Touch

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Edité un poquito la historia para hacer más amena la lectura, jaja. Y también publiqué una versión en Inglés en AO3, así que no entren en pánico si alguna vez la ven y se les hace familiar❀☺.

  

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Wong Kunhang tiene un grave problema que resolver.

Wong Kunhang tiene un grave problema cuando mira a Qian Kun y siente la enorme necesidad de tocarlo. Cuando siente que el roce de sus manos es fundamental para que vuelva a respirar y sus dedos dejen de temblar ansiosos. Y Wong Kunhang tiene un grave problema cuando Ten comienza a reírse de él cuando busca ayuda.

—Suenas como un maldito virgen.

Se ríe.

—Soy virgen.

Ten se ríe más fuerte y Kunhang está seguro que los vecinos deben estar comenzando a molestarse de lo ruidoso que estaba siendo el más bajo.

—Maldición, Hendery. ¡Eres tan gracioso!

—No he contado ningún chiste —respondió tajantemente con un ligero ceño fruncido—. Y realmente quiero solucionar esto, por eso te hablé a ti. Al menos actúa un poco como un buen amigo.

Ten dejó de reír, pero no borró su sonrisa burlona.

—¿Realmente te gusta Kun? ¿Qian Kun? —soltó como si fuera una especie broma—. De todas las personas de la Universidad, elegiste a la menos sexy.

Kunhang no entendió el comentario del todo, pero sí le hizo enojar. Con una mirada fulminante se levantó de la mesa y se dirigió con pasos pesados hacia su propia habitación, e inmediatamente después Ten lo seguía arrastrando los pies.

—Oh, vamos. No te enojes~ —habló Ten con una media sonrisa—. Necesito que me expliques específicamente qué te gusta de él, porque un Dios como yo no puede entender cómo funciona la mente de un mortal como tú.

Kunhang se arrojó sobre su cama y ocultó su rostro en la almohada. Siendo sinceros, realmente no tenía idea de qué era lo que lo atraía tanto hacia el rubio. Kun siempre era amable con todos y pocas veces parecía perder la compostura frente a los demás. Kun siempre tenía una hermosa sonrisa cuando la gente le hablaba. Kun siempre ayudaba a Kunhang con las clases en las que tenía dificultades. Kun, además, tenía una de las voces más encantadoras y angelicales que había escuchado en su vida. Le estremecía.

—¿Y bien? No leo mentes, idiota —se quejó Ten sentándose en el escritorio de Kunhang—. Quiero ayudarte.

—Yo... no sé explicar mis sentimientos —murmuró finalmente—. Ni siquiera sé si me gusta de verdad... No lo sé.

—Mmh —Ten comenzó a pensar y una sonrisa se formó en sus labios—. Sientes ganas de tomar sus manos, ¿no?

Kunhang asiente en silencio, levantando la vista y encontrándose con los ojos divertidos de Ten.

—¿Una acción tan patética como esa, Hendery? —comenzó a hablar despacio—. ¿No quieres tocarlo de verdad? Ya sabes; acercarte a él, tomar su rostro... Observar sus labios rosados, entreabiertos, con las mejillas rojas esperando a que lo beses... Luego meter tus manos entre su ropa, tocar su piel, sentir su calidez... Y, entonces, empiezas a desnudarlo y besas sus clavículas y los escuchas jadear y no puedes aguantar más y quieres sólo seguir sintiendo su calor y sacas a la bestia de tu interior y él empieza a llamar tu nombre gimien- ¡Ah! ¿¡por qué me pegas!?

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