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Bryan tiene una vida bastante buena, sus dos padres trabajan lo cual da el suficiente dinero a la casa para permitirse ciertos lujos. La familia del niño era muy apegada a la religión, algo indiferente para Bryan, era un habito más que seguir.

El peor suceso en la vida de Bryan habría sido la perdida de su mejor amigo peludo, Kurt. Era un san bernardo algo pequeño (relativamente hablando), el cual había sido comprado al rededor de 6 años atrás. El perro murió a causa de una enfermedad genética que los obligó a sacrificarlo. Toda la familia lloró su perdida, tanto como se le puede llorar por un perro.

Gracias al apego emocional que tenía Bryan hacia Kurt,  él sufrió una pequeña depresión dándole suficiente tiempo para pensar en lo mucho que rezó por su amigo y lo poco que surtió efecto.

Pero hoy no era el día para pensar en cosas malas o existenciales porque hoy iniciaban las tan esperadas vacaciones planeadas a bordo de el crucero, en este paraíso flotante que estaba equipado con todo tipo de entretenimientos para chicos y grandes. Y así inició todo.

El cuarto día abordo del crucero se presentaron ciertos temblores que parecían venir desde las turbinas de la nave, un suceso que sería alarmante si no fuera por su corta duración, esto sucedió por la mañana, no paso nada más hasta  pasadas las 3 de la madrugada del siguiente día cuando sin previo aviso ni perdón el barco comenzó a hundirse, en menos de 10 minutos el crucero se partió casi por la mitad y rotó hasta quedar boca abajo, esta tragedia acabó casi con la totalidad de los pasajeros abordo. 

Bryan y su familia estaban dormidos cuando todo sucedió(el camarote de la familia estaba en las partes para pasajeros más bajas de todas), lo cual les quito valioso tiempo en cuanto a sobrevivir se refiere, antes de darse vuelta el barco Bryan se golpeó en la cabeza quedando inconsciente.

Cuando despertó todo estaba oscuro, nunca se hubo envuelto en tal negrura, se encontraba en uno de los pasillos que conectaba los camarotes, al parecer había podido sobrevivir gracias a una cámara de aire que se dio por la forma del crucero, Bryan podía sentir agua en sus pies descalzos, lo que creía eran unos 30 centímetros de agua salada, el miedo lo invadió al entender la situación en la que estaba pronto comenzó a buscar a alguien más que hubiera sobrevivido al igual que él, reprimiendo el miedo que le surgía de adentro vagó por el pasillo dado vuelta, en realidad tardo muy poco en encontrar una puerta, a tientas se abrió paso al interior de la habitación, estaba vacía, o al menos a esa fue la conclusión a la que Bryan llegó con sus limitados sentidos, el agua había empezado a subir de nivel mientras que el niño buscaba una señal de vida, comenzó a sentir frío al entrar a una habitación que estaba llena hasta lo que le parecía al niño la mitad, de pronto sintió algo que flotaba en el agua, tardo al rededor de dos segundos en darse cuenta que era un cuerpo ya sin vida, por un momento Bryan no sabía ni como reaccionar, al principio por instinto lanzó el cuerpo lejos de el y salió del lugar lo más rápido que pudo.

El niño se derrumbó y comenzó a llorar esperando inconscientemente que alguien lo consolara, y así permaneció al rededor de una hora o al menos es el tiempo que él calculó, al percatarse que nadie llegó se levanto aún en la oscuridad e hizo lo que le pareció más lógico, buscar comida, pronto se dio cuenta que tendría que volver toparse con mas cuerpos, algo que tubo que soportar si es que quería vivir.

Bryan se adaptó lo mejor que pudo a la situación, durante la primera noche o al menos la primera vez que durmió despertó a media noche creyendo que todo había sido un sueño pero al percibir la horrible obscuridad que lo envolvía cayó en llanto.

Mientras pasaba el tiempo el niño le pedía a dios con todas sus fuerzas que lo salvara, de hecho lo hizo un habito que hacia cada cierto tiempo, comía gracias a los alimentos que los pasajeros pudieron guardar en los camarotes a los que él tenia acceso durante dos semanas Bryan vivió en algún lugar del océano atlántico  en una profundidad desconocida, completamente el la oscuridad y con un frío aterrador, en algún momento advirtió la presencia de peses que se comían a los antiguos pasajeros.

Pasaron 3 semanas y no recibía ayuda de nada ni de nadie, la comida había escaseado hace un día y el niño se encontraba débil.   Seguía rezando.

Ya eran 5 días desde que no pudo comer nada y el mismo sabía que estaba muriendo, al final de su vida termino por dudar que alguien lo estuviera escuchando con sus oraciones.

Después de varios meses de búsqueda (no por intereses altruistas, si no económicos) encontraron el barco hundido, a sabiendas que a estas alturas no habría nadie vivo en el fondo, enviaron un dron para explorar la nave, no parecía haber nada interesante hasta que en el interior de un camarote en la pared se encontraba escrito algo: 

"Dios no existe, no puede ser posible que exista alguien tan cruel que al recibir peticiones de ayuda a diario haya dejado perecer a un niño en las profundidades de su mundo."

Estas fueron las ultimas palabras de aquel niño que permaneció atrapado hasta el final de su vida dentro de ese crucero, que incluso sabiendo que posiblemente nadie vería lo que había escrito en su lecho de muerte él expresó aquello que sentía.  

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⏰ Last updated: Feb 01, 2019 ⏰

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Solo en la oscuridadWhere stories live. Discover now