Te tocó vivir así.

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Sonaba una y otra vez la chicharra molesta del despertador, tome mi celular y desactivé la alarma. Eran las 7:30 de la mañana y no faltaba mucho para que empezará mi turno en el trabajo.

Tomé una toalla y fui directo a darme un baño, el hacer esto todos los días y el tener que lidiar con gente mal educada que se molesta contigo si es que en la tienda no hay un producto que le guste, es demasiado molesto.
Más aparte que la paga no es muy buena, pero que más puede pedir un joven de 16 años. Quisiera el poder trabajar en una empresa y sentarme frente a un monitor, quizás sea aburrido pero tendría una paga mejor.

Quisiera tener la vida que tienen muchos de mis amigos, el llegar con cualquier tipo y hablar sobre cosas como... "¡Hey! ¿Viste que saldrá la secuela de este videojuego?".
Pero bueno... Ellos no tienen la culpa de que mi padre me haya abandonado y ahora haya tenido que salirme de la escuela para poder darle un gasto a mi madre.

Salí del baño y comencé a buscar que ropa ponerme, cómo si fuera tan difícil escoger entre las únicas 3 playeras que tengo.
Después de estar completamente arreglado me senté un momento en el sillón, mi madre aún no estaba despierta y faltaba media hora para irme directo hacia el trabajo, así que solo comencé a jugar con mi perro... El único que se despide de mi siempre que voy a trabajar y el único que me recibe cuando termino.

-¿Ya no tienes croquetas?- Dije mirando su tazón vacío.- Pero me pagan hasta mañana.

Tomé una rebanada de jamón que tenía guardada en el refrigerador y se la di, aunque sea le quitará el hambre un momento. Es lo bueno que sea un perro de raza pequeña

Ya eran las 9:00 AM así que me coloqué mi gorra para después salir directo hacia el trabajo, aunque no quedaba tan lejos de mi casa el local donde trabajo, Un local de croquetas y accesorios para mascotas.

Llegando al local, las puertas aún estaban cerradas por lo cual me senté un momento a esperar al dueño para que las abriera, aunque a veces tarda demasiado.

«¿De que sirve que yo sea puntual? si este maldito anciano abre a la hora que se le dé la gana» Pensé mientras guardaba mis manos en la chamarra que tenía puesta, hacía demasiado frío.

Después de unos minutos las cortinas de metal comenzaron a abrirse, por lo cual me levanté para ayudarle al señor... Lo saludé como cada día y de inmediato me entregó la escoba.

-Barrele, ¿No?- Dijo mientras iba directo a su silla, dejándome todo el trabajo a mi.

Cargar costales, barrer, limpiar, alimentar a su propio perro... Mientras el está sentado viendo su computadora, pero bueno es el único lugar donde me aceptaron debido a mi edad.

-Entonces Axel... ¿Diario entrenas?.

-Si señor, pronto estaré en preparación para comenzar a pelear en torneos así que no puedo faltar- Respondí mientras terminaba de trapear.

Diario saliendo de este lugar voy directo a un gimnasio que está dentro de un parque, entreno box y aunque suene loco me gustaría un día dedicarme profesionalmente a ese deporte.

-Que bueno chavo... Al menos no estás en vicios como los demás chicos, ¿No piensas seguir estudiando?- Me coloqué a un lado de su escritorio para seguir hablando.

-Honestamente no sé... Los libros son caros así que estudió o trabajo, ¿Pero quién me pagará los libros?- Aunque nunca me ha gustado el estudio.

De la nada salió su perro... Un perro salchicha, solo que tiene su propia silla de ruedas ya que lo patearon cuando era pequeño y su cadera quedó mal.

Comenzó a caminar por todo el local dejando un camino de orina... Sí, no puede orinar como los otros perros.

«Acabo de trapear...» Pensé mientras apretaba los dientes, diario hace lo mismo.
Siempre que estoy por acabar mi turno hace exactamente lo mismo.

-Vuelvele a limpiar, ¿No?

-Claro...- Respondí sin ganas.

Pasaron los minutos y me despedí del señor ya que mi relevo había llegado, fui directo a mi casa a limpiarme la ropa llena de polvo por una un poco más deportiva.
Aunque estoy mareado y no creo poder aguantar el entrenamiento cómo se debe.

Llegué a mi departamento y en la puerta principal estaba un grupo de drogadictos que viven en mí mismo edificio, están de fiesta desde ayer... No entiendo cómo pueden soportar tanto tiempo tomando e inhalando porquería, ni siquiera entiendo como logran tener dinero.

Abrí la puerta de mi departamento y de inmediato mi perro brinco a mi, creo es lo único bonito que me ocurre durante todo el día.
Miré la mesa y estaba un plato con comida, seguramente me lo dejo mi madre.

Tomé el plato y le di la mitad de la comida a mi perro, le daría toda pero también tengo hambre.

Terminé de vestirme y tome mi bicicleta para ir directo a mi gimnasio, hoy es día de sparring así que estoy muy emocionado.

Algo bueno de mi vida es que tengo todo demasiado cerca de mi casa, mi trabajo, mi gimnasio y amigos... Algo bueno debía de tener.

Llegué y comencé a saludar a todos, me acerque a mi entrenador y de inmediato soltó las palabras "Hoy te toca pagar Axel" Por lo cual solo hice una mueca.

-¿Le puedo pagar mañana?- Cerro su libreta mientras soltaba un suspiro para después mover la cabeza de arriba a abajo.

-Necesito que ayudes a Saúl y Memo con los sparring... Así que ponte guantes y careta- Dijo mientras se levantaba de su silla.

Hice los ejercicios de calentamiento como saltar la cuerda, correr y hacer sombra... Por alguna razón me sentía muy débil, cansado.
Quizás el trabajar todo el día en el sol y estar de pie todo el tiempo cargando cosas para después entrenar no sea buena idea.

Fui a mi mochila y tome unos guantes algo viejos y desgastados, también una careta rota que me prestaba el entrenador.

-Ya estoy listo, ¿Con quién primero?.

Dije emocionado... Aunque estando arriba del ring, no soporte los duros golpes de mis compañeros, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar del cansancio. Sangré del labio y la nariz, incluso me ardía por completo la cara.

«No... Hoy no» Pensé lamentando el haberme subido a pelear, iba a ver a una persona muy importante.

-No estuviste mal... Solo mueve mas la cintura.

Dijo mi entrenador, tomé mis cosas y me fui... Estaba algo triste, no es justo ellos venían descansados y yo apenas y podía estar despierto.

Tomé mi celular para buscar el contacto de esa persona, la única que podía alegrar mi día.

"Jessica... Hola ¿Como estas? Disculpa paso mañana, debo acompañar a mi madre a un lado" decía el mensaje.

Había quedado en vernos hoy fuera del local de su madre, pero con esta cara no puedo verla... Quiero gustarle.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2020 ⏰

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