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Vida de mariposa

La vida, siempre siendo permisiva ante todo. Haciendo lo que quiera sin avisar, sin saber cómo resultará todo, sin dar a conocer lo que pasará; una alegría, una tristeza, un amor.

Nada se sabe, nada se precipita.

Es como las mariposas que vuelan alto, bien alto, temiendo que algún día no podrán volar otra vez.

Simplemente hay que volar, dejar que la ola de la vida te guíe, llevandote por caminos que no conocerás.

No controles lo que no puedes manejar.

Ama, sufre, odia. Siente cada emoción como si el viento te dejara volar en paz, como si la tormenta no te dejara pasar, como si no quisieras más volar por miedo.

Amate, ama todo te ti, cada imperfección, cada cosa que no te guste de ti, ámala. No sufras porque no puedes ver tus alas de colores hermosos y solo veas el oscuro que está por fuera de ellas.

Aunque no te ames completamente, aunque que seas diferente, aunque tengas las alas rotas llenas de cicatrices, ámate hermosamente.

Porque la vida siempre será como una mariposa.

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