Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera...
Cosechamos lo que sembramos.
Y cuando optamos por acciones que les producen alegría y éxito a los demás, el fruto de nuestro karma es también alegría y éxito.El karma es la afirmación eterna del libre albedrío... Nuestros pensamientos, nuestras palabras y
nuestros actos son los hilos de la red que tendemos a nuestro alrededor.SWAMI VIVEKANANDA
La tercera ley espiritual del éxito es la ley del karma. El "karma" es a la vez la acción y la consecuencia de esa acción; es causa y efecto al mismo tiempo, porque toda acción genera una fuerza de energía que vuelve a nosotros de igual manera. No es desconocida la ley del karma;
todo el mundo ha oído la expresión "Cosechamos lo que sembramos". Es obvio que si deseamos crear felicidad en nuestra vida, debemos aprender a sembrar las semillas de la felicidad.Así, el karma entraña la acción que resulta de las decisiones conscientes.
En esencia, todos somos escogedores de opciones infinitas. En todo momento de nuestra existencia estamos en el campo de todas las posibilidades, donde tenemos acceso a un número infinito de opciones. Algunas de estas opciones se escogen conscientemente, mientras que otras
se eligen inconscientemente. Pero la mejor manera de comprender y utilizar al máximo la ley kármica es que seamos conscientes de las decisiones que tomamos en todo momento.Sea que nos guste o no nos guste, todo lo que está sucediendo en este momento es producto de las decisiones que tomamos en el pasado. Infortunadamente, muchos de nosotros escogemos inconscientemente, y, por tanto, no nos damos cuenta de que estamos frente a un abanico de opciones; sin embargo, lo estamos.
Si yo insultara a alguien, lo más seguro es que esa persona optara por ofenderse. Si yo le hiciera un cumplido, lo más probable es que optara por sentirse complacida o halagada. Pero pensemos
en esto: siempre hay una opción. Yo podría insultarla, y esa persona podría optar por no ofenderse. Yo podría hacerle un cumplido, y ella podría optar por no permitir que mi elogio la afectara.En otras palabras, la mayoría de nosotros - aunque escogedores de opciones infinitas - nos hemos
convertido en haces de reflejos condicionados, los cuales son constantemente provocados por las
personas y las circunstancias, en forma de comportamientos predecibles.Estos reflejos condicionados son como los de Pávlov. Pávlov se hizo famoso por demostrar que si se le da algo
de comer a un perro cada vez que suena una campana, pronto el perro comienza a salivar cuando oye la campana, porque asocia un estímulo al otro.La mayoría de nosotros, como consecuencia del condicionamiento, respondemos de manera repetitiva y predecible a los estímulos de nuestro medio ambiente. Al parecer, nuestras
reacciones son provocadas automáticamente por las personas y por las circunstancias, y así olvidamos que esas reacciones son opciones que escogemos en cada momento de nuestra existencia. Sucede simplemente que escogemos esas opciones inconscientemente.Si nos detenemos un momento y observamos las opciones que escogemos en el instante mismo
en que las escogemos, ese simple acto de convertirnos en espectadores nos permite sacar todo el proceso del reino del inconsciente para traerlo al reino de la conciencia. Este procedimiento de elección y de observación conscientes da mucho poder.Cuando hagamos una elección - cualquier elección - hagámonos dos preguntas. En primer lugar:
"¿Cuáles son las consecuencias de escoger este camino?" El corazón nos lo dirá inmediatamente.
Y en segundo lugar: "¿Traerá esta decisión que estoy tomando felicidad para mí y para quienes
me rodean?" Si la respuesta es afirmativa, sigamos adelante. Si la respuesta es negativa, si se trata de una opción que nos traerá sufrimiento a nosotros o a quienes nos rodean, abstengámonos de escoger ese camino. Es así de sencillo. Solamente hay una opción, entre el
número infinito de opciones que se presentan a cada segundo, que puede traernos felicidad a nosotros y a quienes nos rodean. Elegir esta opción produce una forma de comportamiento que se conoce con el nombre de acción correcta espontánea. La acción correcta espontánea es la acción apropiada que se toma en el momento oportuno. Es la respuesta correcta a cada situación, en el momento en que se presenta.