La única razón (Sterek)

Capitulo Dieciocho

-Escucha bien Claudia, lo diré una sola vez. –Noah saco un pequeño control con tres botones y se lo enseño. –La inyección que te puso Monroe ayer es una pequeña bomba conectada a este control, así que si no haces lo que te digo tu cabeza explotara.

La mujer que estaba en el piso de aquella sucia habitación con una cadena en su pide derecho solo pudo asentir a lo que dijo su esposo.

-Bien, ahora esto es lo que harás, te dejaremos dentro del portal dentro de unas horas y tu solo tendrás que atravesarte en el camino de ellos –dijo enseñándole una foto del castaño y Derek. -, después solo tienes que atraerlo al valle omega, exactamente a la que alguna vez fue nuestra casa.

La mujer levanto la cabeza rápidamente, y le miro con ojos suplicantes, se dio cuenta de quién podría ser ese joven, no podría olvidar la piel lechosa y los lunares salpicados por toda su piel a manera de constelaciones de estrellas.

-Po-por favor... Noah... él es nuestro hi-hijo. –hablo la mujer con lágrimas en sus ojos.

-Sí, lo se cariño –una sonrisa descarada se dibujó en el rostro del hombre mayor. –pero hoy por primera vez él me va a ser útil, al igual que tú.

Se dio la vuelta de donde estaba parado para acercase a la puerta, la abrió y un hombre alto y delgado le dio un llavero, se acercó con eso hasta el pie de la mujer y la libero, la levanto y la llevo a otra habitación, que más bien era un cuarto de baño.

-Báñate y ponte esa ropa –señalo las prendas que estaban sobre un pequeño armario que tenía un espejo. -, tienes quince minutos.

Una vez se quedó sola en el baño se desplomo sobre el lavamanos a llorar, había pasado presa de su propio esposo desde que le quito a su hijo y lo dejo en aquel orfanato, ¿Cuánto tiempo había pasado?, ya no podía ni recordarlo con exactitud, casi diecinueve años ¿tal vez?

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-Escucha bien Claudia, solo tienes que darle lastima y hacer que te lleve a nuestra antigua casa, le dices que no tienes donde pasar la noche, una vez ahí por arte de magia tu recordaras la casa y que él es tu hijo. –se acercó a la mujer que estaba parada y temblando en medio de su despacho, le puso en su blusa un pequeño aparato que parecía un botón pequeño. –Esta es una cámara, así podremos ver y también escuchar todo, así que, si intentas decirle algo que nos perjudique, ¡BUM!

Dijo acercando su rostro a la oreja de la mujer, para darle una pequeña lamida. La mujer tenía una expresión de terror, estaba pálida, sus ojos desorbitados.

-Bien –una vez más hablo el mayor. –en cuatro días nosotros atacaremos al ministerio, así que horas antes de que lo hagamos tú, tu hijo y yo nos veremos, es algo así como una reunión familiar ¿no te parece lindo? Ah, por cierto, asegúrate de que Derek Hale se quede con ustedes, Peter no podrá solo, sin Derek es indefenso.

Sin más que decir tomo del brazo a su esposa para dejarla en el valle alfa.

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-Ve más despacio Derek que no quiero morir. –hablo el castaño con sus manos aferrándose al cinturón de seguridad.

-Estoy yendo a velocidad normal.

-A 110 en una zona poblada te parece normal ¿enserio?

-Lo siento... es solo que no quiero ponerte en peligro, por eso no quiero que pasemos tanto tiempo fuera de la casa.

-Solo vamos al supermercado Derek, tranquilo.

El pelinegro redujo la velocidad y un par de minutos más tarde llegaron. El castaño fue directamente a la sección de confitería, tomo varias cajas de chocolates, galletas y gomitas en forma de gusanos. A Derek le pareció haber pasado una eternidad en el supermercado cuando por fin se acercaron a pagar para salir.

-Cuando vengamos de compras la próxima vez me asegurare de que vengamos cuando apenas abran, tal vez así salgamos más temprano.

-No exageres Derek, apenas fueron unos minutos.

-Estuvimos casi dos horas ahí adentro. –dijo el pelinegro viendo la hora en su celular.

-Lo siento, no podía elegir si las galletas con grageas o chispas de chocolate.

Derek solo sonrió, amaba a su novio y ya tenía pensado en pedirle matrimonio cuando esta situación de los desterrados termine. –Ya sube al auto, yo guardo esas bolsas.

El camino a casa de Derek no fue diferente, si a casa de Derek el pelinegro no quería que Stiles se quedara en el valle omega, además de que estaban más seguros ahí.

-Me gusta más "Maze Runner" –dijo el castaño sonriendo.

-Los juegos del Hambre son mejor.

-Claro que no.

-Claro que sí.

-OK creo que eso es cierto, pero no quita el hecho de que ¡CUIDADO! –grito el castaño cuando una mujer salió de la nada y casi la atropella, por suerte Derek freno justo a tiempo.

-¿Estas bien? –pregunto el mayor tomando al castaño del mentón y revisándole.

-S-si. –la mujer se quedó parada frente al auto, no se movió ni un poco. –Creo que debemos bajar a ver si está bien.

-De acuerdo.

La mujer seguía de pie frente al auto, cuando el castaño salió del auto la mujer rápidamente giro para verlo y fue ahí donde no dudo un segundo más de que aquel joven era su hijo, lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, cuantas veces había soñado y anhelado este momento, conocer a su pequeño.

-¿Se encuentra bien? –pregunto primero el castaño.

-S-Si, yo l-lo siento no debí cruzar así la calle.

-Bien, ¿vas a algún lado? Si quieres podemos llevarte. –hablo el castaño.

-L-la verdad y-yo no tengo donde... donde pasar la noche.

-¿Por qué? Digo, si podemos saber. –vio al pelinegro de reojo y este le frunció el ceño.

-Y-yo... -Claudia no sabía que mentira decir, no se había preparado para esa pregunta. –Bueno eh... acabo de salir de rehabilitación y no tengo familia...

-Eso es terrible –dijo Derek metiéndose a la conversación, el veía algo en aquella extraña mujer, no le agradaba. -, pero me temo que nosotros tenemos que irnos ya es... -su boca fue tapada con la mano del castaño que le miro con los ojos muy abiertos, se imaginó lo que vendría, Stiles es una persona de sentimientos maravillosos y de seguro ha pensado en ayudar a la mujer. El castaño le llevo un par de pasos hacia atrás y le susurro que tenía que ayudarla, su mirada era como la de un cachorro bebe así que termino accediendo.

-¿Cuál es tu nombre? –pregunto amablemente el castaño acercándose de nuevo a la mujer.

-M-mi nombre es Claudia.

-Es un hermoso nombre –le sonrió. –Mira si quieres puedes venir con nosotros, yo tengo una casa en el valle omega, tal vez puedas quedarte ahí el tiempo que sea necesario.

-M-muchas gracias, si no es mucha molestia para ti aceptare su posada. –dijo lo último viendo al pelinegro.

-Descuida. –fue lo único que dijo el moreno, tenía un mal presentimiento, no sabía porque, pero aquella mujer le parecía que no era de confianza. 

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Hola a todos!

Lamento haber tardado mucho en actualizar, pero espero que este capítulo les guste y que cualquier error sepan disculparme, síganme, voten y comenten. 

Hasta la próxima.

L@s quiere Chretien <3 <3 <3