Capítulo 6.

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Camino sobre el asfalto, mis pasos son lentos y cortos. El sol comienza a esconderse dejando que caiga la negra noche. Meto mis manos a las bolsas de mi sudadera para calentarlas, el clima es frío y observo como poco a poco el cielo se torna aún más negro.
Menos de cinco cuadras para llegar a mi destino cuando comienzan a caer espesas gotas de agua. Apresuro el paso y en pocos minutos ya me encuentro en mi destino.
Toco el timbre de los Young y al minuto me recibe la señora Young. Me encuentro completamente mojada y mi cabello escurre literalmente. Paso a la casa y saludo a la señora Young.
—Hola señora, buenas tardes —mi aspecto no luce tan bien que digamos, el maquillaje se me a corrido gracias a la lluvia pero le regalo una cálida sonrisa la cual me responde.
—Hola cariñodice ella, es muy bella, su cabello rubio esta atado a una cola de caballo y porta un labial rojo quemado. —Carlos esta en su habitación con una amiga.
—¿Una amiga? —respondo confundida.
Si hija, sube.
La señora Young desaparece en la cocina y comienzo a subir las escaleras preguntándome quien sera la "amiga" que esta en la habitación de Carlos.
Llego a su habitación y abro sin anunciar mi llegada. Miro la escena que tengo frente a mis ojos.
—C-Carlos... —lo miro y este se levanta de la cama junto con Rechell, me mira y le avienta una sabana a Rechell, esta tapa su desnudez con ella.
Evelyn —dice él mirándome y parándose.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras rápidamente, veo a la señora Young en la entrada con una sonrisa sosteniendo un jugo de naranja, me mira y su rostro se torna confundido. Tomo mi sudadera y abro la puerta. Comienzo a bajar los pequeños escalones de la entrada, siento como la lluvia vuelve a caer sobre mi y noto que mis mejillas están mojadas, pero no por la lluvia, me encuentro llorando.
—¡Evelyn! —grita por detrás Carlos, giro y lo veo parado en la puerta. Poco a poco su rostro comienza a deformarse. Me acerco a él y cuando llego ya no esta Carlos, tengo frente a mi a Aiden.
Evelyn... —susurra él, toma mi rostro con sus grandes manos, acaricia mi mejilla y poco a poco se acerca a mi...

Un ruido suena por toda mi habitación, comienza a dolerme la cabeza y despierto. Ya no me encuentro fuera de la casa de los Young, ya no me encuentro con Aiden, ahora me encuentro en mi habitación, la oscuridad invade el cuarto. Apago la alarma y vuelvo a cerrar los ojos tratando de dormir.

Abro los ojos torpemente y veo como ahora la luz invade todo el cuarto, tomo el celular de la mesa de noche y checo la hora; 11:30 de la mañana. No me encontraba bien para ir a clases, o más bien no me siento bien.
Me levanto y salgo de mi cuarto, bajo las escaleras y veo a mamá en el comedor recogiendo unas cuantas cosas.

—Buenos días —digo sonriendo.
—Buenos días mi amor —responde mamá mirándome, en su rostro se forma una ligera sonrisa y sus ojos se cristalizan, dirige la mirada hacia el moretón que se encuentra en mi pómulo —¿Cómo estas mi amor? —se acerca y rosa mi mejilla.
—Mamá, tranquila —respondo abrazándola. —ya estoy mejor.
—Mi amor, ten por seguro que no volverás a ver a ese chico.
—Eso espero —suspiro y camino hacía la cocina.

Diez minutos después vuelvo a subir a mi cuarto con un sándwich y una taza de café. Dejo las cosas sobre el escritorio y abro las cortinas, tomo "Culpa mía" de la repisa y me siento.

Mamá toca la puerta suavemente y luego abre.
—Evelyn, tienes visita —dice y tras ella aparece la castaña.
—Hola nena —me saluda Samantha y entra a la habitación.
—Las dejo solas —mamá sale del cuarto y nos deja solas a Samantha y a mi. Dios mío que pena, aún sigo en pijama.
—¿Qué haces aquí Samantha? ¿Salieron temprano? —le digo confundida pero recibiéndola con una sonrisa.
—Linda por dios, son las 3:00 de la tarde —Samantha enciende su celular y me muestra la hora, madre mía, he pasado horas en mi cuarto leyendo —Corazón, vine a ver cómo estas, no fuiste a la escuela.
—No me sentía bien Samantha pero gracias por a ver venido... —me acuesto en mi cama, la miro —Por cierto, ¿cómo esta tu hermano? ¿Fueron graves los golpes?...
—Hay Evelyn, por Aiden no te preocupes, se a metido en peleas mucho peores, a recibido golpes peores que estos, así que linda por el no te preocupes —veo tranquilidad y serenidad en sus palabras —aparte cielo, todos hablan de esa pelea y a Aiden le conviene eso.
—Cierto... —pongo los ojos en blanco, por un momento pensé que Aiden dejaría de ser el chico egocéntrico que es...

Samantha y yo estuvimos juntas toda la tarde, mamá subió palomitas y vimos unas cuantas películas, bromeamos y me la pase excelente con ella, hace apenas unos minutos se acaba de ir, son ahora las 8:00 de la noche; la tarde paso bastante rápido gracias a su compañía; pude dejar mi mente en blanco, despejarme, olvidar todos los problemas que tengo en mi vida, entre muchas cosas más.
Salgo de mi habitación con una toalla en mano y me meto al baño. Comienzo a desvestirme lentamente tomandome mi tiempo, mi cabello cae sobre mi espalda, corro la cortina y abro el grifo.
El agua comienza a fluir y al instante sale caliente, me meto en ella y dejo que el agua caliente me relaje, mi cuerpo reacciona ante el agua y poco a poco me olvido de todo, excepto de algo o más bien de alguien... Aiden.
Aiden invade mi mente como un intruso, se apodera de ella como nunca nadie lo había hecho, comienza a aparecer su piel bronceada en mi cabeza, su cabello rebelde, revuelto y negro, su fina nariz, su linda sonrisa y esos hermosos hoyuelos que se plantan en sus mejillas cada que sonríe, sus delgados y finos labios, sus pestañas negras, sus ojos avellana...
Tomo el shampoo y comienzo a lavar mi cabello con él; con el estropajo ya con jabón comienzo a lavar cada parte de mi cuerpo y mi mente aún divaga en él. Conforme el agua cae sobre mi nuevamente el jabón cae al suelo.
Cierro el grifo y tomo la toalla, envuelvo mi cuerpo desnudo con ella y salgo del baño tranquila de que los dos hombres de la casa se encuentran en la planta baja. Entro a mi habitación y cierro poniendo seguro. Enciendo la luz y saco mi pijama de debajo de la almohada. Quito la toalla de mi cuerpo y al instante mi mirada gira hacía la cortina recordando que la tengo abierta y veo frente a mi cuarto a Aiden.
Maldita sea, esta parado junto a la cama sin camisa, su abdomen cada vez se forma más, viste un short negro; analizo su rostro y veo el pequeño moretón que sobresale de su ojo izquierdo, una abertura en su labio en la parte inferior y otra más en su ceja derecha. Contemplo sus ojos y me doy cuenta de que me esta mirando, no quita la vista de mi y no entiendo por qué. Me miro.
Carajo.

Ojos color avellana ♡.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora