Quinema

(Quinema: Conjunto de 5 poemas.)

Pasado silencioso

Recuerdo.

Echo una mirada hacia mi universo interior.

Ahí estás tú, silencio mío, amor de mis amores,
centelleante de abrasador calor de pasado
y romance desconocido.

Lleno de una enigmática felicidad,
depurado y sombrío quehacer,
solo soy un ángel que desató tu imagen
de opresor anclado a la ternura.

Destino natural

Te contrapones a la corriente.

Intentas escapar al principio de una veneración
que te contradijo en tus deseos.

A tu periferia una rosa te valora
y endulza con sus palabras:

"Escapando de esta utopía caótica
no remediarás tu sangrado de ocasión,
solo revivirás al desdichado futuro
de ironía carbonizada."

Fue entonces cuando unos labios
detuvieron tu andar con su textura de chocolate,
y diste cuenta de que tu recorrido
dio con su propósito de salvación.

Lectura de mundos

Has nacido de ultratumba
en quehaceres y costumbres.

No dando siempre tu fruto de sonrisa medieval,
supiste que tu mera existencia en el Cosmos
daba sentido a tu oficio
de ser un secreto más del universo.

El despertador ha sonado,
y dejaste tu mundo sobre el velador,
ignorando la luz del día.

Rescate en solitario

Sofocado por tu presencia,
desembocas lo profundo de tu tristeza
a grito de montaña tambaleante,
cuyo alpinista, esforzado monarca de tu espíritu,
argumenta con su confiada llegada
a lo más alto de ti,tu sonrisa gallarda
allegada de penurias.

Portadora de maravillas

Estaba sentado mirando al sol ya durmiéndose.

Sentía cómo su cabello, iluminado y perfecto
como la duna de un desierto,
hacían juego con sus ojos claros,
que son como el azul cielo de aventuras 
y el grisáceo de bello invierno congelado.

En las noches, el saludo casi desapercibido
de pequeñas iluminaciones en el cielo
me hicieron acordar de tu sonrisa,
y tu voz como el cantar de la vida
de un manantial de misterio y atracción.

¡Inigualable virtud!