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- Buenas noches BaekHyun, gracias por traerme.

Una dulce y tímida sonrisa apareció en mis labios mientras desabrochaba el cinturón de seguridad con calma gracias a la luz interna del automóvil que me permitía ver sin tantas complicaciones lo que hacía, pero, después de unos segundos, subí la mirada al sentir la preocupada mirada de BaekHyun, un omega igual que yo, sobre mí. Aunque no hubiera separado sus labios para hablar yo ya sabía lo que me diría.

- KyungSoo, ¿seguro que no quieres que me quede por si MinHo vuelve a aparecer?, hoy ChanYeol tiene un turno de noche en el hospital y voy a estar solo en casa. O, si prefieres, puedes venir conmigo a casa, sabes que siempre eres bienvenido a quedarte.

Propone despeinando inconscientemente sus rubios cabellos mientras que, con no tan discretas miradas, me observaba a mí y luego a la casa detrás mío en busca de algo que le indicara que ese alfa podría estar cerca, lo cual era lo que ambos más temíamos y menos deseábamos.

- No te preocupes, voy a estar bien. Además, luego de ese día tiene una orden de alejamiento y no creo que se arriesgue a volver a estar en prisión.

Mi sonrisa flaqueo por un segundo y un estremecimiento recorrió todo mi cuerpo al recordar como hace una semana el alfa que tanto amé había llegado ebrio al hogar que compartíamos hace dos años. Esa tarde había estado encerrado en mi oficina intentando terminar el nuevo libro que publicaría cuando el ruido de cosas siendo impactadas contra el suelo y los gritos de MinHo me hicieron bajar. Cuando su mirada conectó con la mía supe que algo no estaba bien e intenté retroceder, pero él había sido más rápido por sus habilidades de alfa y me empujó contra la pared que contenía la mayoría de las fotos de ambos, las mismas que terminaron rotas al caer por la fuerza del impacto.

- ¿Creíste que no me iba a enterar de tu amorío con Oh SeHun? .- preguntó apretando su mano en un puño.

- No sé a qué te refieres, lo único que hay entre él y yo es algo completamente profesional y nada sexual.

Un golpe en mi pómulo derecho, luego de intentar negar la acusación que se me hacía, provocó que mi cuerpo fuera dominado por temblores causados por el miedo que sentía, el alfa que tenía al frente no era el mismo que conocía desde hace cuatro años y eso rompía mi corazón tanto como lastimaba mi lado omega; el cual se encontraba enamorado completamente de quien ahora nos había propinado un golpe sin titubear. Sin poder evitarlo, lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas y por el área afectada sin parar, al mismo tiempo que liberaba espesas feromonas con la intención que alguna persona las oliera y viniera a mi rescate.

- ¡Deja de mentir, ya sé toda la verdad! .- había gritado MinHo mientras tomaba de la mesa de centro un cenicero y lo lanzaba en mi dirección.- ¡Sé que te acostaste con ese hijo de puta!

Un chillido de temor se escapó de entre mis labios cuando intenté protegerme de los cristales que volaron luego del impacto que tuvo el vidrio contra la muralla, por haber cerrado mis ojos no pude ver como el alfa se acercaba. Abrí los ojos al sentir como dos manos me lanzaban al suelo y lo siguiente que recordaba era ser pateado como un balón de futbol al mismo tiempo que era acusado de una infidelidad que nunca había sucedido. Mis sollozos, gritos y suplicas se escuchaban en cada esquina de la casa.

La policía había aparecido al momento justo en que el alfa apretaba sus grandes manos mi cuello, sin darse cuenta de que cerraba mis ojos hasta quedar inconsciente.

Al despertar cerré mis ojos por la fuerte luz hasta que alguien la tapó, seguramente con su cuerpo, y por el olor pude saber que había sido ChanYeol. Él junto a BaekHyun, quien al recibir la llamada de su alfa había corrido para ver el estado de su mejor amigo, le contaron que por culpa de MinHo tenía varios hematomas en su cuerpo y una costilla rota; lo cual explicaría porque de un momento a otros los golpes en su pecho habían comenzado a doler más.

- Cualquier cosa extraña que veas u oigas me llamas, pero si ese desgraciado vuelve a aparecer te encierras en la habitación y llamas a la policía.

- Lo haré, no te preocupes. Gracias por traerme, nos vemos en unos días más.

Le sonreí en forma de agradecimiento y bajé de su moderno automóvil para caminar hasta la puerta de mi hogar con la atenta mirada del rubio sobre mí, sabía que él no se iría hasta verme seguro dentro de la casa y eso me entregaba cierta tranquilidad. Abrí la puerta con las llaves que saqué del bolso y me despedí hasta que cerré la puerta, segundos después escuché su auto marcharse.

Con lentos pasos caminé por la sala de estar dejando mi bolso en uno de los sofás y seguí avanzando hasta la cocina, necesitaba un vaso de agua. Tomé el primer vaso que encontré y lo llené de agua aun sabiendo que no podría beberla toda, pero un ruido acompañado de ese aroma que tanto conocía en el piso de arriba me hizo comenzar a temblar; necesitaba llamar a Baek o a los policías. Dejé el vaso siendo lo más silencioso posible y caminé en dirección a mi bolso queriendo maldecir el no poder correr por culpa de mi costilla.

- ¿A dónde crees que vas?

Detuve mis pasos y lentamente volteé dándole la cara, sin esperar que en sus manos se encontrará una pistola lista para disparar. Sin pensarlo dos veces intenté escapar de él, pero un disparo en mi pierna izquierda me hizo caer de cara al suelo mientras sentía sus pisadas acercarse.

- No tuviste que hacer eso, maldita perra. ¿Pensaste que te ibas a liberar de mí?, pues déjame decirte que no me iré hasta verte muerto por ser un maldito infiel que además hace que me dejen encarcelado por cuatro días.

- No hagas algo de lo que te puedes arrepentir

Lo único que podía hacer en esos momentos era suplicar entre sollozos de temor con la esperanza de volver a ser salvado, aunque no creía tener esa suerte una segunda vez. Un grito de dolor se escapó de mi boca al sentir como una de sus manos apretaba mi herida y me arrastraba por el suelo hasta el comedor, lugar en donde me sentó en una de las sillas y procedió a amarrarme con una cuerda que sacó de un bolso cercano.

- Esto te enseñará a no volver a engañarme

Tomó el arma que descansaba en la mesa y disparó a mi hombro derecho, causando que otro desgarrador grito saliera de entre mis labios mientras gruesas lágrimas se mesclaban con el sudor de mi cuerpo.

- Yo no hice nada

Jadeo sintiendo mi cuerpo cada vez más débil por la pérdida de sangre, el miedo de morir aumentaba cada vez más.

Al parecer mi respuesta no fue de su agrado y me lo hizo saber disparando a mi muslo izquierdo sin arrepentimiento, parecía que el disfrutaba verme en el estado en que estaba. Cerré los ojos mordiendo mi labio inferior hasta que el sabor metálico de la sangre me hizo darme cuenta de lo fuerte que había mordido, intenté no causar ruidos por el miedo a aumentar su furia.

El ruido de la cerradura de la puerta ser destrozada nos hizo ver en esa dirección sin esperar que policías armados aparecieran apuntando a mi ex pareja, pero lo que menos esperaba encontrarme era con BaekHyun detrás de ellos, hasta llegué a pensar que era una alucinación por la falta de sangre hasta que lo escuché gritar.

- ¡Déjalo de una vez, él nunca te fue infiel!

- Muy tarde

Luego de esas palabras volteó a verme y disparó por última vez, solo que en esta ocasión fue a mi pecho. Abrí los ojos sin poder creerlo y lentamente sentí mis ojos pesados hasta que quedé inconsciente, no sin antes escuchar el desgarrador grito de BaekHyun llamándome entre sollozos.

***
Gracias por darle una oportunidad a esta historia. Si ven algún error, no duden en avisar y yo lo arreglaré para que tengan una mejor lectura.

Nos leemos en el siguiente capítulo.

You |KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora