parte única

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Soltó un profundo suspiro y apretó sus puños, se quedó viendo el paisaje blanco al frente y sintió algo de paz en su corazón, algo de tranquilidad por fin.

Sintió su celular vibrar en el bolsillo derecho de su pantalón, solo por las noches y fines de semana lo tenía en vibrador, lo sacó y vió el número de su jefe; suspiró de nuevo, tomó una bocanada de aire y puso la mejor voz que tenía para que no parezca que realmente no quería saber nada de su trabajo.

―Buenas noches Johnny ―su voz sonaba áspera y parecía que estaba totalmente ebrio.

―Buenas noches, ¿que necesita? ―dijo él simulando una voz cordial y amable.

Al parecer su jefe quería que lo lleve a su casa ya que estaba demasiado ebrio como para conducir su propio auto y de seguro, solo quería molestar a Johnny en su día libre.

Se dirigió al bar en el que estaba y vió que su jefe se encontraba abrazado a un chico delgado y le trataba de robar besos pero éste simplemente lo sostenía para que no se caiga. Lucía inmensamente incómodo con el comportamiento de su jefe, hasta que sintió pena por el chico.

Se acercó y colocó su brazo en su espalda y el de su jefe por detrás de su cuello para poder sostenerlo. Se disculpó con el chico que había sufrido con él y pudo notar que tenía una adorable sonrisa. Rebuscó en los bolsillos y sacó las llaves para manejar el carro, colocó a su jefe en los asientos de atrás y empezó a conducir para dejarlo en su casa.

Johnny era un fotógrafo, amaba tomar fotos, era su pasión, le gustaba captar los bellos y etéreos momentos que habían en cosas realmente simples como la sonrisa de sus amigos o un paisaje que le gustó; siempre le había gustado tomar fotos y buscar el ángulo perfecto para que la toma salga bien.

Uno de sus amigos le recomendó una empresa la cual buscaba fotógrafos para modelos, Johnny recibió alegre la recomendación y se fue a presentar pero después de todo, no era lo que él buscaba. Aquellas mujeres eran efectivamente hermosas, llenas de joyas y maquilladas, todas tenían experiencia en el modelaje y poseían unas bellas expresiones, pero no para Johnny, la mayoría de éstas tenían expresiones vacías, muertas, falsas. A Johnny estas chicas le parecían totalmente artificiales luciendo vestidos y maquillaje, luciendo joyas y tacones, luciendo sus cuerpos y nada más que eso. Johnny buscaba fotografear algo más real, algo más original y que derrame simpleza pero elegancia, él no quería tomarles fotos a chicas al azar que parecía que ni disfrutaban su trabajo y solo lo hacían para ganar dinero, y es que él tampoco se podía quejar porque hacía exactamente lo mismo.

Llegaron a su casa y lo dejó echado en su cama, dejó las llaves en la cómoda y la maleta en el escritorio y simplemente se fue. Aquella casa le daba una horrible sensación de soledad y desesperación. Su jefe vivía solo lo cual a veces era un problema, llegaba tarde y había ocasiones en las que le dejaba su trabajo a otros empleados.

A pesar de que Johnny no disfrutaba fotografeando a aquellas mujeres, hacía lo que podía para poder sacar tomas decentes y satisfacer a las cabezas de la empresa, y afortunadamente se pudo mantener así por más de 4 años.

El estrés y la frustración aumentaban a medida que recibía más modelos y también cuando su jefe, bueno para nada, lo tomaba como su sirviente. Se encontraba realmente harto de aquel trabajo pero recibía una buena paga y de seguro, sería difícil conseguir un nuevo trabajo que tenga lo que él buscaba y le aterraba la idea de dejar su trabajo en busca de otro y no conseguir nada. Tal vez consideró que podría aguantarlos unos años más, que podría tolerarlo pero la sensación de esforzarte en algo que no te gusta incrementaba más, sumándole que sus días libres se basaban en cuidar a su jefe y que no había tenido una pizca de alegría pura en todo ese tiempo. Ya ni siquiera se veía con sus amigos porque su jefe lo tenía de arriba a abajo con él, odiaba mucho a ese bastarlo que no lo dejaba en paz en ningún momento.

photography [johndo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora