Quiero Que Me Quieran [CL #1]

7 | Primera Cita

Los días pasaban, pero cada día me era más difícil aceptar la realidad en mi vida.

Pasé de estar sola llorando en una cocina de la boda de mi hermana, a tener siete personas esperando por mí en algún lugar de la ciudad.

Ya había pasado más de una semana desde que ví a Amadis, y aún me parecía todo mentira.

La noche en que Wendy estuvo aquí empacando sus cosas, tomé la lista de los invitados de la boda de una de las cajas y la guardé en mi cuarto.

Trescientas personas. Y de esas trescientas personas solo siete eran los hechizados.

Ya había descubierto a tres de ellos.

Tomé otra libreta y, junto a la lista de invitados de la boda, empecé a escribir sus nombres.

1-Oliver
2-Jonathan
3-Connor

Mi cuñado, mi ex novio y un amigo.

Si. Esto es mi deseo hecho realidad -Nótese el sarcasmo-.

En estos días Amadis no había dado señales de mi vida. Lo cuál en un principio me hizo creer que todo esto había sido un sueño.

Pero las llamadas de Jonathan invitándome a salir, y los problemas que estaban teniendo Wendy y Oliver, no me dejaban oportunidad de soñar.

Connor era el único que se mantenía tranquilo. No lo había visto desde el día en que me regaló la flor. Lo cual tranquilizaba y descepcionaba al mismo tiempo.

Como siempre tenía que ir a la pastelería. Hoy era el último día laboral de la semana, así que seguramente habría mucho trabajo por hacer.

Al llegar a Honey, saludé a Gloria y me puse mi delantal, até mi cabello y comencé a trabajar.

En la mitad de mi turno, Connor al fin apareció en la entrada con un encargo para Gloria.

—Hola Connor.

—Hola Serena ¿Cómo estás?

—Bien. Bien. Bien—repetí torpemente. Por si no le quedó claro estaba bien.

Me ponía muy nerviosa su presencia. A pesar de que sabía que pase lo que pase él iba a estar enamorado de mí incondicionalmente, tenía una sensacion de inseguridad. Tenia miedo de arruinarlo todo.

—Que bien ¿Puedo pasar? Tengo que llevarle esta caja a Gloria.

—Ah, si claro.

Me hice a un lado torpemente dejándole el paso a la cocina.

Después de que habló con Gloria durante unos minutos se despidió y se dirigió a la entrada conmigo.

—Es lindo verte.

Claro que le gustaría verme.

—Igualmente.

Connor se dispuso a salir, pero a la mitad del camino se detuvo y volvió hacia mí con una sonrisa encantadora.

—Hey, Serena. Estaba pensando...—Aquí viene—Si no estás ocupada mañana podríamos salir. Los dos solos.

—Seguro. Porque no.

—¿En serio? De acuerdo. Paso por ti en la tarde. Te veré maña...—despidiéndose, y caminando sin mirar por donde iba, Connor chocó con un poste de luz, pero rápidamente retomó su camino avergonzado—Mañana... Adiós Serena.

—Adiós—me despedí con una sonrisa.

—Y dices que no te gusta—Gloria canturreaba detrás de mí.