forever rain | bts; rm

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«no me siento solo cuando está lloviendo»

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tampoco lo estoy cuando específicamente tú estás a mi lado

⛈

Y ahí estaba la castaña, corriendo de nuevo hacia dónde estaba con su cabello haciendo un va y ven por los saltos, igual que su gabardina. Todo con una sonrisa dibujada en su rostro. Habían pasado quizás dos semanas o más desde esa conversación que tuvimos y hoy era la cuarta vez que nos veíamos. Había notado un cambio diferente en ella, y ella había dicho que también había notado un cambio diferente en mí, ¿será eso cierto? ¿habría estado cambiando?

Había vuelto a hablar con Jin con normalidad, pero nada fuera del otro mundo, quiero decir que el tema había quedado atrás y que Yoongi y Jin ya no se veían tan insistentes. Cosa que debería agradecer. Jungkook hacia oídos sordos, sin embargo, gracias a lo que había dicho la última vez, rondaba en mi mente. ¿Me admiraba de verdad? ¿en realidad yo hacía todo eso por mis amigos?

— ¡Lo siento, he llegado tarde! — ella buscó calor en su chaqueta, frotando sus brazos con euforia.

— Ya van dos veces que lo haces, ¿debería preocuparme? — alce una ceja esperando la correcta reacción de ella.

Moonsun negó riendo y como usualmente, se paraba en mi lado para dirigir su mirada al río. ¿Desde cuando nuestras conversaciones eran tan fluidas y menos cortantes?

— Mi hermana y sus tratamientos — suspiró con nostalgia —, he estado un poco ocupada cuidándola — acotó.

Mordí mi labio, pues a pesar de que habíamos mencionado mil y ún veces a su hermana y su leucemia no había mucho más que decir.

Moonsun tenía una idea extraña acerca de su muerte la necesitaba, pero tampoco quería ver a su hermana irse poco a poco por el dinero faltante en su familia. Le había ofrecido pagar su internado en el hospital, pero ella repetía una y otra vez que si lo hacía, no se lo perdonaría jamás. Así que Namjoon hizo una promesa silenciosa, una que solo él sabe. Y era que haría de Moonsun los días más cómodos y comprensibles, para que su idea de acabar con su vida simplemente quedará en el olvido.

Porque a él le preocupaba Moonsun, y el sentimiento era mutuo.

— Estoy seguro de que tu hermana vencerá tal cosa — afirmé y ella rió asintiendo.

— Oh, claro que sí. El cáncer se cansaría de estar con una persona tan fastidiosa como ella — sonrió.

— Nunca te he preguntado cómo se llama — encarne dudoso.

— Hang Min A, o como yo le digo, rata verde — se encogió de hombros y carcajee al escuchar el sobre nombre

— Creo que en sí, el cáncer se cansaría de estar conviviendo con hermanas con ustedes

Ella carcajeo y asintió: — Y creo que nuestras peleas de hermanas están funcionando para fastidiarlo. Ni siquiera nos quieren en el hospital — añadió divertida.