Capítulo 7: La doña

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El desayuno empezó después de que el director hablara y hablara durante horas y horas

Fueron los minutos más largos de mí vida

-eso es todo- dijo y sonrió- espero que tengan un lindo día y que sus evaluaciones sean exitosas

-¿ya podemos empezar?- le pregunté a Sam

-no lo sé, esperemos a ver qué hacen los demás- y efectivamente, aún no podemos empezar a comer, la doña reina aclaró su garganta y el director se sentó junto a los demás en esa mesa y la doña se quedó parada

-pueden empezar tomando su té y tostadas con queso crema- habló- cada cinco minutos mí sobrina pasará y anotará su desempeño- informó- buena suerte.- concluyó y se sentó, mire a mí alrededor e intenté imitar lo que hacían los demás, hasta que me cansé y empecé a hacer lo que hago siempre

Comer como un cerdito

-¿Cual es tu nombre?- preguntó alguien detrás de mí y gire comiendo mí tostada

-Issy ¿Y usted?- le pregunté a la chica de más o menos 30 años que traía una libreta y un bolígrafo

-soy la princesa Alessia D'avance- dijo- sobrina de la reina Franchesca y tú profesora de cómo tomar el té

-un gusto princesa- dije con la boca llena

-veo que eres nueva- habló simpática y sonrió- hoy no serás evaluada, pero si vendré en un rato a corregir algunas cosas ¿Esta bien?

-gracias- dije y miré a Sam que trataba imitar a los demás- ella también es nueva ¿Podría no evaluarla también?

-¿Qué?- preguntó Sam y miró a Alessia

-¿Cuando llegaste?- preguntó la sobrina de la doña reina

-hace tres días, dos días y medio en realidad,  llegué en la noche- respondió Sam nerviosa

-seras evaluada pero tendré en cuenta que solo has asistido a dos clases- respondió y hizo una pequeña reverencia antes de seguir

-¿Por qué lo hiciste?- me preguntó Sam

-¿Hacer que?- volví a mirar mí desayunó y seguí comiendo

-preguntarle si podía no evaluarme

-por que te vi toda estresada y quise hacerte un favor- respondí indiferente- de nada por cierto

-gracias princesa Issy- dijo con tono de burla

-no soy una princesa- hablé con la boca llena

Terminamos de desayunar una hora después y la doña anuncio que las calificaciones iban a estar en la pizarra mañana al medio día

Solo ella sabe que significa y dónde está la bendita pizarra

Mis clases fueron normales, como las de cualquier escuela a la que ido, solo que son más silenciosos y aburridos, y obvio me dormir en la mayoría de las clases que no comparto con Sam, cuando estaba con ella nos sentamos al fondo a hablar de nuestras vidas fuera de esta cárcel.

-estoy agotada- se quejó Sam tirándose de boca a su cama, iba a hacer lo mismo pero golpearon la puerta- no voy

-maldita- murmuré y la escuché reír, abrí la puerta y la doña Reina de algún lugar de Italia estaba frente a mí con una chica a su lado

-¿Quien es?- preguntó Sam y di un paso atrás-¡Oh reina!- dijo y rápidamente se paró a mí lado, hizo una reverencia y la imite

-¿A qué debemos el honor doña reina?- pregunté y Sam me codeó, la señora me miró inexpresiva

-queria conocer a la hija de la señora Fiona Adamson- hablo la reina y miró a Sam- ¿Supongo que es usted? Su cabello rubio me recuerda mucho a su madre y...

-disculpe que la interrumpa señora pero...- hablé yo y me miró- yo soy hija de Fiona Adamson- me miró de arriba a abajo e hizo una mueca

-disculpa mí equivocación Princesa...

-solo llámame Issy- volví a interrumpí

-esta bien Princesa Issy...

-no, no, no- la interrumpí de nuevo- sin el princesa, no soy princesa de ninguna lugar, solo soy Issy, de Toronto, Canadá

-¿Como que no eres una princesa?- preguntó abriendo los ojos horrorizada como si lo que acabada de decir fuera la atrocidad más grande que sus ojos con patas de gallo han visto y sus orejas cerudas han escuchado- se perfectamente lo que tu madre hizo por casarse con un plebeyo, pero tu hermano sigue siendo parte de la familia real y está allá en Slinville a punto de ser coronado como rey, lo que te hace una princesa, no por tu madre, sino que por tu hermano.

-lo lamento, no tenía idea doña- dije finguiendo interés, la verdad es que no me importa nada que tenga que ver con mí familia que reina Slinville

-no me diga doña, por favor

-si, lo siento doña. Digo, Reina Franchesca- me corregí a mí misma sonriendo, se quedó callada unos segundos mirándome, me hizo una radiografía de pies a cabeza como unas cinco veces y suspiró

Es igual a mí abuelita Esme

-eres igual a tu padre- comentó

-¿Eso tiene algo de malo?

-no, por supuesto que no- supe que miente- voy a dejar que sigan con sus actividades, adiós princesas

-adios reina- dijimos al mismo tiempo haciendo una reverencia, la chica que iba junto a la reina abrió la puerta y ambas se fueron.

-¿Entonces por qué tu madre se caso con un plebeyo es la razón por la que te tienen aquí?- preguntó Sam y giramos para quedar frente a frente

-algo así- respondí- algún día te contaré bien la historia.

-en alguna clase de cómo caminar derechas tal vez- se burló y rode los ojos.

Mis putas clases siguieron durante toda la tarde y no puede dormir mí siesta de belleza, pero estas clases son las más absurdas a las que he asistido

Clase de cómo tomar el té
Clase de cómo usar bien los cubiertos en una cena o almuerzo formal
Clase de baile de salón
Clase de cómo caminar correctamente

¡Y me obligan a ir a clases de Danza clásica dos veces a la semana para ayudar a mejorar mí postura!

Yo no tengo broncas con mí postura ¿Por que ellos si?

-¡Quiero irme a casa!- exclamé tirandome sobre mí cama, no hay nadie en la habitación, hablo sola, soy mí mejor psicóloga.-¡Papá! ¿¡Por qué dejaste que la loca de Fiona me mandé a este horrible lugar!?- me volví a quejar y tocaron la puerta-¡No hay nadie! ¡Largo!

-¿Issabelle?- la puerta se abrió y Oliver asomo su cabeza

-¿Qué ocurre Oliverto? ¡Por favor dime qué ya se acabaron las clases por hoy!- le suplique rodando en mí cama

-tranquila Issy, no hay más clases por hoy- dijo y grité de alegría, se adentro a la habitación y cerró la puerta- pero...

-No Oliver, no me arruines mí alegría- me volví a quejar como niña pequeña

-solo iba a decir que aún falta la cena, debes vestirte decente

-¿No puedo ir con mí pijama?

-No

-¡Oh! ¿¡Por qué!?

-no lo sé Issabelle, yo no hice las reglas- se cruzó de brazos y me senté en la cama

-no hables así, te pareces a mí madre- rode los ojos y sonreí

-esta bien, solo viene a decirte eso, adiós- hizo la típica referencia y se fue.

Va a ser una larga noche

***

Foto de multimedia: Jessica William

No Soy Como Todas Las PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora