Capítulo 30

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  Se sentía como una tramposa pero, según el dicho, «todo vale en el amor y en la guerra» Por desgracia, cada vez tenía menos clara la frontera y ya no sabía si lo que tenía con él era amor o guerra.

-¿Quieres romper tú? -preguntó él, mientras colocaba las bolas en el triángulo.
-Sí, ¿por qué no?

Rodeó la mesa y se inclinó sobre ella.
Notó que él la observaba atentamente, y aunque sabía que la alineación de su cuerpo era perfecta, era muy consciente de que sus pechos habían caído hacia delante y del profundo escote en uve de la camisola de punto que llevaba.

Aun así, mantuvo la concentración y rompió limpiamente. La bola tres entró en un agujero de esquina.

-Lisas -dijo. Tendría que meter el resto de las bolas de color sólido, y él se ocuparía de las rayadas.

Estudió la mesa.

-Bola cuatro en la esquina derecha -cantó. Procedió a meter la bola donde había dicho.

Vio que Siwon estrechaba los ojos. Acababa de darse cuenta de que iba a ser un contrincante respetable.
A continuación dio un golpe de carambola, lanzando la bola blanca contra la seis, que golpeó la bola dos haciendo que entrara en un agujero central.
Falló el siguiente tiro y se enderezó.

-Tu turno -le dijo, sonriente.
-Empezaba a pensar que el juego habría acabado antes de que pudiera dar un golpe.
-Suerte de principiante -dijo ella.
-Juguemos al mejor de tres -contraatacó él.

Ella se encogió de hombros. Una partida, dos, o tres. Daba igual. Ahora que por fin había aceptado el reto, jugaría hasta el final.
Siwon hizo su primer tiro. Después probó una combinación difícil y tuvo éxito. Le dirigió una sonrisa que era pura expresión de orgullo de jugador.
Ella apretó los dientes, pero había sabido desde el principio que no sería fácil ganar.

-Esta partida habrá terminado antes de que empecemos a hablar de la boda -señaló.
-Pues habla.
-Me gustaría celebrarla en casa de mis padres, y que fuera más bien discreta -dijo ella, sabiendo que en ese entorno se sentiría más cómoda con su alocada decisión de dar el salto y casarse con Siwon.
-Muy bien. Pero si no vamos a fugarnos, quiero que nos casemos pronto. En unas semanas. Si utilizamos la casa de tus padres, eso no debería ser problema.
-Bien. Tiene sentido. Al fin y al cabo, se trata de ganarle la partida a mi reloj biológico -repuso ella, recordándole la razón de su matrimonio.

Él le lanzó una mirada inescrutable.

-Respecto al contrato prenupcial... -______ se aclaró la garganta.
-No será necesario -él le ofreció una sonrisa enigmática-. Los dos somos ricos.
-California es un estado que sigue la ley de los bienes gananciales -lo miró con los ojos muy abiertos-. El divorcio implica reparto a partes iguales. Podría quitarte una fortuna.

Tras ver dónde vivía y haber obtenido algunos datos sobre él de sus amigos y asociados, sabía que era mucho más rico que ella. Sin duda, ella distaba de ser pobre, pero Eventos de Diseño era una empresa diminuta comparada con la suya.

Y si bien era heredera de una fortuna, esperaba que faltasen muchos años para que recibiera esa herencia. Entretanto, tenía una asignación muy respetable y el dinero que ganaba ella misma, pero desde la perspectiva de él, no debía de ser casi nada.

-Es un riesgo que estoy dispuesto a correr -dijo él, colando otra bola.
- Siwon... -su voz tenía tono de advertencia.

Le costaba creer que fuera ella la que intentaba disuadirlo a él para no arriesgar su dinero. Y por la expresión divertida de él, Siwon debía de estar pensando exactamente lo mismo.

-Así que no habrá contrato prenupcial -aseveró él-. Dado que agradezco a tu padre que me permitiera poner mi dinero en movimiento, no me preocupa excesivamente que acabe en manos de una Tremont.

Ella se rindió. Si quería arriesgar su dinero, era asunto suyo.

-¿Dónde viviremos? -preguntó.

El alzó una ceja y miró a su alrededor.

-¿Te parece que esta casa es lo bastante grande para los dos?

Scandal in the office *TERMINADA*Where stories live. Discover now