de Gael con esto se aclaran todas las cosas. Mi celular vibra en la mesa y observo que es un mensaje de Carlos.

Ojos color avellana ♡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora