Mérida había visto a la anciana Gothi antes en uno de sus paseos. Era una tumba, jamás hablaba, pero saludaba siempre que la saludaban. Se peleaba con unos dragoncitos pequeños muy monos que solían acompañarla (aunque no esa vez) y, en general, no llamaba la atención.
En cambio, el hecho de que llevara de la mano a la princesa a un ritmo rápido (para su edad) a través de todo el pueblo estaba causando un revuelo considerable. Ástrid les seguía todo el rato, con Tormenta. A medio camino, Hipo y Bocón se unieron también. Cuando ya se hubieron acercado a casa de Gothi, al pie de una escalera, medio pueblo le seguía. Todo el mundo parecía saber que Mérida era aquella persona que les ayudaría en un momento duro.
Gothi se paró y empezó a garabatear en el suelo. Bocón se puso a su lado, al parecer era el único que entendía qué decía.
—Mérida está bajo la protección de Skaði, la diosa del invierno y la caza, y se le ha otorgado el don del tiro con arco (bueno, hasta aquí parece evidente). —Hizo una pausa, mientras Gothi seguía dibujando con su bastón—. Pronto aparecerá un dragón que la pondrá a prueba, y dependerá de él que vuelva a su casa o se quede aquí para siempre.
—¿Dice nada de si nos ayudará en ese momento de necesidad que dijo? —preguntó Mocoso, que estaba cerca—. Quiero decir, nos hemos ganado un enemigo que podría volver con muchos más de los suyos.
—No dice nada de eso... Pero ha dibujado una batalla con unas runas que dicen «sólo una». Mérida librará sólo una batalla con nosotros. Luego... Gothi le pierde el rastro en su predicción a partir de allí.
El pueblo estalló en murmullos curiosos. Mocoso y los mellizos hablaban entre ellos sobre esa posible batalla. Patapez le murmuró a Ástrid algo sobre dragones que no tenían jinete en los establos.
—¿Está preparada Mérida para su destino? —le preguntó Bocón a Gothi. Ésta se acercó a Mérida y la miró a los ojos, evaluándola. La princesa se sintió bastante incómoda, hasta que la anciana desvió su mirada hacia los dibujos y dibujó dos líneas distintas—: Sí para enfrentarse a ese dragón. No para esa batalla ni tampoco para volver a casa.
Todo el mundo bufó, desilusionado. Mérida, en cambio, sintió que Gothi simplemente le había leído la mente. No se sentía con coraje de irse de Berk ni de combatir, por mucho que Valka la hubiera ayudado. Pero después de cómo acababa de conocer a Tormenta, un dragón más no le podía hacer tanto mal. Le parecía bien hacer las cosas una a una. Era algo que no había podido hacer desde que salió de DunBroch.
—Bueno, no penséis que esto ha acabado —dijo Bocón, reflexionando—. Sólo quiere decir que tendremos que esperar un poco más. Gothi siempre hace esta clase de revelaciones, siempre hay una parte en la que hay que esperar al momento adecuado. En la última también nos lo dijo y ahora Mérida está aquí.
—¿Qué pasó en la última? —le susurró Mérida a Ástrid.
—Reveló que vendrías, todo lo que te han dicho de la arquera, pero sólo después de que alguien del pueblo sufriera mucho. No dijo ni quién, ni cuando sería eso, y tardó medio año en cumplirse. Supongo que se refería a Mocoso y a Garfios.
La masa de gente se dispersó y volvió a sus quehaceres diarios. Mocoso y los mellizos miraron a Hipo, comentando algo en voz baja, y él les devolvió una mirada desafiante. Al parecer, la predicción de Gothi había dado más de sí de lo que Mérida había pensado.
Se quedaron Bocón, Hipo, Patapez y Ástrid con ella. Gothi ya estaba subiendo las escaleras hacia su casa.
—Una cosa que tienes que tener en cuenta es que Gothi predice con pocas señales de tiempo —dijo Bocón, aunque parecía que hablaba más a Patapez que no a Mérida. Él estaba tomando notas. ¿Estaría aprendiendo a comprender predicciones?—. No intentes forzar las cosas, no te vayas ahora al establo a ver si un dragón se te acerca. No funcionaría. Me alegro de que te encuentres mejor, por cierto. Valka había dicho que estabas enferma.
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Más allá del Mar Sin Sol [Mérida x Ástrid - Brave/Cómo Entrenar a tu Dragón]
Fiksi PenggemarHace ya muchas décadas que los hombres del norte se han asentado por doquier en las islas británicas. Los clanes escoceses han vivido tiempos convulsos desde entonces. Y después de cinco años desde su primer desafío, una Mérida más madura descubre...