Capítulo 3

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Varios días después..  Me encontraba encerrada en mi departamento. Ya había hablado en el trabajo sobre mi situación actual y me habian dado tiempo para descansar de los vuelos.

Creo que mucho no me ayudaba porque mientras mas tiempo pasaba en casa, mas me dedicaba a pensar.

Por lo menos en mi trabajo me mantenía  ocupada, ayudando a los pasajeros y tripulantes a bordo.

Aparte recorría lugares hermosos en mis estadías. Pero ellos creian que estaría mejor así al menos por un tiempo.

Parecía esquizofrénica deambulando de un lado al otro por el departamento. Recorría las escaleras, bajaba y miraba hacia fuera y volvía a subir. Miraba películas acostada en el sillón, me ponía a  pintar cuadros, o leía libros como parte de mi hobby.

Luego entrada la tarde agarraba mi manta, una taza de café hirviendo y caminaba rumbo arriba por las escaleras.

No se porque los demás inquilinos del edificio no iban a la azotea!?
Si solo subía tres pisos, caminaba por un angosto pasillo y la tercer puerta a la derecha te llevaba directo a ella.

Era hermoso, observar las luces de los autos, la nieve que hacia unos dos días que no paraba de caer. Ver la autopista a lo lejos, el parque entre un gris y blanco por la nieve acumulada y los árboles sin hojas envueltos en capas de hielo y escarchas.

El sol se escondía entre los árboles del parque y dejaba ver apenas unos rayos de él. Un atardecer sin dudas maravilloso.

Creo que ésta era la mejor parte de mi día.

En la esquina de la azotea, al lado del tendedero de ropa, se encontraban tiradas dos reposeras. Oxidadas y desteñidas por muchos días de sol y lluvia.

Tomando una de ellas, la arrimaba a el reparo de un pequeño tinglado y apoyaba mis piernas en un pequeño banco de madera, colocaba la manta sobre ellas y bebía mi café!

Esto si que me hacia sentir en paz, relajada y con ganas de seguir viviendo!

De pronto y sin esperarlo, sentí unos bocinazos que venia de la puerta del edificio. Baje mi taza de café y miré hacia la calle.

(O NO! Era él! Álex! Por Dios que hacia aquí? Que querría? )

Bajé rápidamente las escaleras para que los vecinos no se quejaran por los ruidos y le abrí…

- Por que no me contestas el teléfono? Que crees que estas haciendo? – me dijo exaltado.

- Hola!? Podemos hablar? Creo que sería lo correcto... Por que no te calmas y luego hablamos! Mencioné mientras intentaba cerrar la puerta.

- Tienes razón, disculpa Elena!? Podemos subir y conversar?

Me respondió mientras bajaba su tono de voz y lo colocaba neutro. Agachando su cabeza pidiendo disculpas.

Nunca lo había visto en ese estado! Al parecer había estado bebiendo wisky o ron, mezclado con el aroma a abano penetrado en su ropa.

Su rostro cansado, ojeras que tapaban la belleza de sus ojos marrón. Su ropa dejaba mucho que desear, todo desalineado y manchado.

No me sentía a gusto con esta situación, y menos el estado que traía! Así que le dije con voz calma pero preocupante:

- Por que mejor no vas a tu casa, descansas y cuando estés sobrio vuelves!?

- Elena estoy bien, solo necesito hablar contigo, te necesito! Me respondió.

- Si pero de este modo no! Por favor vuelve después!

Más que amigos.                                                 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora