i l u s t r a t i o n.

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Me encuentro sentado frente a ti, en aquel viejo sofá en el que solíamos sentarnos a jugar vídeo juegos, está ahora en nuestra casa y lo utilizo para verte concentrado observando a través del ventanal que da a la gran ciudad, aquel lindo atardecer para terminar tu ilustración.

Te observo a través de mis anteojos y capturo aquella hermosa escena en mí mente. Con los pantalones y camisa clara, holgados, que sueles usar en días comunes, y tu cabello negro revoloteado, eres hermoso.

Te miro ahí y recuerdo los viejos tiempos, cuando nuestra linda historia apenas comenzaba, ahí donde supe que te amaba. Con los ojos cerrados volvía a todas aquellas memorias, pero hasta el día de hoy, todas, eran la mejor.

Me viste sentado ahí inmerso en mis pensamientos, pero aun así no te importó sacarme de ellos llamándome por mi nombre. Los abrí y te vi de cuclillas en la cama, con tu libreta y lápiz en mano me sonreías y me preguntaste que rayos hacía, no contesté y contemplé tu rostro justo ahí.

Saque mi cámara para capturar ese momento para siempre y en tu rostro se pintaron tus lindas mejillas de rojo, tu sonrisa se volvió más amplia pero no mencionaste nada y seguiste con lo tuyo.

Cenamos un poco y cayó la noche, seguías perfeccionando aquel boceto y charlabas un poco conmigo de cómo la gente que se observaba por fuera disfrutaba de sus vidas, algunas chicas con sus parejas y algunos otros corriendo tal vez a su trabajo.

Mordías tus uñas y borrabas una y otra vez ciertas partes del dibujo hasta que quedaste satisfecho con el producto. Me llamaste para verificar que fuera de mi agrado, lo cual asentí positivamente.

Me acerqué para ver tu obra más de cerca y apoyé mi cabeza en tu hombro descansando en el. Rodeé tu delgada cintura y ambos contemplamos las luces de la ciudad, dejando que la brisa tibia se colara entre las blancas cortinas haciendo cosquillas en nuestro cabello.

Me recuesto encarando al techo y tu me imitas dejando por fin el dibujo terminado.

Como por arte de magia mencionas un recuerdo un poco vago de cuando nos conocimos, al igual que yo, mencionas lo nervioso que estabas pero aun así te enamoraste de mi, comenzaste a llorar diciendo lo mucho que me amas y lo feliz que te hago, mi pequeño, si supieras la felicidad que provocas en mi con solo recordar que estás en mi vida, y no pienso sacarte de ella.

Recuesto tu cabeza en mi pecho y acaricio tu cabello lentamente, me abrazas y acurrucas tu naricita en mi cuello.

Después de un rato de hablar estupideces, aún recostado te siento en mi regazo y me observas con tus grandes ojos, acaricio tu rostro y sonríes a la par que tomas mi mano y la besas lentamente.

Soy tuyo.

Mencionas mientras cierras los ojos.

Había distintos tipos de paisajes en fotografías que vimos anteriormente, pero creo que ninguno se asemeja a lo hermoso que eres tu, mi pequeño Jungkook.

Me besas y te acomodas al lado mío de nuevo, te aferras a mi camisa y besas mi cuello deseándome buenas noches, hago lo mismo y veo tu rostro relajado descansando de todo aquello que te causa un mal.

Miro hacia afuera y pienso en la suerte que se me ha otorgado de tenerte.

Buenas noches, mi vida.

Scenery | kth.jjk | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora