Hoy había sido el día más deprimente de Reigen. Se le había olvidado decirle a sus padres que iba a ir a una carrera que iba a ser un campeonato contra los demás cursos.
Fue el único que no almorzó. Se quedó ahí estático teniendo un ápice de esperanza de que ellos llegarán, pero nunca lo harían, ya que no sabían del evento.
Y no los podía culpar, la verdad. Fue su culpa por no decirle. Pero aún así era deprimente.
Caminaba por las calles sujetando con fuerza su mochila. No debería de tomárselo tan mal pero... Aún así...
Suspiró con pesadez mientras continuaba caminando.
En ese momento vio un cartel que le llamó la atención
"Shigeo Kageyama, el mejor psíquico. Resuelve todos los conflictos paranormales con un error del 0%"
- Woaaah. Se ve súper genial!.- dijo el cabellos dorados mirando el cartel.- Tal vez podría tener yo algo parecido a eso? No sería muy difícil.- sonrió pensando en las golosinas que se podían comprar con todo el dinero que ganaría.
Buscó con la mirada el objeto más pequeño en su alrededor. Encontró una pequeña rama de un árbol, se arrodilló y con los ojos cerrados trato de hacerla levitar.
Abrió de manera lenta sus ojos y su sorpresa fue ver que la rama no se había movido ni un jodido centímetro. Suspiro frustrado mientras recitaba algunas palabras de Magos para hacerla levitar.
Pero sus intentos fueron en vano. Se levantó y piso la rama con todas sus fuerzas.
-Es muy difícil.- hizo un puchero.- Tal vez ni siquiera sea un psíquico de verdad.- habló volviendo al lugar donde había visto el cartel.
Tal vez tendría que averiguar por si mismo, si ese tal Kageyama no era un farsante.
- Que haces por aquí?.- dijo una voz detrás de él.
Reigen se giró y vio a un veinteañero alto con el pelo corto a razón con cara de póker que reflejaba indiferencia. Aunque no era lo qu quería mostrar en verdad. Tenía un jersey de cuello marrón y unos jeans
~ Mierda... Me ha visto haciendo el tonto?!~ se preguntó Reigen a sí mismo mientras se alejaba levemente
- NADA ADIÓS.- se fue corriendo como cualquier otro niño que era pillado por un adulto.
Su rostro estaba rojo de la vergüenza
- E-espera...- dijo el pelinegro, pero no corrió hacia él. No por qué no quisiera insistirle, si no que su resistencia era realmente baja.
El niño parecía estar consumido por sus pensamientos. ¿Y si necesitaba ayuda? Quizá le daba vergüenza pedirla. La verdad, mucha gente se calla las cosas paranormales por vergüenza a decir en voz alta o por qué realmente no creen que sean reales.
Podría pararlo con sus poderes psíquicos, pero no era la mejor forma de llamar la atención de un niño, podría asustarse y lo que menos quería era estresar al pequeño.
Suspiro, despues de todo si tenía problemas con espíritus volvería tarde o temprano.
Cuando se disponía a regresar a su oficina, observo una pequeña bandana roja en el suelo. Supuso que era del chico.
En la banda ponía algún tipo de nombre extraño.
- Seguramente sea el nombre de su escuela.- la guardo por si volvía al día siguiente
Reigen entró de golpe en casa apoyando su espalda contra la puerta principal. Su pecho se movía enérgicamente arriba y abajo.
- Ya estoy en casa.- habló en voz alta, pero nadie le contesto.- Uhm. Que extraño.- rascó su cabeza. - Ruffus. Ven chico!!.- llamó a su cachorro pero tampoco vino.- SACARON A MI PERRO SIN MI PERMISO?!! .- gruñó enojado. Les tenía dicho una y otra vez que él era el único que le paseaba.
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Mentiras. | Mob Psycho Inverted Au |
FanfictionHoy había sido el día más deprimente de Reigen. Se le había olvidado decirle a sus padres que iba a ir a una carrera que iba a ser un campeonato contra los demás cursos. Todo cambiaría una vez vio una pequeña tienda de un psíquico que gratuitamente...