No Tiene Control

785 88 3
                                    

Después de explicarle lo ocurrido a Mead y el alboroto en el supermercado, la policía se llevó a Michael junto a la cinta de grabación.


- No puede ser, ¿Cómo dejé qué pasará esto?- (Tn) se culpaba por no haber ayudado a Michael.

- Lo sacaremos de ahí.- Dijo la mujer mientras manejaba a la estación de policía. - Busca a Michael mientras yo distraigo a los policías.-

Cuando llegaron la peligris se escondió de inmediato en la sombra de Mead, quién bajo del auto y fue directamente con uno de los oficiales que habían arrestado al chico.

(Tn) se escabulló entre las sombras del departamento de policías, siguió a un hombre y llegó al área de celdas. Espero a que los oficiales se fueran, llegó hasta la sombra de Michael y salió.


- ¡(Tn)! - Se levantó de la banca y corrió a abrazarla. - ¿Qué haces aquí?-

- Vine por ti.- Limpió los restos de lágrimas de sus mejillas.

- No puedo irme (Tn), la policía me buscará.-

- No, solo tengo que... Borrar la evidencia y controlar la mente de los oficiales que están afuera.- Ideó un plan.

- Hay demasiadas personas en el edificio, te lastimaras.-

- Debe haber algo que pueda hacer.- Sujeto sus manos.

- No tienen la evidencia suficiente para incriminarme, así que no podrán retenerme aquí por mucho tiempo.- Trató de tranquilizarla. - Estaré bien, no se preocupen por mi.-

- No quiero dejarte.- Se aferró a él.

- No lo harás.- Acarició su espalda. - Te quiero tanto.-


Michael se apartó un poco de ella y la besó con dulzura, sabía que no podía cambiar las cosas y en verdad quería aceptar las consecuencias de sus actos. No quería ser un fugitivo, ya que él no tenía la habilidad de esconderse como (Tn), y no quería aislarse del mundo otra vez.


- Tienes que irte.- Dijo cerca de sus labios y vió como una lágrima resbalaba por la mejilla de la ojiverde.

- Cuídate, por favor.- Fueron sus últimas palabras antes de abandonar la celda.


Unos minutos después un oficial llegó por Michael para llevarlo al interrogatorio.

(Tn) llegó junto a Mead y le dijo que Michael no deseaba irse aún.

Sala de interrogación...

Langdon esperaba encogido en su asiento, podía escuchar a las personas caminar del otro lado de la puerta metálica a su izquierda. Un hombre de unos cuarenta y tantos entró a la sala azotando la puerta tras de él, se acercó a la mesa y tiro una carpeta sobre la mesa metálica.

Michael mantenía su mirada agachada, solo escuchaba el eco de los pasos del hombre a su alrededor.


- Solo te daré una oportunidad, muchacho. Para que me digas que pasó en el supermercado.- Dijo con tono firme sentándose finalmente delante del rubio.

- No lo sé.- Murmuró.

- Yo te diré que pasó. Apuñalaste cinco veces a un hombre con varios cuchillos, asesinaste a un trabajador.- El agente abre la carpeta y deja a la vista fotografías de la escena del crimen. - La pregunta aquí es... ¿Cómo y por qué lo hiciste?-

- Yo no lo hice.- Alzó la mirada. - Yo no maté a ese sujeto.-

- Se está agotando mi paciencia. Explícame porque el departamento de archivos no ha encontrado nada sobre ti, tus huellas no están en el sistema, es como si no existieras.-


Michael no dijo nada al respecto, comenzaba a ponerse aún más nervioso. Nunca había pensado en ese "insignificante" detalle.

El hombre se levantó, ya desesperado por no obtener respuesta. Una vez al lado del chico posó una mano en su cabeza y la estampó contra la mesa.


- ¿Eso ayudará a tu memoria?- Gritó.


El golpe aturdió a Michael y sintió un poco de sangre escurrir por su nariz.


- No hice nada.- Logró decir.

- Solo lo apuñalaste con cinco cuchillos. Eras el único ahí, maldito enfermo.- Escupió las últimas palabras con odio.

- No toque esos cuchillos.- Jadeó por el dolor en su cabeza. - No encontrarán mis huellas.-


El oficial perdió toda la paciencia, tomó a Michael de su camisa y lo empujó al suelo haciendo que el chico se golpeara contra la puerta, seguido de dos patadas en su estómago.

Eso fue suficiente para que Michael liberará su poder, lanzando contra la pared opuesta el cuerpo del hombre, elevandolo hasta el techo. Toda la ira en Langdon fue transformada en energía, doblando las extremidades del oficial causando múltiples fracturas, los gritos de dolor taladraban sus oídos, por último dejó caer el cuerpo.


- Sálvenme.- Esas fueron las últimas palabras del oficial, palabras dirigidas hacia sus compañeros que se encontraban del otro lado del falso espejo.


Con un simple movimiento de dedos, la cabeza del hombre explotó salpicando sangre a su alrededor.

Michael solo abrazó sus piernas, escondiendo su rostro entre sus brazos. Temblaba incontrolablemente por el dolor en su cuerpo y el cansancio de haber usado sus poderes para protegerse.

Dos policías llegaron de inmediato y regresaron a Michael a su celda. Uno de los empleados, que fueron testigos de tan atroz suceso, guardó una copia del vídeo para enviárselo a un amigo qué tal vez podría encargarse del chico.

El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora