moonchild ☪︎ [ yoonmin ]

pov yoongi

Era una noche de Agosto, las cuatro de la mañana aproximadamente, por más que lo intentara no conseguía conciliar el sueño, así que decidí ponerme y salir a dar un paseo. Se que os estaréis preguntando, ¿quién sale a dar un paseo a las cuatro de la mañana? Yo también me lo preguntaría, creédme, pero desde que empecé a tener insomio, esto es lo único que me relaja. No tengo que preocuparmepor mis padres ya que hace dos que empecé a vivir solo. Cerca de mi casa hay un parque con grandes árboles, suelo quedarme aquí hasta que amanezca, solo, sin nadie, eso me da la paz que necesito. A estas horas de la madrugada no suele haber nadie por aquí, así que me pareció extraño ver a un chico a unos metros de mi. El chico era de baja estatura, más o menos como yo, y su cabello rubio se podría distinguir desde la lejanía. Poco a poco me fui acercando a él y pude comprobar de qué estaba llorando. ¿Por qué estás llorando? Tú y yo somos los únicos aquí, ¿por qué lloras entonces niño de la luna? Me voy acercando a paso lento hacia ti, no quiero verte llorar, los niños bonitos no lloran, o eso me dice mi madre.

Al ir acercándome a él, sin querer, pise una rama que había en el suelo, esta acción hizo que el chico levantara su mirada y la posara en mi. Sus ojos eran pequeños y brillaban a causa del llanto, sus mejillas estaban un poco rojas y sus labios eran de un suave color rosa. El chico dio un salto en el sitio, creo que no esperaba verme ahí, normal, soloun loco como yo estaría tan tarde en un parque. Hicimos contacto visual por un momento hasta que él bajo su cabeza tímidamente. - Hey - le llamé - ¿Por qué lloras? - le pregunté pero no hubo respuesta por su parte - ¿Cuál es tu nombre niño de la luna? - Se me quedó mirando extrañado por aquel apodo - N-niño de la luna? - respondió con una dulce voz - Te encontré en una noche de luna llena, así que te llamaré por ese apodo hasta que sepa tu nombre - dije en un tono burlón - No puedo decírtelo - dijo cabizbajo - Lo siento - me extrañé un poco al oir su respuesta, ¿por qué no podía decírmelo? Justo cuando se lo iba a preguntar, él me interrumpió - Ya está amaneciendo - dijo acercándose a mi - Prométeme que estarás aquí a la misma hora que hoy y nos volveremos a ver - me susurró al oído - Mañana? - preguntó cuando se alejó de mi - Mañana - me dijo con una sonrisa que hizo desaparecer sus pequeños ojitos. Y en un abrir y cerrar de ojos, se fue, desapareció, así que no me quedó otra que volver a casa, sabiendo que mañana, exactamente a las cuatro de la madrugada, volvería a ver a mi niño de la luna.