Camino sobre el asfalto, mis pasos son lentos y cortos. El sol comienza a esconderse dejando que caiga la negra noche. Meto mis manos a las bolsas de mi sudadera para calentarlas, el clima es frío y observo como poco a poco el cielo se torna aún más negro.
Menos de cinco cuadras para llegar a mi destino cuando comienzan a caer espesas gotas de agua. Apresuro el paso y en pocos minutos ya me encuentro en mi destino.
Toco el timbre de los Young y al minuto me recibe la señora Young. Me encuentro completamente mojada y mi cabello escurre literalmente. Paso a la casa y saludo a la señora Young.
—Hola señora, buenas tardes —mi aspecto no luce tan bien que digamos, el maquillaje se me a corrido gracias a la lluvia pero le regalo una cálida sonrisa la cual me responde.
—Hola cariño —dice ella, es muy bella, su cabello rubio esta atado a una cola de caballo y porta un labial rojo quemado. —Carlos esta en su habitación con una amiga.
—¿Una amiga? —respondo confundida.
—Si hija, sube.
La señora Young desaparece en la cocina y comienzo a subir las escaleras preguntándome quien sera la "amiga" que esta en la habitación de Carlos.
Llego a su habitación y abro sin anunciar mi llegada. Miro la escena que tengo frente a mis ojos.
—C-Carlos... —lo miro y este se levanta de la cama junto con Rechell, me mira y le avienta una sabana a Rechell, esta tapa su desnudez con ella.
—Evelyn —dice él mirándome y parándose.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras rápidamente, veo a la señora Young en la entrada con una sonrisa sosteniendo un jugo de naranja, me mira y su rostro se torna confundido. Tomo mi sudadera y abro la puerta. Comienzo a bajar los pequeños escalones de la entrada, siento como la lluvia vuelve a caer sobre mi y noto que mis mejillas están mojadas, pero no por la lluvia, me encuentro llorando.
—¡Evelyn! —grita por detrás Carlos, giro y lo veo parado en la puerta. Poco a poco su rostro comienza a deformarse. Me acerco a él y cuando llego ya no esta Carlos, tengo frente a mi a Aiden.
—Evelyn... —susurra él, toma mi rostro con sus grandes manos, acaricia mi mejilla y poco a poco se acerca a mi...Un ruido suena por toda mi habitación, comienza a dolerme la cabeza y despierto. Ya no me encuentro fuera de la casa de los Young, ya no me encuentro con Aiden, ahora me encuentro en mi habitación, la oscuridad invade el cuarto. Apago la alarma y vuelvo a cerrar los ojos tratando de dormir.
Abro los ojos torpemente y veo como ahora la luz invade todo el cuarto, tomo el celular de la mesa de noche y checo la hora; 11:30 de la mañana. No me encontraba bien para ir a clases, o más bien no me siento bien.
Me levanto y salgo de mi cuarto, bajo las escaleras y veo a mamá en el comedor recogiendo unas cuantas cosas.—Buenos días —digo sonriendo.
—Buenos días mi amor —responde mamá mirándome, en su rostro se forma una ligera sonrisa y sus ojos se cristalizan, dirige la mirada hacia el moretón que se encuentra en mi pómulo —¿Cómo estas mi amor? —se acerca y rosa mi mejilla.
—Mamá, tranquila —respondo abrazándola. —ya estoy mejor.
—Mi amor, ten por seguro que no volverás a ver a ese chico.
—Eso espero —suspiro y camino hacía la cocina.Diez minutos después vuelvo a subir a mi cuarto con un sándwich y una taza de café. Dejo las cosas sobre el escritorio y abro las cortinas, tomo "Culpa mía" de la repisa y me siento.
Mamá toca la puerta suavemente y luego abre.
—Evelyn, tienes visita —dice y tras ella aparece la castaña.
—Hola nena —me saluda Samantha y entra a la habitación.
—Las dejo solas —mamá sale del cuarto y nos deja solas a Samantha y a mi. Dios mío que pena, aún sigo en pijama.
—¿Qué haces aquí Samantha? ¿Salieron temprano? —le digo confundida pero recibiéndola con una sonrisa.
—Linda por dios, son las 3:00 de la tarde —Samantha enciende su celular y me muestra la hora, madre mía, he pasado horas en mi cuarto leyendo —Corazón, vine a ver cómo estas, no fuiste a la escuela.
—No me sentía bien Samantha pero gracias por a ver venido... —me acuesto en mi cama, la miro —Por cierto, ¿cómo esta tu hermano? ¿Fueron graves los golpes?...
—Hay Evelyn, por Aiden no te preocupes, se a metido en peleas mucho peores, a recibido golpes peores que estos, así que linda por el no te preocupes —veo tranquilidad y serenidad en sus palabras —aparte cielo, todos hablan de esa pelea y a Aiden le conviene eso.
—Cierto... —pongo los ojos en blanco, por un momento pensé que Aiden dejaría de ser el chico egocéntrico que es...Samantha y yo estuvimos juntas toda la tarde, mamá subió palomitas y vimos unas cuantas películas, bromeamos y me la pase excelente con ella, hace apenas unos minutos se acaba de ir, son ahora las 8:00 de la noche; la tarde paso bastante rápido gracias a su compañía; pude dejar mi mente en blanco, despejarme, olvidar todos los problemas que tengo en mi vida, entre muchas cosas más.
Salgo de mi habitación con una toalla en mano y me meto al baño. Comienzo a desvestirme lentamente tomandome mi tiempo, mi cabello cae sobre mi espalda, corro la cortina y abro el grifo.
El agua comienza a fluir y al instante sale caliente, me meto en ella y dejo que el agua caliente me relaje, mi cuerpo reacciona ante el agua y poco a poco me olvido de todo, excepto de algo o más bien de alguien... Aiden.
Aiden invade mi mente como un intruso, se apodera de ella como nunca nadie lo había hecho, comienza a aparecer su piel bronceada en mi cabeza, su cabello rebelde, revuelto y negro, su fina nariz, su linda sonrisa y esos hermosos hoyuelos que se plantan en sus mejillas cada que sonríe, sus delgados y finos labios, sus pestañas negras, sus ojos avellana...
Tomo el shampoo y comienzo a lavar mi cabello con él; con el estropajo ya con jabón comienzo a lavar cada parte de mi cuerpo y mi mente aún divaga en él. Conforme el agua cae sobre mi nuevamente el jabón cae al suelo.
Cierro el grifo y tomo la toalla, envuelvo mi cuerpo desnudo con ella y salgo del baño tranquila de que los dos hombres de la casa se encuentran en la planta baja. Entro a mi habitación y cierro poniendo seguro. Enciendo la luz y saco mi pijama de debajo de la almohada. Quito la toalla de mi cuerpo y al instante mi mirada gira hacía la cortina recordando que la tengo abierta y veo frente a mi cuarto a Aiden.
Maldita sea, esta parado junto a la cama sin camisa, su abdomen cada vez se forma más, viste un short negro; analizo su rostro y veo el pequeño moretón que sobresale de su ojo izquierdo, una abertura en su labio en la parte inferior y otra más en su ceja derecha. Contemplo sus ojos y me doy cuenta de que me esta mirando, no quita la vista de mi y no entiendo por qué. Me miro.
Carajo.
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Ojos color avellana ♡.
Teen FictionUna ruptura, nuevos cambios, ciudad nueva, cero amor; todo planeado... Hasta que lo vi, hasta que me tope con él, con Aiden, con el hermoso chico de ojos color avellana. ¿Cómo sucedió esto? Larga historia, pero ¿quién lo diría? volver a enamorarme d...